El éxito del cine argentino Dos más dos, que trata sobre dos parejas swinger, llega al teatro con un nuevo elenco
La obra, al igual que la película, aborda el mundo swinger entre dos parejas amigas; la trama promete conservar aspectos del guion original, pero los protagonistas no descartan ligeros cambios
en 2012, Dos más dos fue la película argentina más exitosa del año. su performance fue notable: con el millón de espectadores que convocó, el film producido por adrián suar solo fue superado en la taquilla por producciones de alto costo de la poderosa industria norteamericana como La era del hielo 4, Madagascar 3, Los vengadores y Batman: el caballero de la noche asciende. seis años más tarde, suar ha decidido llevar esa misma historia al teatro, con la expectativa clara de generar otro suceso comercial. sabe que el argumento ideado por Juan Vera y daniel Cúparo tiene los condimentos necesarios para una buena comedia, construida alrededor de un asunto que siempre despierta curiosidad y polémicas: el intercambio de parejas. Como cualquier comunidad, la de los swingers tiene sus reglas. Una de las más importantes es evitar involucrarse sentimentalmente con la pareja del otro. se promueve el ejercicio libre de la sexualidad, pero hay límites. y algunos de los cuatro protagonistas de esta obra dirigida por Marcos Carnevale los sobrepasan. ahí las cosas empiezan a complicarse... “esos límites los pone cada pareja. Una relación de muchos años siempre implica elecciones y estrategias para sostenerla, para mantenerla viva, en movimiento. Lo que pasa en la historia de la obra es que no se respeta un acuerdo previo. y cuando una de las cláusulas de ese acuerdo está medio borrosa, entran a tallar otros jugadores”, explica Julieta Zylberberg, quien en la ficción es Betina, la pareja de richard (Luciano Cáceres). ellos no tienen hijos y son los que consiguen tentar a emilia (elenora Wexler) y diego (Fernán Mirás) para que se sumen a un juego erótico que empezará siendo divertido y después se pondrá un poco más peligroso.
“La obra tiene un mecanismo narrativo muy efectivo, bien aceitado. y toca un tema que siempre es un misterio: la sexualidad. a medida que fuimos ensayando empecé a entender cosas específicas del mundo swinger que desconocía por completo”, cuenta Mirás. su personaje mantiene un vínculo estable y duradero con el de Wexler: tienen un hijo de 14 años y una vida familiar organizada que de pronto empezará a tambalearse. “Pareciera que entre ellos todo funciona perfectamente, pero cuando aceptan la propuesta de esta pareja amiga empieza la crisis. ella se da cuenta con más claridad de que a su relación ya le falta pasión, cree que la jugada puede ayudar a recuperarla y termina comprobando que esa elección tendrá sus consecuencias”, apunta eleonora.
entre richard y Betina también todo parece funcionar en buenos términos. Pero se sabe que muchas veces las apariencias engañan: aunque llevan un buen tiempo experimentando una sexualidad abierta, empezarán a notar las grietas de su relación a partir de esa aventura compartida con amigos tan cercanos. “evidentemente había una crisis oculta o que todavía no tenía ese nombre –sostiene Cáceres–. La vida swinger tiene sus códigos: siempre bajo el mismo techo y con el consentimiento de los que participan, sean cuatro, seis o diez. No te podés cortar solo. se activa el conflicto cuando se rompen las reglas. La obra también se pregunta qué pasa con lo emocional en estos casos. siempre es bueno diferenciar entre lo erótico y los sentimientos”.
en la película dirigida por diego Kaplan y protagonizada por suar, Julieta díaz, Carla Peterson y Juan Minujín, el atrevido desafío inicial se terminaba disolviendo en un final más bien tranquilizador. esta versión teatral, asegura Zylberberg, tiene otros matices: “Creo que la película te empujaba a pensar que sos swinger o te casás y tenés hijos, como si fueran necesariamente dos modelos irreconciliables. en esta obra esos límites son más difusos, hay menos moralina. en cuanto a mi personaje, que se termina desestabilizando, el problema es el cambio en las reglas acordadas. Cuando su pareja cambia esas reglas, se empieza a sentir más vulnerable, más celosa. y se angustia... estaba en su propio viaje, muy arriba, y cuando pasa algo fuera del camino estipulado se le aparecen todos los fantasmas juntos”.
aun cuando las decisiones que toma el personaje que encarna –un cuarentón bastante canchero que disfruta los beneficios de una vida profesional exitosa– son egoístas y notoriamente arriesgadas, Cáceres señala que “cuando una relación está estancada, la solución puede ser jugársela con algún movimiento. y los movimientos suelen implicar riesgos –añade el experimentado actor–. Cuando una relación se congela, se vuelve insoportable. eso no quiere decir que la salida sea ser swinger o entregarse a la trampa. Pero algo hay que activar”.
Mirás resalta como una de las fortalezas de la obra el cuidado de los autores por evitar los juicios definitivos: “es una comedia, entonces el mundo swinger aparece inevitablemente como algo un poco bizarro, gracioso. Pero no se lo juzga. en realidad, la obra ayuda a entenderlo mejor. Causa gracia lo que les pasa a mi personaje y al de eleonora porque ellos no están preparados para dar ese salto sin red. y lo dan sin reflexionar demasiado. Cuando se dan cuenta de que están en medio de ese juego, incluso muy fascinados con sacar a la luz una fantasía reprimida, aparecen también los inconvenientes”. Wexler opina igual y se corre un poco de la ficción para pensar cómo la afectaría una trama de este tipo en su vida real: “No podría sostenerlo –concluye–. yo me involucro mucho emocionalmente cuando estoy en pareja. sería un desastre”.
Dos más dos Direccion: Marcos Carnevale Funciones, miércoles, jueves, viernes, sábados, domingos teatro El nacional, Corrientes 960. Entradas, de 450 a 600 pesos.