Se recupera el surfista argentino atacado por un tiburón
Le harán una segunda operación por las lesiones en las piernas
Mientras espera una segunda operación para sanarse las heridas en las piernas que le provocó el ataque de un tiburón blanco mientras surfeaba en Australia, Alejandro Travaglini pasa las horas con buen humor, lúcido y agradecido con quienes lo socorrieron segundos después de su batalla entre las olas con uno de los gigantes del mar. Rodeado de su esposa, sus hijos, su mamá y su hermana, el argentino se recupera favorablemente de las heridas sufridas anteayer en las costas de Grace Town.
“Lo operaron el lunes [por anteayer], pero tienen que hacerle una segunda intervención para cerrarle las heridas. Está despierto y de buen humor”, contó Roberto Travaglini, primo del surfista de 36 años que es hijo del exrugbier Alejandro “Chiquito” Travaglini, jugador del Club Atlético San Isidro y de Los Pumas.
Nómade, de espíritu libre, antes de llegar a Australia, Travaglini recorrió México, Brasil y otros países de América Latina. En uno de esos viajes conoció a su esposa, Tanya Hawthorne, con quien hace más de una década vive en Margaret River, en el oeste de Australia. Allí crecieron sus hijos, de 9 y 12 años. “Encontró su lugar en el mundo”, agrega su primo.
El surfista había ido a la playa a la mañana, antes de comenzar una competencia de ese deporte en la que trabajaba. Cuando pudo montarse en una gran ola sintió la presencia del tiburón, que, en esa zona, es habitual. En los dos primeros ataques, que le provocaron heridas en ambas piernas, Travaglini logró patear al tiburón que se alejó algunos metros; en una tercera embestida del animal el surfista usó la tabla para trabarle la mandíbula y así escapar con la corriente de una ola.
En la orilla otros surfistas y miembros de la organización del evento lo asistieron y en un helicóptero lo trasladaron al Royal Perth Hospital, donde le realizaron la primera intervención. En la habitación donde fue internado Travaglini recibió la visita de muchos colegas del mar. “Gracias a todas las leyendas que me ayudaron en la playa”, les dijo.