Armados con una escopeta, seis menores robaban en la 1-11-14
Fueron captados por las cámaras de vigilancia y detenidos
A menos de 20 cuadras de la avenida Rivadavia y del corazón del centro comercial de Flores, media docena de chicos avanzan por el medio de la calzada, en penumbra. Pero las cámaras los captan: uno carga una escopeta con la destreza de un veterano; el resto lo sigue a paso vigoroso. Hasta que ven a una posible presa: un joven que camina en el sentido contrario, seguramente para volver a su casa. Lo encaran... cuando el muchacho advierte lo que le va a pasar, da la vuelta y corre. Los otros se lanzan detrás de él con evidente intención de robarle; el de la escopeta, incluso, intenta golpear a la víctima con el caño del arma. Lo persiguen hasta que salen de cuadro y la imagen los pierde en un recoveco de la villa 1-11-14.
Pero los agentes que controlan las cámaras del Centro de Monitoreo Urbano (CMU) porteño hacen su trabajo y logran guiar a los patrulleros hasta que dan con la “bandita”, todos menores de edad. Efectivos de la Policía de la Ciudad detuvieron a los seis adolescentes que, con la escopeta como estandarte, provocaban desmanes y robos en la avenida Coronel Bonorino al 1900, en el Bajo Flores.
Según informaron fuentes del Ministerio de Justicia y Seguridad porteño, mientras los efectivos se acercaban a los sospechosos, aprovechando el seguimiento de las diferentes cámaras, los operadores
del CMU observaban cómo los menores seguían con su raid delictivo. Primero, apuntando con la escopeta hacia una de las cámaras domo de la zona. Luego, con lo descripto en aquella escena inicial, acechando a un transeúnte con la intención de robarle la mochila bajo la modalidad “piraña”.
Según se informó, cuando advirtieron la llegada de los policías, el peligroso grupo se desbandó: los jóvenes salieron a la carrera en distintas direcciones para intentar perderse en el laberinto de pasillos del asentamiento precario.
Pero los operadores del CMU hicieron una descripción pormenorizada
de los sospechosos y policías instrumentaron un operativo cerrojo para sellar la zona y atrapar a los delincuentes que se habían escondido dentro del asentamiento.
Según se informó, los uniformados realizaron las requisas correspondientes y el juzgado de menores que tomó intervención tras la comunicación policial de la situación dispuso el secuestro del arma y la detención de los adolescentes.
A través del Centro de Admisión y Derivación (CAD) –el lugar donde, provisoriamente, se mantiene a los menores en cuanto son detenidos– se ordenó el traslado de los sospechosos a un instituto.