LA NACION

La seguridad es mucho más que el scrum

- Jorge Búsico —para La NaCIoN—

e l Programa Rugby Seguro creado por la Unión Argentina de Rugby (UAR) es un excelente proyecto que debe ser difundido e instaurado en todo el país más allá de alguna que otra diferencia que, al fin de cuentas, no ayuda a lo que es el propósito fundamenta­l: cuidar la salud de los jugadores. La grave lesión cervical del joven pilar del SIC Jerónimo Bello, ocurrida en septiembre de 2016, hizo explotar las alarmas que ya venían encendidas desde hacía un buen tiempo. Como señala Néstor Galán, actual vocal y reciente vicepresid­ente de la UAR, se considerab­a normal tener un lesionado grave por año. “Estábamos haciendo todo mal. Uno solo es una barbaridad”, agrega.

Rugby Seguro nació de un equipo de trabajo que se generó tras la lesión de Bello. El primer reflejo apuntó hacia el scrum, la formación que más lesionados graves provocó en este deporte. De hecho, se convocó para las reuniones a algunos especialis­tas en ese aspecto del juego. Pero hurgando y hurgando, quedó expuesto que la seguridad va mucho más allá del scrum; que no estaba garantizad­a en su totalidad y que, además, responde a una cuestión cultural de los argentinos. Un ejemplo básico para reflejar esta situación: ¿de qué puede servir reglamenta­r empujar solo un metro y medio en el scrum si había partidos que se disputaban sin un médico presente y autorizado?

A tal efecto, la UAR creó un comité que posee un representa­nte de cada una de las áreas que tienen que ver con el propósito (médico, estadístic­o, reglamenta­rio, comunicaci­ón, sistema, político) y con el agregado de alguien que sabe literalmen­te en carne, hueso y mente de qué se habla: Alexis Padovani, uno de los que quedó en silla de ruedas tras haberse lesionado en un scrum. Ese grupo se reúne todos los miércoles, a las 8 de la mañana, en la UAR para pensar cómo mejorar la seguridad de este deporte. Y en ese camino se fueron tomando medidas que dieron buenos resultados el año pasado y en lo poco que va de este. Algunas de esas medidas aún son discutidas –el empuje de 1,5 metro en el scrum en las divisiones superiores–, pero también deben verse como preventiva­s y no como definitiva­s.

Lo que sí es definitivo es Rugby Seguro. “Es para toda la vida”, remarca Galán. Padovani fue más crudo cuando se realizó la primera presentaci­ón: “El que no quiereesto,sepuedeir”.Sedesignóa­unrepresen­tante de seguridad por cada Unión e integrante­s del comité se han comprometi­do a ir a todos los lugares este año. Se empezó ya por Ushuaia, Córdoba y Mendoza.

Idoneidad, lealtad y cultura son tres de los lemas sobre los que se sienta Rugby Seguro. Hay algo claro: no debe existir más lugar para la trampa. De ningún tipo. Los cultores del rugby deben respetar los valores con los que fueron formados en este deporte.

Más allá de las estadístic­as del scrum (bajó el índice de derrumbes y reseteos; aumentó el de pelotas jugables) y más allá de otras discusione­s (es verdad que desde que en juveniles se empuja solo 1,5 metro, el scrum argentino ha perdido importanci­a en el alto nivel internacio­nal), hoy en el rugby argentino no empieza un partido si no está presente un médico autorizado, los referís de todas las divisiones están capacitado­s para ejercitar el RCP gracias a un convenio de la UAR con la Cruz Roja y se ha elaborado un minucioso protocolo de seguridad. ¿Una ambulancia por partido? “Sería lo ideal. Algunos clubes pueden afrontar ese gasto, que ronda los 60 mil pesos por día, pero para otros es imposible”, sostiene Galán.

Rugby seguro es un muy buen inicio. Falta abundar más aún sobre la salud y los controles de doping en el orden doméstico (los standares de la World Rugby son de lo mejor que hay en el mundo), pero se ha puesto el foco en la seguridad y eso es lo importante.

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