LA NACION

El único camino

-

Tengo una hija de siete años con síndrome de Down y creo en la defensa de la vida humana desde la concepción, más allá de que incluso nos pueda resultar diferente de lo que hubiéramos deseado. No creo que nadie sueñe para su vida tener un niño con una discapacid­ad y no conocí a ninguna mamá que no haya llorado al enterarse de que el niño en camino o recién nacido llega con dificultad­es. Pero hoy no puedo concebir mi vida sin Francisca, ni imaginar haber sido yo quien decidiese si merecía vivir o no. Ojalá pudiera transmitir mi experienci­a y que Francisca pueda ser para otras mamás, que tal vez estén pasando por embarazos de hijos que no son lo que hubieran deseado, ejemplo de una vida tan invalorabl­e y merecedora de dignidad como cualquiera. Y que pudiera convencer a los legislador­es de que el aborto no debería, no puede ser el camino. Después de todo, ¿camino hacia qué? Hacia una sociedad segurament­e más utilitaris­ta, donde el que no sirve lo descarto. Útil, sin embargo, ¿medido con qué parámetros?

La vida de mi hija es para muchos una vida útil, luminosa, que en sus pocos años ha enseñado de paciencia, espera, flexibilid­ad, creativida­d, autosupera­ción, a quienes se han cruzado en su camino. Y creo que, como ella, nadie sobra en este mundo. Es cierto que la discapacid­ad y la dificultad siempre interpelan. Y nos presentan el desafío de encontrar mejores y más creativas formas de incluir en nuestra sociedad. Ahí es donde tenemos que poner el esfuerzo. No digo que sea fácil, pero estoy convencida de que es el único camino hacia el mundo, que, por lo menos yo, pretendo dejarles a mis hijos. Lucía Fernández Madero de Gueydan DNI 25.096.055

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina