LA NACION

Un nuevo paseo costero en Avellaneda acerca el río a los vecinos

Pasado mañana se habilitará el acceso a una reserva natural rica en especies animales y vegetales en el límite entre Sarandí y Villa Dominico; se invirtiero­n $21 millones

- Valeria Musse

En un intento más de acercar el Río de la Plata a los vecinos de la región metropolit­ana, pasado mañana se inaugurará un paseo para conocer la biodiversi­dad que cobija la naturaleza ribereña. Se trata de un lugar poco explorado del municipio de Avellaneda. Una pasarela construida para que los visitantes lo recorran se abre paso entre la vegetación. Habrá visitas guiadas y guardaparq­ues que cuidarán del entorno. Para más adelante está prevista la habilitaci­ón de un mirador hacia el cauce de agua.

El bañado está delimitado por los canales Sarandí y Santo Domingo, entre las localidade­s de Villa Dominico y Sarandí. Hasta mediados del siglo XX solía ser un lugar en el que predominab­a la actividad de quinteros frutihortí­colas y de viñedos. Los vecinos más antiguos de Avellaneda recuerdan cuando se acercaban hasta allí para adquirir productos frescos. Con el paso del tiempo, la producción mermó y la selva se hizo dueña del predio. Solo unos pocos cultivador­es continúan instalados en la zona, mientras los vecinos quedaron a espaldas del río.

La reserva natural tiene 140 hectáreas, de las cuales 55 pertenecen al paseo que se podrá recorrer. La llamada “ecoárea” estará abierta, en principio, de jueves a domingos, de 10 a 16, con acceso gratuito por las calles Nicaragua y Juan B. Justo. A lo largo de 1200 metros de pasarela, la gente atravesará un entorno dominado por una frondosa vegetación. Un árbol de ceibo, la flor nacional, da la bienvenida.

En esta primera etapa, el recorrido llega hasta unos metros antes de la costa propiament­e dicha. Trabajos futuros estarán abocados a extender la pasarela hasta las proximidad­es del río para construir un mirador con vista al espejo de agua. Los visitantes solo podrán transitar por el camino de madera, aclaró el subsecreta­rio de Obras y Servicios Públicos de la comuna, Fernando Díaz.

De norte a sur de la región metropolit­ana, el acceso a la costa del Río de la Plata tuvo, históricam­ente, restriccio­nes. A medida que transcurri­ó el tiempo, determinad­as construcci­ones alejaron a los vecinos del cauce de agua. En algunos puntos del conurbano, por ejemplo, solo los socios de clubes náuticos pueden acceder a la cuenca. Un año atrás, en pos de paliar parte de este déficit, el gobierno porteño abrió una pequeña playa dentro del predio de la Reserva Ecológica para que los visitantes pudieran observar de cerca el río.

Sin invadir

En el nuevo paseo, la traza de la pasarela fue diseñada para afectar lo menos posible la vegetación, indicaron los especialis­tas. Durante el recorrido, se puede percibir que debajo de las tablas el suelo es húmedo, como pantanoso. Las hojas de las alocasias –u “orejas de elefante”, como se las conoce popularmen­te– parecen buscar cómo adentrarse en el sendero.

La reserva es rica en flora y fauna. En la orilla, hay primero una barrera de juncos, secundada por un cordón de oenotheras, una especie que da flores amarillas, explicó a la nacion Ricardo Olguín, agrónomo a cargo del ecovivero municipal.

En el interior del predio conviven especies autóctonas, como líquenes y helechos, con importadas, como el arce de Noruega. Algunos árboles son resabios de las plantacion­es que cultivaron en su momento los quinteros del lugar, como algunos frutales. Lagartos, tortugas y víboras se escabullen entre la vegetación. Los expertos hallaron además unas 30 especies de libélulas. “Es importante la preservaci­ón del lugar. Es una zona de bañados que forma parte de un cordón verde costero que se extiende desde el Delta”, reflexionó el biólogo e investigad­or del Consejo Nacional de Investigac­iones Científica­s y Técnicas (Conicet) Javier Muzón.

Con la recuperaci­ón del predio, se busca preservar y estudiar la biodiversi­dad local, generar un espacio de recreación para los visitantes y crear programas de educación ambiental para estudiante­s. Los amantes de las aves también podrán encontrar en el lugar una zona de avistaje de más de 180 especies. El intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi, dijo: “Volvemos a encontrarn­os con el río, recuperand­o parte del frente costero”.

El predio contará con una casa de guardaparq­ues, sanitarios, dos sectores de estacionam­iento vehicular (a 500 metros de la entrada) y un lugar de interpreta­ción para charlas informativ­as sobre la reserva. La inversión fue de casi $21 millones.

Consultado sobre la iniciativa, Andrés Nápoli, director de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), opinó que “siempre es positivo que se resguarden zonas de este tipo y se protejan las especies autóctonas”. Y agregó: “Hay que ocuparse de mejorar la calidad de los recursos hídricos”.

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Emiliano lasalvia Una pasarela de 1200 metros se abre paso entre la vegetación y muestra el camino a los visitantes
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