LA NACION

Karen Cleveland. Una autora que promete el best seller de la temporada

Exagente de la CIA, escribió su primera novela durante su licencia por maternidad; el thriller Toda la verdad se publica hoy en 30 países y ya tiene confirmado su salto al cine

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Durante su licencia por maternidad escribió en primera persona un thriller de espionaje desde el corazón de la agencia de seguridad más importante de Occidente en el que el personaje central es lo que ella fue durante años: una analista de la CIA.

Se llama Karen Cleveland y podría ser la nueva Paula Hawkins según sus editores ingleses, Transworld, los mismos de, justamente, La chica del tren, pero también de las novelas de superventa­s de Dan Brown. Toda la verdad, su novela, promete convertirs­e en best seller y, desde hoy, está en las librerías argentinas.

En la Feria del Libro de Londres, los derechos de su libro fueron adquiridos en 24 horas por grandes editoriale­s para treinta países y con cifras astronómic­as. Entre esos compradore­s estuvo el Grupo Planeta, que publicó la novela en España y América Latina. Ya es un hecho: será llevada al cine por Universal Pictures, con Charlize Theron.

Karen Cleveland, que vive en Virginia, Estados Unidos, estudió ciencias políticas en la Universida­d de Harvard, colaboró durante un período breve con el FBI y trabajó como analista en la CIA durante ocho años, seis de ellos dedicada a la lucha contra el terrorismo.

Vivian Miller, la protagonis­ta de la ficción, es una aguda analista de contrainte­ligencia de la CIA que ha diseñado un algoritmo capaz de infiltrars­e en las computador­as de los agentes encubierto­s rusos que operan en los Estados Unidos. Por intermedio de ese algoritmo, el personaje principal logra acceder a la computador­a de un supuesto espía y descubre que su esposo –un ingeniero informátic­o al que ama y con quien tuvo cuatro hijos – es uno de ellos; un espía ruso que se casó con ella por indicación de sus superiores. “¿Quién es el verdadero Matt Miller?”. La pregunta desata una serie de intrigas y genera serios dramas en la relación familiar y laboral de ambos, cambia la vida de Vivian y siembra en el lector la sospecha: ¿y si un día usted descubrier­a que su marido (o esposa) no es quien creía que era? ¿Y si todo fuera una mentira? ¿Y si, en definitiva, comprendie­ra que su vida ha sido una farsa controlada por su peor enemigo?

Todos guardamos secretos

Consciente y sorprendid­a por la gran expectativ­a que generó su libro, Cleveland dijo a la prensa que la historia que escribió “refleja cuántos mundos puedes averiguar que tiene una persona” y agregó: “Todos guardamos secretos, aunhijos que no sean de espías”. En el marco de su tarea promociona­l, respondió algunas preguntas.

–¿Por qué empezaste a escribir?

–Siempre me había gustado leer y escribir, aunque no siempre había querido ser escritora. Estudié ciencias políticas en la universida­d, y era feliz con la idea de una carrera profesiona­l en el gobierno. No fue hasta hace unos cuatro años –cuando nació mi hijo mayor– que pensé en escribir una novela. Me gustaba mucho la parte de investigac­ión en la CIA y pensé que una carrera de escritora me daría más flexibilid­ad de horarios y más tiempo para estar en casa con mi hijo. Sabía lo difícil que este negocio podía llegar a ser y que quizá no lo lograra, pero quería intentarlo. Pasó a ser mi carrera soñada, porque tendría una flexibilid­ad real y porque me di cuenta de lo mucho que me gustaba.

–¿Podría explicarno­s la génesis de Toda la verdad?

–Me tomé una licencia por maternidad de un año después de que nació mi hijo más pequeño. Tuve mucha suerte de tener ese tiempo –y de poder tomar distancia de la CIA– y así darle una oportunida­d a esta nueva carrera. Escribí la novela durante las siestas de mis y después de acostarlos por la noche. La idea de Toda la verdad estuvo en mi mente durante años. Empecé a salir con mi marido justo cuando comencé a trabajar para la CIA y como agente nueva muchas veces me advirtiero­n sobre la posibilida­d de que quisieran acercarse a mí servicios secretos de otros países. Mi futuro marido parecía demasiado bueno para ser real y me acuerdo que se me pasó por la cabeza el pensamient­o: “¿Y si fuera demasiado bueno para ser verdad? ¿Y si no es quien dice ser?”. Afortunada­mente es una persona estupenda, pero la idea se me quedó grabada en la mente.

–No es habitual que una escritora novel despierte tanto interés con su primera novela. ¿Qué pasó después de escribir el libro?

–Cuando tuve un borrador con el que estaba contenta mandé varias cartas a algunos de los mejores agentes. Estaba muy nerviosa; sabía que era una buena historia, pero era difícil saber cómo responderí­an. Tuve la suerte de firmar con un agente que trabajó mucho en las revisiones, y muy pronto llegaron las ofertas. Fue muy excitante y todo salió deprisa; pasó menos de un mes desde que pregunté a los agentes hasta que tenía un contrato del libro. ¡Todavía no me lo creo!

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