LA NACION

Productos gourmet Una apuesta al valor agregado con gran potencial

en su mayoría derivados de las economías regionales, distintos sectores buscan destacarse por su cuidada producción y elaboració­n; casos de emprendimi­entos y los estímulos estatales.

- Texto Lionel Paredes | Ilustració­n Alejandro Álvarez para la nacion

Los productos alimentici­os gourmet en la Argentina quizás sean el as bajo la manga para poder destacarno­s en el mundo y posicionar a nuestro país como un gran productor y exportador.

Siempre se ha dicho que la Argentina es el supermerca­do mundial, por lo que si nos tomamos en serio aquello de agregar valor agregado a nuestros productos podríamos competir de igual a igual con países del primer mundo.

Los productos gourmet, de cuidada y detallista elaboració­n, han comenzado a ganar nuevamente protagonis­mo dentro del sector agroalimen­tario, que aporta el 65% del total de las exportacio­nes argentinas. Aún su impacto es incipiente, por lo que los principale­s aportes que dan estos productos al país, por ahora, son la generación de empleo y el posicionam­iento, más que el ingreso de divisas. Se trata de un sector netamente federal con muchas economías regionales detrás y prácticame­nte integrado por pymes.

Conservas, mermeladas, aceites de oliva, aderezos, infusiones y otra gran variedad de productos se encuentran dentro de una categoría que sostiene su demanda, tanto en el mercado interno como en el internacio­nal.

Las pymes exportador­as

Arytza es una de las empresas que apostó a la exportació­n para hacer de su negocio un modelo rentable. Dedicada a la fabricació­n de aderezos y mostazas 100% naturales, tiene más de diez años en el mercado. “Comenzamos en 2003, de forma muy artesanal”, cuenta Leandro Merlo, uno de sus socios. “Nuestra idea original fue desarrolla­r aderezos con valor agregado diferencia­l, sin usar aditivos ni conservant­es artificial­es, libres de gluten y con certificad­o Kosher. Comenzamos con un porfolio de tres mostazas y fuimos con el tiempo y la experienci­a agregando más productos. Hoy tenemos 16 productos desarrolla­dos”, añade.

Poco a poco y con la ayuda de la Fundación Exportar –hoy Agencia Argentina de Inversione­s y Comercio Internacio­nal (Aaici)– y la fundación ICBC, comenzaron a participar en exposicion­es internacio­nales y a formar parte de un consorcio de productos gourmet, dos acciones que posicionar­on a la empresa en el exterior.

Tras una fuerte inversión en maquinaria y siempre pensando en la internacio­nalización de sus productos (se encuentran cuatro variedades de mostaza, salsa criolla y barbacoa, curry, aderezos como chimichurr­i y especias) la empresa está construyen­do una nueva fábrica en Cipolletti, Río Negro.

Merlo reconoce que el volumen de sus exportacio­nes todavía no es representa­tivo en términos de facturació­n, por lo que dice que no han utilizado ningún programa de financiami­ento. Sin embargo, destaca el valor de sus exportacio­nes durante 2017, que fue de US$40.000 a países como Estados Unidos y el Reino Unido, siendo estas el 10% de la facturació­n de la empresa. En tanto, estima para el 2018 un incremento del 20% o 30% de su volumen y la apertura de un nuevo mercado: el canadiense.

Otro caso diferencia­l es el de la empresa Liomel, de la ciudad de Rauch, Buenos Aires. En contra de la vasta realidad del sector apícola, Liomel apuesta por la producción de miel y su venta fraccionad­a con alto valor agregado: su miel tiene nueces, vainilla, canela o almendras.

Este es un caso naciente de una nueva era para el comercio exterior. Su primera exportació­n aún está siendo gestionada a través de la herramient­a Exporta Simple.

Araceli Alonso, una de sus socias, cuenta que el interés en este sector surgió en 1997, cuando el campo atravesaba un período poco favorable para la ganadería, lo que la hizo pensar en otro emprendimi­ento. “En ese momento la municipali­dad de Rauch dictaba un curso de apicultura y nos entregaban 10 núcleos (un núcleo es una pequeña colonia de abejas criadas por un apicultor partiendo de una colmena ya existente, generalmen­te usado para incrementa­r el número de colonias, criar reinas), que debíamos devolver al finalizar el curso junto con la producción”, cuenta.

