LA NACION

En la dirección contraria, el acercamien­to con Kim se consolida

Trump anunció ayer que Pompeo estaba en viaje a Pyongyang, luego de que el líder norcoreano se reuniera con Xi Jinping

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PEKÍN.– Mientras el presidente Donald Trump volvía a encender la mecha entre Washington y Teherán al abandonar el acuerdo nuclear, la tormenta se alejaba de la península de Corea, la región que el año pasado llegó a ser el principal foco de tensión para la Casa Blanca.

Trump anunció en su discurso sobre Irán que en ese mismo momento el secretario de Estado, Mike Pompeo, estaba en viaje a Pyongyang, un destino inimaginab­le para un jefe de la política exterior norteameri­cana solo dos meses atrás.

“En estos momentos, el secretario Pompeo está en viaje a Corea del Norte para preparar mi futuro encuentro con Kim Jong-un”, dijo Trump sobre su inminente reunión con el líder norcoreano, en claro contraste con las sombrías declaracio­nes dedicadas al gobierno iraní.

Además del anuncio de Trump, Corea del Norte avanzó ayer otro casillero en su recién estrenada apertura diplomátic­a, destinada a sacar al país de su aislamient­o.

Kim realizó su segunda cumbre en dos meses con el presidente chino, Xi Jinping, días después de haber cruzado la frontera con Corea del Sur para abrazarse con el presidente Moon Jae-in, y en la antesala de la cumbre con Trump, toda una agenda revolucion­aria. La cita tuvo lugar en Dalian, en el nordeste de China, y reforzó el marco de entendimie­nto entre dos aliados separados recienteme­nte por la escalada nuclear norcoreana, una evolución que Pekín desaprobab­a.

“Después de mi primera reunión con el camarada presidente, las relaciones entre China y la República Popular de Corea han registrado avances positivos. Estoy feliz por eso”, declaró Xi.

Los avances se referían a las promesas de Kim de trabajar por librar a la península de Corea de armas nucleares, uno de los temas claves que estuvieron sobre la mesa en las discusione­s entre Kim y Moon.

Ahora empieza la cuenta regresiva para la cumbre entre Kim y Trump, a fines de mayo o principios de junio, en un lugar a precisar. Xi dijo que China “apoya la desnuclear­ización de la península de Corea y apoya las gestiones entre Corea del Norte y Estados Unidos para resolver el tema de la península mediante el diálogo y la consulta”.

China intenta mostrar que tiene un rol indispensa­ble en la búsqueda de una solución a las tensiones sobre Corea del Norte y le preocupa que sus intereses sean ignorados cuando Pyongyang y Washington establezca­n lazos diplomátic­os.

“Mientras las distintas partes abandonen sus políticas hostiles y amenazas en nuestra contra, no hay razón para que Corea del Norte sea un Estado nuclear y la desnuclear­ización puede concretars­e”, le dijo Kim al presidente chino.

“Espero forjar una confianza mutua con Estados Unidos mediante el diálogo”, agregó Kim. Y precisó que la resolución de las tensiones, así como la desnuclear­ización de la península, deberá darse por etapas con todas las partes involucrad­as marchando al mismo paso.

Corea del Norte realizó el año pasado su sexto ensayo nuclear, el más potente hasta ahora, y probó misiles balísticos capaces de alcanzar el territorio de Estados Unidos. Las tensiones entre Pyongyang y Washington alcanzaron entonces su clímax. Pero Kim comenzó a desandar el camino con una apertura progresiva hacia sus viejos enemigos.

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XIE HUANCHI/Afp Kim y Xi, ayer, en la ciudad portuaria de Dalian

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