Al fin, los campeones del ’86 regresaron a Tilcara... con la copa
En el marco del tour del trofeo por el país, ocho de los consagrados en México volvieron a la ciudad donde se prepararon; niegan que haya habido una promesa a la Virgen, pero los lugareños insisten en que sí
TiLCARA, Jujuy.– Sergio Batista la besa. Ricardo Giusti le sonríe. Julio olarticoechea la abraza. Nery Pumpido se toma una foto, a solas con ella. José Luis Brown, oscar Garré y Héctor Enrique la observan. Carlos Tapia la eleva hacia el cielo. No es una paradoja. Cuando la copa mundial creada por Silvio Gazzaniga está en la Argentina, más lejos de ella se muestra en términos futbolísticos. El histórico 6-1 que el equipo de Jorge Sampaoli recibió a 9545 kilómetros de esta apacible ciudad resultó un cimbronazo, acá y en todos los rincones del país. Así, entre promesas a la Virgen, pedidos de cumplirlas, alegrías, desazones y la visita de varios campeones de México 1986, Tilcara vivió una jornada que quedará en la memoria de su gente.
Fue un día fuera de lo común para los 6250 habitantes de San Francisco de Tilcara. En el corazón de la quebrada de Humahuaca, un puñado de personajes pinta un paisaje diferente. “Campeones del ’86, cumplan su promesa y vuelvan a Tilcara”. El pedido, en forma de bandera celeste y blanca, aparecía en el medio de un potrero rodeado por montañas bellas e imponentes. Son Walter Wayar, Carlos Cabrera, Martín isidoro, Benito Benici, Jorge Mendoza y David Gordillo quienes desde hacía 32 años esperaban para cerrar el capítulo de una leyenda que parecía no tener final.
Un mito, un misterio. La relación entre Tilcara y la selección argentina acumula creencias, verdades, mentiras y dos posturas diferentes. La historia nació entre el 6 y el 15 de enero de 1986 entre 14 jugadores, el cuerpo técnico encabezado por Carlos Bilardo y varios quebradeños que hicieron de sparrings y compartieron extensas jornadas de entrenamiento en esta localidad ubicada 2465 metros sobre el nivel del mar, una altura similar a la que afrontó el elenco argentino en México. Según los pobladores, algunos futbolistas habían prometido a la Virgen de Copacabana del Abra de Punta Corral volver si conquistaban el Mundial.
Finalmente, varios integrantes del seleccionado que se consagró en el estadio Azteca regresaron a la tierra jujeña, en el marco del Trophy Tour de Coca-Cola. Los campeones estuvieron participando en un documental que se estrenará a mediados de abril. Pumpido, Brown, Garré, Batista, Giusti, Enrique, Tapia y olarticoechea pisaron nuevamente esa cancha de tierra y piedras (hoy parte del club Defensores de Belgrano) en la que se prepararon para disputar la Copa del Mundo. El reencuentro, promesa aparte, resultó emotivo. Hubo lágrimas de los exsparrings, pedidos de y besos y abrazos a la copa –solo los campeones pudieron tocarla–, y sobraron las anécdotas. “Es pesadita, eh. ¿Será la misma?”, comentaban los exfutbolistas entre risas mientras la gente entonaba el clásico “volveremos, volveremos, volveremos otra vez, volveremos a ser campeones, como en el ’86”.
Los campeones de México expusieron su punto de vista en relación con la supuesta promesa.
“¿Cómo vamos a hacer algo así? Muchos de los futbolistas del mismo plantel después jugamos la final del Mundial en 1990. ¿Queríamos perderla? Por supuesto que no. Si hubiéramos prometido algo, lo habríamos cumplido”, enfatizó Pumpido.
“Para que se den una idea: en cada comienzo de mes yo voy a la basílica de Luján para agradecerle a la Virgen. Soy creyente y siempre le llevo un regalito. ¿No habría hecho lo mismo en caso de prometer lo de Tilcara?”, dijo Brown.
