el puesto de arquero se convirtió en una plaza que desconcierta

los clásicos exponen la inexperiencia de rossi; el nombre de Buffon, un alocado sueño xeneize

El mercado de pases aún no empezó. Sin embargo, en Boca los posibles refuerzos empiezan a surgir anticipadamente. Más ante golpes tan fuertes como el de anoche, en el Libertadores de América, ante Independiente. Uno de ellos parece utópico, pero vinculado a los flojos desempeños de Agustín Rossi: la inesperada y alocada versión dice que Boca haría un intento por incorporar a Gianluigi Buffon.

Desde el cuerpo técnico confían y defienden a Rossi, de 22 años, titular desde hace casi 18 meses. El presidente Daniel Angelici expuso eso aún cuando la semana pasada sentenció que irán a buscar “un defensor, un volante y un delantero” y que “con Guillermo por ahora no hablamos de contratar un arquero”.

Así y todo, desde afuera observan a Rossi con desconfianza. No es malo, en absoluto. Pero no deja de ser cierto que el arco de Boca se hace gigante para alguien de poca experiencia y que en tiempos en los que hay urgencias por ganar la Copa Libertadores no hay lugar a la espera del aprendizaje. Rossi puede ser responsable en algunos goles y en otro no tanto, pero en muchas jugadas genera una inseguridad que, por ejemplo, un arquero de trayectoria como Martín Campaña no tuvo cuando salvó una y otra vez el arco del Rojo ante las embestidas xeneizes. Experiencia, esa parece ser la clave en un equipo de peso para hacer más pequeño el bolso que contiene las dudas.

En ese contexto, apareció el nombre de Buffon. Sueñan con tentarlo e incorporarlo para la etapa final de la Copa Libertadores. Y en el vestuario hay una anzuelo que exprimirán al máximo: Carlos Tevez compartió plantel en Juventus y forjó en Turín una gran amistad con el arquero que levantó 19 títulos, jugó cinco mundiales y ganó la copa en Alemania 2006.

La frase “el arco de Boca no es para chicos” empuja a una búsqueda que asoma utópica y difícil de concretar. Si no se cumple, es probable que se busque otro apellido de peso y experiencia. Principalmente, porque los clásicos exponen a Rossi: contra River, en la Superliga, no tuvo una buena reacción ante el disparo de Ponzio que terminó en gol; luego, en la Supercopa, tampoco fue concluyente en las pocas veces que lo pusieron a prueba. Ante Racing, en la 9a fecha, descuidó el primer palo y le facilitó la definición a Augusto Solari; con San Lorenzo no respondió ante el remate de Botta... Ayer, enseñó una floja reacción en el gol de Benítez y sufrió con la pelota parada.

El arco de Boca, entre el desconcierto que genera un apellido utópico y el que provoca un arquero inexperto con sus actuaciones.