El nuevo proyecto de Rosario Bléfari y Acorazado Potemkin, que toca pasado mañana: dos bandas para no perderse
Una de las referentes del under local armó un dúo y lanzó Pintura de guerra
Apenas comenzado el año, Rosario Bléfari (Suárez, Sue Mon Mont) y Julián Perla (Mi Pequeña Muerte) irrumpieron con Pintura de guerra, el primer disco de su flamante proyecto musical Los Mundos Posibles. Rosario y Julián descubrieron que sus voces combinaban de manera única cuando sus respectivas bandas compartieron varios recitales por todo el país y llegaron a cruzar la cordillera para presentarse en Santiago de Chile.
“En esa temporada yo cantaba en algunos de sus temas. A su vez, él cantaba en los míos, mientras su banda me acompañaba”, recuerda la cantante, cuyo último trabajo discográfico había sido de la mano de integrantes de Él Mató a un Policía Motorizado, Bosques y Los Reyes del Falsete. Hablamos de Sue Mon Mont, la “superbanda” indie que editó un LP y un EP, y que se caracterizó por un sonido más crudo. Pero Los Mundos Posibles suena diferente.
Hubo un leitmotiv y una metodología clara a la hora de encarar el proyecto. Las siete canciones que integran su ópera prima fueron compuestas por separado y bajo una temática muy específica: “Un asunto amoroso complicado que buscaba simplificarse y resolverse”, describe Bléfari.
Y agrega: “Son canciones que teníamos disponibles para integrar un proyecto nuevo o para incorporarlas a nuestras bandas, lo que pasa es que algunas canciones de Julián ya estaban ubicadas en una temática que él llamaba ‘La guerra del Japón’”.
“La guerra del Japón” es también el nombre del primer tema de Pintura de guerra, uno de los favoritos de Bléfari y el encargado de presentar la tesis de la obra. Allí, el amor se muestra como un intrincado mecanismo de teorías y estrategias, de esas que no dejan dormir. Y rápidamente deviene en desamor.
“Voy a preparar café/empecé a ex- trañarte hace unas horas/He tratado de dormir/repasé mil veces nuestra historia/como siempre”, cantan a dúo, y la voz parece una sola. El efecto sonoro, esa suerte de diálogo al unísono, se repite en “Daba para más”, que ya había salido como single el año pasado, y continúa a lo largo de todo el disco.
Bléfari confiesa que lo más complicado no fue elegir el repertorio, sino encontrar un nombre para bautizar el dúo. “Todo nos parecía común o demasiado serio o muy nada –explica–. Recordé entonces una unidad de la materia Narrativa I, que cursé en la Licenciatura en Artes de la Escritura, y nos gustó a los dos al fin. Los Mundos Posibles: nos sentimos contenidos en ese nombre, como un proyecto que puede integrar a más músicos a la hora de tocar y que cuenta historias, de forma astillada, monólogos y escenas de los mundos amorosos”.
El tercer elemento clave fue la incorporación del músico y crítico de rock Javier Diz (Jackson Souvenirs, Jaime Sin Tierra), que se encargó de poner las baterías y sumar guitarras y teclados. Su oído sirvió para equilibrar en la dialéctica del álbum. “Javier tocó y estuvo en la grabación como quien escucha un poco más de afuera que los compositores. Al ser canciones nuestras y cantarlas, y Julián grabarlas, bueno, era imprescindible alguien que viera todo con un poco más de distancia. Entendiendo también qué era lo que buscábamos”, aclara Rosario.
Pintura de guerra tiene poco más de un mes de vida, pero la buena repercusión los tomó por sorpresa. “A muchos los emociona o parece que el disco los acompaña bien en alguno de sus propios trances sentimentales, sean presentes o alguna vez vividos”, explica la cantante.
Y agrega: “Son canciones de amor, pero salen del estereotipo del amor afectado y con aires dramáticos. Los sentimientos pueden ser intensos, pero en las canciones se habla de una renuncia a escribir siempre la misma historia de amor que termina con un drama”.