LA NACION

ÍCONO DEL CINE FRANCÉS, FILMA A LOS 89 AÑOS

La leyenda del cine francés vuelve a sus 89 años con Visage Villages, su último film, nominado al Oscar

- Texto Pablo De Vita

A

llo, bonjour! Buenas tardes”, dicen del otro lado de la línea y el ínfimo momento estremece. La que saluda es un ícono viviente del cine francés y una directora de renombre que vivió de manera cotidiana el cine de autor de los años 60 junto a quienes hoy están en los libros de historia. La misma que todavía, con 89 años (cumplirá los 90 el 30 de mayo próximo), establece otra marca incluso en Hollywood al ser la primera vez que un oscar honorario se entrega a una directora, que además reciba una nominación en la misma temporada. esto último fue por su exquisita película Visages Villages, que hoy llega a los cines argentinos y que permite mantener una conversaci­ón que oscila entre la lucha combativa del feminismo que abrazó en su juventud y los recuerdos nostálgico­s de jacques demy, su gran amor; de una voz firme y decidida a otra pausada y dulce que permite imaginar a agnès varda como esa abuelita que cualquiera quisiera tener, aunque es dueña de una vitalidad sorprenden­te: “Trato de ver todas las películas de los jóvenes y hay películas jóvenes y viejas, y hay jóvenes cineastas que hacen cine de viejos”, señala.

Pero, como en los cuentos de hadas que le gustaban a demy, todo sucederá después, cuando la fantasía se convierta en realidad. en la primera conversaci­ón agnès confirma que su visión es borrosa, pero su ánimo es firme: “¿Tiene el pressbook de la película? Léalo y vuelva a llamar”, dice sobre el material de prensa.

el encantamie­nto se suspende, pero por fortuna solo por 24 horas:

“Allo, bonjour! Buenas tardes”, repite al día siguiente la voz de agnès al teléfono. Leída la informació­n respectiva, confiesa que no desea expandirse sobre Visages Villages al no estar participan­do su codirector: “No me gusta mucho referirme a la película al no estar J.r. presente”, dirá con profunda ética profesiona­l. en rigor, fue la hija de varda, rosalie, quien generó el encuentro entre la legendaria realizador­a y el singular artista callejero y fotógrafo para que –entre visita y visita– se fuera consolidan­do el vínculo: “en cualquier caso, nos divertimos conduciend­o por la Francia rural en ese camión”, señala agnès sobre la experienci­a de ir de pueblo en pueblo retratando gente común, ella con su cámara de video y J.r. con la suya, que luego plasmaba en tan gigantesco­s como efímeros retratos de varios metros de altura que decoraban casas, tanques de agua y paredes de varias regiones de Francia, y que dan como resultado una emotiva amalgama de agricultor­es, trabajador­es, aldeanos y obreros a través de la memoria de un país plasmado, precisamen­te, por sus desconocid­os habitantes. Consultada sobre el alcance de su cine para el gran público, reflexiona: “No sé si mi cine es popular, pero trata temas que le interesan a todo el mundo en una forma documental, y eso no interesa a todo el mundo. es un público limitado en relación con los films de ficción, pero ¡atención! que lo que hago con J.r. se va a estrenar en la argentina en varios cines a la vez”, dice con tono cómplice.

No hay nada que sea por igual más fácil y difícil que hablar con varda, un ícono viviente que construyó de manera autorrefer­encial buena parte de su labor como artista. en varias de sus películas pueden rastrearse elementos de su vida personal y sus inquietude­s y en otras tantas la mirada a su marido Jacques demy, que falleció de sIda en 1990, y sobre quien indagó en su universo poético. una síntesis perfecta como primera aproximaci­ón es Las playas de Agnès, que el museo del Cine proyectará el próximo sábado celebrando su primera década de realizació­n, y que resulta ideal para conocerla. en el momento de la reflexión teórica sobre el cine de los 60, varda no cree que exista una división tajante entre un público popular y otro más intelectua­l o culto: “No estoy de acuerdo porque el espectador tiene capacidad de inteligenc­ia y emoción y, según el país, la cultura o la educación. entonces toma la película como puede y como quiere, pero a veces este último punto en realidad no es tan libre, porque hay condiciona­ntes. Lo importante es que yo hago las películas para todo el mundo, porque a todo nivel se la puede tomar”.

–Y que es lo que más le han señalado respecto de Visages Villages.

–Hay críticos e intelectua­les que escriben cosas muy lindas para sus trabajos, pero hay una mayoría de personas que vieron la película y les gustaron dos cosas, una es la gente con la que nos cruzamos y con la que compartimo­s la simpatía, el amor, la confianza, y además nos contaron sus comportami­entos y, fuera de la política, hablaron de sus trabajos y sus emociones. La segunda es la amistad que tengo con J.r. con 55 años de diferencia y que eso no tiene importanci­a ni para nosotros ni para la gente que nos habló. eso tranquiliz­a un poco porque hay tanto miedo y horror a la vejez que es agradable ver a un hombre y a una mujer que pueden divertirse con eso.

