La tregua no frena la ofensiva de Al-Assad en Ghouta
El régimen de Damasco bombardeó de nuevo varias localidades del territorio ocupado por las fuerzas rebeldes
BEIRUT.– La ofensiva terrestre del régimen sirio sobre los rebeldes en Ghouta Oriental continuaba ayer pese a la tregua humanitaria acordada por el Consejo de Seguridad de la ONU el sábado pasado. El gobierno sirio y Rusia acusaron a los grupos rebeldes, apoyados entre otros por Arabia Saudita y Qatar, de impedir
que los civiles sean asistidos por el corredor humanitario y de violar el alto al fuego.
El lunes, Rusia decretó una tregua de cinco horas diarias para permitir el abastecimiento de ayuda y la salida de habitantes o heridos del enclave, pero las partes enfrentadas se acusan mutuamente de violarla.
Tras una noche marcada por intensos enfrentamientos en la periferia de Ghouta Oriental, la fuerza aérea del régimen bombardeó de nuevo ayer por la mañana varias localidades del enclave rebelde, donde casi 600 civiles murieron desde el 18 de febrero cuando el gobierno de Damasco y sus aliados iniciaron uno de los bombardeos más intensos en el conflicto de siete años en Siria, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
Mediante “unos bombardeos intensivos y los combates al borde de Ghouta Oriental, las fuerzas prorrégimen lograron avanzar sobre el terreno, de manera limitada, a la altura de las localidades de Hosh Al-Zawahira y Shifuniya”, indicó el director del OSDH, Rami Abdel Rahman.
Los enfrentamientos terrestres entre combatientes de Yaish al Islam, una facción rebelde islamista, y las fuerzas de Al-Assad continuaban los combates, a pesar de que la “pausa” hubiera comenzado, añadió el responsable de la organización. Ningún civil logró salir del bastión rebelde en los dos días de la incumplida tregua humanitaria.
El sector de Ghouta Oriental, donde viven 400.000 personas, es el último bastión rebelde a las puertas de Damasco. Dos tercios del enclave ya fueron reconquistados por las fuerzas favorables al régimen en los últimos años.
Pero los combates ponen en peligro esta tregua parcial decretada unilateralmente por Moscú, mientras que la resolución 2401 de la ONU, que reclama una interrupción total de los combates durante un mes en todo el territorio sirio, no tuvo consecuencias. El martes, el régimen lanzó “obuses, bombas y barriles de explosivos contra el enclave rebelde”; mató a siete civiles, según el OSDH.
Por su parte, la agencia oficial siria Sana informó que hubo un muerto y cinco heridos, víctimas de los cohetes lanzados por los rebeldes contra Damasco. Según la agencia, otros disparos apuntaron contra un corredor humanitario abierto en el sector de Al-Wafidin, con el objetivo de impedir que los civiles abandonen el enclave.
Además, el ejército ruso aseguró que los rebeldes lanzaron una “ofensiva” contra las posiciones prorrégimen durante la “tregua”. “Los militantes atrincherados” en Ghouta “siguen bombardeando Damasco y bloqueando las entregas de ayuda y la evacuación de quienes desean irse”, denunció el canciller ruso, Sergei Lavrov, ante el consejo de Derechos Humanos de la ONU. “Rusia y el gobierno sirio ya anunciaron la creación de corredores humanitarios. Ahora les toca actuar a los militantes y los que los apoyan”, añadió, subrayando que Moscú seguiría apoyando a Damasco para “erradicar definitivamente la amenaza terrorista”.
Por su parte, la Cruz Roja criticó a Moscú por realizar una “pausa humanitaria” sin proporcionar garantías para la entrada de la ayuda. Desde noviembre pasado, el gobierno sirio impide que la Cruz Roja Internacional y la ONU entreguen la ayuda a los civiles del Ghouta, informó la organización internacional.
Gracias al apoyo militar de Moscú desde 2015, el régimen sumó victorias frente a los rebeldes y los jihadistas hasta recuperar el control de más de la mitad del territorio.
En este contexto, el diario The New York Times informó anteayer que la ONU tiene un documento que contiene información sobre suministros secretos de Corea del Norte a Siria de material para producir armas químicas. Por su parte, China pidió “pruebas sólidas” sobre las acusaciones a Corea del Norte. El vocero de la ONU, Stéphane Dujarric, dijo que no conocía el contenido del documento.