Los casilleros que le faltan para ser ídolo de Boca
Cristian Pavón tiene condiciones para transformarse en el próximo ídolo de Boca. Es un wing potente, encarador, veloz. Su condición física, por la que lleva 68 partidos seguidos, es apoyada también desde el desequilibrio futbolístico. Participó de manera directa en 23 de los 48 goles que marcó el equipo de los Mellizos entre la Superliga y la Copa Libertadores, con 7 anotaciones y 16 asistencias, las últimas dos aportadas con generosidad a Ábila para su doblete ante Unión. La gente lo ovacionó en la Bombonera como nunca antes.
¿Ya es ídolo? Todavía le faltan llenar algunos casilleros, sobre todo por las exigencias que reclama el simpatizantes xeneize. Porque Pavón suma 115 partidos con Boca (entre amistosos y oficiales), convirtió 30 goles y ganó 3 títulos: campeonatos 2015 y 2016/17 y la Copa Argentina 2015. Llegó a la Ribera en enero de 2015 y será la bandera del bicampeonato 2018 en caso de que el equipo termine sumando el punto que le falta en La Plata, pero para lograr sumarse a la mesa de los últimos ídolos xeneize, debería permanecer más tiempo en el club y ganar la Copa Libertadores. De mínima, fue el camino que recorrieron los ídolos xeneizes modernos como Bianchi, Riquelme, Palermo, Barros Schelotto, Serna y Schiavi, por dar algunos ejemplos. Pavón ingresó como suplente y le hizo un gol a River en el clásico del 3/5/2015, que Boca ganó 2-0, pero luego (por la Libertadores de ese mismo año) estuvo entre los once los dos partidos y no gravitó. Y en los cruces mano a mano en distintos torneos, en esos donde el fútbol no da revancha, casi pasó inadvertido.
Todos los nombrados anteriormente lograron la idolatría de los simpatizantes de Boca luego de ganar la Copa Libertadores (algunos en el 2000, otros en el 2003) y la potenciaron tras las Copas Europea-Sudamericana ante Real Madrid y/o Milan.
Riquelme, el máximo ídolo de la historia xeneize para muchos, jugó 427 partidos, convirtió 99 goles (datos de historiadeboca. com.ar) y ganó 11 títulos. Producto del potrero y con gran sabiduría táctica, brillaba en los clásicos ante River y se terminó de ganar a la gente en Japón, pisando la pelota y viendo cómo los futbolistas de Real Madrid no lo podían agarrar. Pavón irá al Mundial, es pretendido por Europa y nadie descarta que algún club pague en breve la cláusula de 36 millones de dólares. Tiene el potencial para seguir creciendo y sentarse en la mesa chica de los ídolos de Boca, el tema es ver si le dará el tiempo y si podrá sumarle (también) eficacia a su desequilibrio en las finales.