–Estuvo en Hollywood en un momento muy importante en relación con la mujer. ¿Cree que es posible un cambio cultural más profundo?

–evidenteme­nte siempre la historia va muy despacio. soy feminista desde los años 50 y 60, cuando se dieron muchos cambios muy importante­s en la sociedad. Cuando era una joven mujer no tenía derecho a votar, las mujeres no podían usar pantalones en la oficina, las mujeres no podían tener una cuenta bancaria sin apoyo del padre o el marido. estos son ejemplos exagerados porque la verdadera lucha es por la igual- dad de sueldos, el derecho a elegir; además yo milité mucho por eso, el derecho a decidir si uno quiere hijos o no y que no sea una decisión del marido, de los padres, del juez, del cura, del médico, etcétera. en todo caso, si las cosas cambian, van a cambiar por los hombres, porque van a comprender que no pueden compartir nada con mujeres que tienen otra actitud. debe cambiar, lo que pasó en el oscar no puede ser un ensayo nada más.

Una trayectori­a, una historia

La apretada biografía señala que nació como arlette en Bruselas, de madre francesa y padre griego, que se casó primero con el actor y director teatral antoine Boursellie­r, con quien en 1958 tuvo a rosalie (también dedicada al mundo del cine), y en 1962, con demy, con quien tuvo a su hijo, el actor mathieu demy. directora de cuarenta películas entre cortometra­jes y largometra­jes documental­es y de ficción, subyacen Cleo de 5 a 7, Daguerroti­pos, Sin

techo ni ley, Jacquot de Nantes y Cinevardap­hoto, por solo mencionar algunos títulos de una filmografí­a deslumbran­te. asimismo, en el CCK pueden verse Les visitants: Guillermo Kuitca y la colección de la Fondation Cartier, que incluye una obra suya: “Quiero destacarla porque es una gran exposición y estoy muy contenta de que una de mis obras artísticas, titulada Las viudas, esté expuesta ahí”, señala con alegría en la voz varda. Indagar en su cine es conocer a quien es considerad­a la piedra basal sobre la que se erigió, nada menos, que el estilo de la

nouvelle vague francesa.

–¿Se siente a gusto en el universo digital?

–Conocí muchos formatos de cine, el scope, 16 mm, 35 mm, y todos los de video, y también las nuevas cámaras digitales. Creo que se evolucionó con lo que se propone, pero no por eso estamos obligados a abandonar el resto. entonces las herramient­as contemporá­neas son más fáciles y permiten a muchos jóvenes acceder a hacer cine porque si no sería muy caro y complicado, y hay un cine nuevo relacionad­o con las pequeñas cámaras, incluso con el teléfono. Yo no podría filmar con un teléfono, hago muchas cosas ya con un teléfono. Pero entre tantos medios y herramient­as deben prevalecer la intención, el proyecto y la voluntad, que está o no.

–Pareciera que no existe un día en el cual no piense en Jacques Demy…

–Jacques demy siempre está presente, sigo viviendo en la misma casa, hicimos mucho para que las películas de demy estén en eventos y, por ejemplo, en un gran cine de París se exhibió Las señoritas de Rochefort y el karaoke. entonces toda la gente que cantaba canciones conocía la letra porque la leía, como en el karaoke, pero como conocen la película hablaban también en lugar de los actores. Fue maravillos­o, como si ya conocieran todo. Las películas de demy están muy vigentes, sobre todo en Francia. recuerdo cuando fue a la argentina con Catherine deneuve para presentar Los paraguas

de Cherburgo, y dijo que habían tenido un éxito formidable, hablamos de 1964.

–Si bien ha dicho todo en su cine sobre Jacques Demy, resulta imposible no reflexiona­r sobre cómo aparece la referencia a él en Visages Villages.

–evidenteme­nte viste la película y no esperaba que sucediera eso que allí sucede. recuerda que éramos amigos y la palabra me hizo mucho más mal que la ausencia. Pero al mismo tiempo mi carácter me hace recordar momentos felices con Godard, anna Karina y demy pasando veranos magníficos, entonces ahora puedo ser una persona de edad, pero no puedo borrar la felicidad, prefiero recordar los años buenos.

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Ap Un ícono viviente del cine francés que no se reprime nada
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 ?? Ifa cinema ?? Una de las escenas del film que codirigió junto con el artista callejero J.R., que se basa en distintas historias humanas
Ifa cinema Una de las escenas del film que codirigió junto con el artista callejero J.R., que se basa en distintas historias humanas
 ?? Ifa cinema ?? El camión en el que Varda y J.R.viajaron por Francia
Ifa cinema El camión en el que Varda y J.R.viajaron por Francia
 ?? Ap ?? Con Angelina Jolie, cuando recibió el Oscar honorífico
Ap Con Angelina Jolie, cuando recibió el Oscar honorífico

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