Teravisión: un trabajo performático que se enreda en su propio dispositivo
Hasta mañana se presenta esta propuesta de Augusto Zanela y Edgardo Mercado en la que interviene Marcos López
Dice la información de prensa sobre Teravisión, trabajo interdisciplinario del artista visual Augusto Zanela y el coreógrafo Edgardo Mercado con la participación del fotógrafo Marcos López en el papel de narrador, que abre la temporada anual del Centro de Experimentación del Teatro Colón (CETC): “Se trata de una instalación performática que propone la utilización de dispositivos digitales cotidianos (móviles, tabletas, computadoras) para sumergir al espectador en una realidad alternativa en la que el público será participante activo y determinante, moldeando su experiencia al mismo tiempo que la transita”.
Después de recorrer las cinco escenas que hacen a la propuesta se abren algunos interrogantes. Por lo pronto, al utilizar dispositivos digitales todo hace suponer que, generacionalmente, hay un sector de un potencial público que se queda afuera de la experiencia. También podría quedarse afuera el que no tiene celular o no tiene suficiente memoria en su dispositivo para descargar la aplicación, pero, así informan desde el Teatro, hay algunas tabletas disponibles.
La propuesta en sí misma a cargo de creadores de amplísima trayectoria y con una segunda línea en la que aparecen, por ejemplo, talentosos creadores como el compositor Nicolás Varchausky (su diseño sonoro es uno de los planos más acertados de la experiencia) o el escenógrafo Ariel Vaccaro, está cargada de citas, de juego entre el vivo y lo grabado, referencias intertextuales, revisitas a obras artísticas tanto históricas como recientes y situaciones que hacen entrar en fricción lo real con lo ficcional en medio de un espacio casi oscuro que radicaliza aún los límites de la percepción visual. Frente al abanico de planos el espectador, en penumbras, debe ir ajustando su dispositivo móvil para completar el recorrido.
Claro que, a falta de una información más clara en el kilómetro cero de esta experiencia, puede suceder que el espectador termine más pendiente del uso de la aplicación como de ir cambiando de señales de Wi-Fi cada vez que se pasa a otra sala que en esa propuesta de fluir en penumbras y dejarse llevar por los distintos planos sensoriales que plantea
Teravisión. Vale aclarar que, a cada paso, siempre hay un amable asistente dispuesto a resolver la situación.
También puede suceder que entre tanta batería de estímulos, disturbios y dispositivos el olor a campo de la última escena o escuchar en vivo a Marcos López, en medio de sus espectros, se conviertan en signos de tanta potencia que ponen en crisis un dispositivo que parece estar en proceso.