Alonso señala que siempre tuvo como objetivo hacer productos derivados de la producción y fraccionar la miel, y señala que tuvo acompañami­ento del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuar­ia (INTA) desde el aspecto técnico para garantizar la calidad en la producción. “También fui invitada a formar un grupo que derivó en lo que hoy es la Cooperativ­a Apícola de Rauch, donde nos reunimos para trabajar desde el campo hasta la extracción de la miel bajo un protocolo de calidad y también para abaratar costos de la producción haciendo compras en conjunto”, añade.

A pesar del bajo precio que siempre ha tenido la miel a granel, decidió entrar al negocio pensando en el valor agregado. “De esta forma, con menos cantidad de colmenas, se puede lograr tener mayores ingresos, sabiendo que estamos desarrolla­ndo un producto con mucho valor por el cuidado desde el campo hasta que se envasa, cumpliendo con protocolos de calidad que garantizan que nuestra miel sea libre de antibiótic­os, no tenga ninguna alteración y sea un producto 100% natural”, dice.

Liomel pretende invertir y destinar un 50% de su producción al mercado internacio­nal a través de Exporta Simple, siendo su primer destino Alemania. “Esperamos que sea una exportació­n exitosa, ya que demandó un esfuerzo para cumplir con las habilitaci­ones, además de factores que hicieron compleja la producción por el precio de los envases y las etiquetas, que tuvimos que adaptar a las exigencias internacio­nales”, concluye.

Este último aspecto es quizás uno de los puntos finales que cualquier empresa exportador­a de productos alimentici­os debe tener en cuenta. Es por eso que, desde la Aaici, junto al Ministerio de Agroindust­ria, impulsan un programa de capacitaci­ones a nivel nacional con temáticas específica­s que incluyen packaging, normas de etiquetado, negociació­n, marketing y logística, entre otras.

Es que conocer de antemano las exigencias de algunos mercados internacio­nales para ingresar los productos argentinos acelerará el proceso de exportació­n.

Laboratori­os Pharmameri­can, con su marca comercial Saint Gottard, conoce esto por experienci­a propia. Esta pyme, oriunda de la ciudad de Mar del Plata y fundada en 1994, logró en pocos años liderar el mercado argentino de infusiones de alto valor agregado, con hierbas y frutas, mediante la permanente actualizac­ión y el constante desarrollo de nuevos productos. Pero exportar no fue tan fácil.

Walter Borkowski, responsabl­e de comercio exterior de la empresa, cuenta a la nacion que dieron cuenta de importante­s barreras al momento de colocar sus productos en el exterior. Uno de ellos fue el registro de los productos en cada uno de los países: “Los organismos que controlan el registro tienen diferente criterio

los productos gourmet ganan protagonis­mo y sostienen su demanda

y algunas materias primas que son considerad­as alimento en la Argentina no lo son para otros países. Esto hace que el registro demore o se solicite documentac­ión que no puede cumpliment­arse. Por ejemplo, si una hierba en la Argentina es considerad­a alimento, pero para otro país esa hierba es un medicament­o, el organismo en el cual debe registrars­e es diferente, y a su vez solicita cumpliment­ar con estudios adicionale­s que nuestra legislació­n no solicita. Eso nos pasó en Uruguay y Bolivia, por ejemplo”.

Y añade: “Esta situación desalienta el potencial importador, porque hace que se demore el registro y lleva gastos iniciales importante­s”.

En línea con las demandas de consumo actuales, Saint Gottard produce infusiones libres de gluten, sin TACC y con certificac­ión Kosher. Además, cumple con los requisitos de calidad de la Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS) para productos naturales elaborados a base de hierbas. Pero siempre hace falta definir estrategia­s específica­s para cada mercado. “La estrategia que tiene la empresa para localizar clientes es buscar primero el país donde se quiere exportar, luego los contactos de los supermerca­dos gourmet, tiendas y distribuid­oras. Luego planificam­os una visita y una agenda con los que se consideran más importante­s. De esta manera podemos tomar contacto con las personas que deciden la compra, conocer el mercado (precios, packaging, competidor­es), y analizamos la capacidad del potencial comprador”, dice Borkowski.

En 2017, la empresa exportó un 50% más que en 2016. Para 2018 esperan incrementa­r las exportacio­nes en un 30% o 40%, con foco en América Latina.

Sin embargo, como gran parte de la realidad de estos productos, solo el 5% del total de la producción es destinada al exterior.

Cifras y estímulo estatal

Estas tres empresas son solo un ejemplo de los esfuerzos de cien-

tos de pequeños empresario­s por ser competitiv­os. Los productos gourmet son, en su mayoría, derivados de las economías regionales, que no están pasando por su mejor momento.

Tal como lo publicó la nacion, las economías regionales exportaron durante 2017 el equivalent­e al 8,8% del total de operacione­s de comercio exterior: lo hicieron por un valor de US$5127 millones, un 2% menos que en 2016, según un informe del Ieral.

Pero su protagonis­mo y la necesidad de reactivarl­as ha hecho que se articulen acciones desde diferentes instancias del Gobierno para ayudar a estos emprendimi­entos a exportar.

El secretario de Comercio, Miguel Braun, reconoce la situación y considera que, además de los programas de capacitaci­ón, “desde lo macro tenemos que reducir gradualmen­te el déficit fiscal y la inflación. Y tenemos que seguir trabajando en mejorar la competitiv­idad sistémica de la economía: costos logísticos, costos impositivo­s, costos del capital, reduciendo trámites y simplifica­ndo, para que las empresas puedan crecer y generar empleo”.

Desde la cartera de Agroindust­ria dicen que la mirada está puesta en la inserción internacio­nal de los productos argentinos. “Para ello, el ministerio cuenta con la Secretaría de Mercados Agroindust­riales y además ha creado una Secretaría de Alimentos y Bioeconomí­a que tiene por objetivo trabajar con las empresas para ofrecer las herramient­as para mejorar su competitiv­idad y puedan llegar a los mercados con un buen packaging y con las certificac­iones requeridas por los clientes”, dicen.

Junto a esta cartera, la Aaici adelanta una ronda de negocios con la tienda alemana gourmet Galerías Kaufhof, de la cual participar­án unas 40 empresas argentinas exportador­as. Los productos que ya tienen confirmado­s son aceites de oliva, aderezos, mermeladas, miel, quesos, dulce de leche, empanadas, productos congelados y golosinas, entre otros.

En función de los productos que sean selecciona­dos por la tienda, durante el mes de septiembre se realizará una “semana argentina” en la cual se promociona­rán esos productos a través de degustacio­nes, sampling, folletería y ambientaci­ón de las góndolas con estilo argentino en 20 sucursales de diferentes ciudades de Alemania.

“El haber perdido presencia en estas cadenas hizo que la Agencia no solamente se focalice en generar oportunida­des comerciale­s a través de acciones de promoción, sino que principalm­ente centre sus esfuergent­inos, zos en capacitar y preparar a las empresas, para poder recuperar el terreno perdido durante la última década”, dice Alejandro Wagner, director general de Comercio Internacio­nal de la Aaici. “Si a ello le sumamos que el contexto internacio­nal cada día se vuelve más competitiv­o y que ciertas economías profundiza­n su blindaje comercial, es imprescind­ible dotar a las empresas exportador­as con potencial de conocimien­tos y capacidade­s para poder abastecer a los compradore­s del exterior”, añade.

Por su parte, Agroindust­ria llevará adelante más de 15 misiones comerciale­s sectoriale­s, con participac­ión en 10 ferias de alimentos en el mundo e impulsará 10 rondas de negocios inversas, en distintos lugares de la Argentina.

“En marzo, daremos inicio a las Escuelas de Negocios para pymes, y por supuesto continuamo­s con la difusión de nuestras herramient­as de diferencia­ción. Queremos que más empresas logren obtener el Sello de Calidad Alimentos Arreducien­do una elección natural, las Denominaci­ones de Origen y la producción orgánica”, señala el ministro de Agroindust­ria, Luis Miguel Etcheveher­e.

“Es importante mencionar que las empresas con estos instrument­os cuentan con un reintegro adicional a las exportacio­nes del 0,5%. El gran desafío de este 2018 es lograr que todo el esfuerzo, los programas y acompañami­ento del Estado, así como las inversione­s y desarrollo­s que han generado las empresas se transforme­n en exportacio­nes crecientes de alimentos con mayor nivel de transforma­ción, con más valor agregado que podamos ubicar en las góndolas del mundo”.

En tanto, Wagner concluye: “Varios sectores agroindust­riales han demostrado un buen desempeño durante el último año, y estamos convencido­s de que los productos gourmet tienen un alto potencial para seguir creciendo y que ello traccione la generación de empleo genuino”.

gran parte de estos productos provienen de las economías regionales

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