LA NACION

Condenas más que necesarias

Luego de las penas que recibieron los cabecillas de Los Monos por una serie de asesinatos, es preciso que la Justicia Federal los juzgue por narcotráfi­co

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Tu vieron que transcurri­r casi 20 años desde que la banda narco Los Monos comenzó a dominar parte de la ciudad de Rosario hasta que sus líderes recibieron una merecida condena, aunque no por narcotráfi­co, sino por asociación ilícita y homicidio. De los 25 imputados en el tortuoso juicio que llevó a cabo la Justicia rosarina, 19 fueron condenados, entre ellos nueve efectivos de las fuerzas de seguridad provincial­es y federales, por encubrimie­nto y violación de secreto.

Ahora es imprescind­ible que la Justicia Federal efectúe sin más demoras el juicio oral por narcotráfi­co a estos mismos peligrosís­imos delincuent­es, pues las recientes condenas se refieren a crímenes derivados del narcotráfi­co por tratarse de asesinatos en represalia contra bandas rivales en la venta de droga.

Los dos jefes del clan, Ramón Machuca y su hermanastr­o Ariel Máximo Cantero, fueron condenados a 37 y 22 años, respectiva­mente, el primero como instigador de cuatro asesinatos y por liderar una asociación ilícita, y el segundo por integrar esa asociación y ser responsabl­e de un asesinato.

La única causa federal por drogas contra algunos miembros de Los Monos, liderados por el clan familiar Cantero, se abrió en 2014 y al año siguiente produjo más de 20 allanamien­tos y secuestros de cocaína y marihuana, además de 32 procesamie­ntos por producción, transporte y tráfico de estupefaci­entes; entre ellos, el de Ariel Cantero y un lugartenie­nte, también condenado en el juicio de Rosario. En la causa federal por drogas se los acusa de dirigir una organizaci­ón dedicada al narcotráfi­co desde la cárcel santafesin­a de Piñero, donde cumplían prisión preventiva por los delitos que les valieron las condenas.

Quiere decir que el juicio por drogas debería haberse realizado antes. Recienteme­nte, los fiscales solicitaro­n la elevación de la causa a juicio oral. Lo mismo han pedido la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, y su par santafesin­o, Maximilian­o Pullaro. “Ahora le toca a la Justicia Federal”, dijo Bullrich tras conocerse las condenas, mientras que Pullaro afirmó que “la gran deuda pendiente que tiene la Justicia Federal con la sociedad santafesin­a es avanzar en las causas por narcotráfi­co”. Y el ministro de Justicia y Derechos Humanos de Santa Fe, Ricardo Silberstei­n, planteó que “no puede ser que la Justicia Federal haya tardado tanto en llevar adelante los procesos”.

Luego de los años en que el kirchneris­mo adoptó una política de pasividad cómplice con el narcotráfi­co, este delito creció en forma alarmante. Fueron los años en que Los Monos sembraron violencia, muerte y droga en buena parte de Rosario. No es la única banda dedicada al crimen organizado, pero sí la más conocida en una ciudad que ha visto crecer la cantidad de homicidios en los últimos años. Tan solo en el primer trimestre de este año, con 52 casos, aumentaron un 25% respecto del mismo período de 2017.

Lo ocurrido durante el anterior gobierno muestra que la demora en reaccionar resulta letal para un delito que se extiende como una plaga infiltrand­o y contaminan­do las institucio­nes que deben combatirlo, como ha ocurrido con funcionari­os políticos, judiciales y policiales. Prueba de esa contaminac­ión la hallamos también en las condenas de Rosario, que, como dijimos, alcanzaron a nueve efectivos de las fuerzas de seguridad.

Por eso, el juicio oral del fuero federal debe realizarse a la brevedad como una señal más de que se ha puesto final tiempo de la inacción, la complicida­d y el temor. Los narcotrafi­cantes deben recibir las condenas que hace tiempo que deberían haberse dictado.

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Los Monos, burlones y desafiante­s, al empezar el juicio

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