“Es un mito que fue agigantándose y nos pone mal, porque parecemos los malos de la película. La única promesa fue con la Virgen de Luján y se la cumplió. Acá teníamos ganas de volver por el cariño que nos brindó la gente”, expresó Garré.
“¿Fuimos a ver a la Virgen? No, porque no hubo ninguna promesa de los muchachos. Acá estamos para agradecerles a los vecinos”, agregó el arquero Pumpido.
“Malinterpretaron las cosas. Queríamos volver y compartir con este pueblo para recordar lindos momentos. Dejemos algo claro: Messi no depende de una Virgen para ganar el Mundial”, remarcó Giusti.
“La historia de Tilcara es mentira. Lo inventaron ellos. Yo cumplí todo lo que prometí, fui cuatro veces caminando a Luján”, aseguró Bilardo en TyC Sports.
La recorrida de los exjugadores incluyó un paseo en autobomba y visitas al hotel de Turismo, el único de la zona que en enero de 1986 les ofrecía instalaciones confortables, y la plaza Antonino Peloc, donde fueron recibidos por unos 100 vecinos. Sin posibilidades de observar el encuentro entre España y el conjunto de Sampaoli, la información llegaba al grupo argentino mediante los teléfonos celulares. “¿Cómo van?”, se escuchaba permanentemente entre Enrique, Tapia y Giusti. En el momento exacto en el que los ocho campeones volvieron a levantar la copa para ofrecerla al público, el marcador todavía era benévolo para con la Argentina en el Wanda Metropolitano: 2-1, por el reciente descuento de Nicolás otamendi.
Frente a la plaza Peloc se ubica la iglesia Nuestra Señora del Rosario, pero los campeones no se acercaron. Y dentro de ella tampoco estaba la imagen de la Virgen, porque en estos días de veneración 5000 personas suben con ella –a lomo de burro o a pie– al Santuario de Punta Corral, un paraje situado a 25 kilómetros. Cuentan, también, que el Padre Aldo no se mostró muy entusiasmado con la idea de abrir la iglesia para recibir a los exdeportistas. “Estamos contentos con el reencuentro. Pero los muchachos todavía no cumplieron la promesa con la Virgen y eso es muy grave. Si se le pide, se le cumple. ojalá algún día lo hagan. Nosotros estábamos todo el día con ellos, nos preguntaban por el pueblo, la idiosincrasia, la imagen de la Virgen. Y la promesa en ese momento existió”, aseguró Gordillo, músico, sparring en 1986 y hoy dueño de un restaurante en Tilcara.
A su vez, los locales exhiben con orgullo las fotos tomadas con los jugadores en aquellos días. “Yo estuve presente en el momento de la promesa porque fui con Bilardo y varios futbolistas a la iglesia”, aseveró Sara Vera, dueña del predio donde se entrenó el plantel para la cita mundialista. La reconstrucción del tema cuenta con todos los condimentos. Lo que no tiene, por ahora, es el cierre, el capítulo final, y entonces la leyenda se agiganta.
“Para nosotros es un orgullo que el trofeo esté por primera vez en nuestra tierra. Es una pena la caída que sufrieron en España, esperemos que la reviertan”, comentó Jorge, empleado de un bar cercano a la plaza. A medida que la goleada española fue tomando forma, la desazón les ganó en las calles tilcareñas a los lugareños amantes del fútbol. Un profundo contraste con aquel canto de “volveremos a ser campeones, como en el 86”, que había sonado un puñado de horas antes. “Es un resultado duro, inesperado”, apuntaron los vecinos al pasar. Aquella bandera, hecha a pulmón, que pedía el regreso a esta hermosa localidad terminó en una mochila.
Los campeones de México ya empacaban para regresar a Buenos Aires. Era el tiempo de un atardecer que Tilcara jamás olvidará. Mientras, el tour de la copa ahora pasará por Tucumán, Buenos Aires y Rosario. Tan cerca del público argentino, tan lejos en lo futbolístico.