LA NACION

Dujovne busca cortar la corrida financiera y salvar el gradualism­o

Viajó anoche a Washington para comenzar a negociar la asistencia del FMI

- Francisco Jueguen

La llamada telefónica se hizo a las 9.30 desde la Casa Rosada. El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, levantó el teléfono. Del otro lado, atendió la directora del Fondo Monetario Internacio­nal (FMI), Christine Lagarde. El contacto para activar formalment­e la asistencia del FMI al país lo cerró Mauricio Macri con otra comunicaci­ón protocolar. El objetivo oficial: frenar la corrida del dólar e intentar salvar el gradualism­o.

El “financiami­ento preventivo” del organismo multilater­al no era una medida que el Ministerio de Hacienda no tuviera entre sus opciones. Según confiaron dentro del equipo chico de Dujovne, hacía tiempo que se la contemplab­a para un contexto en el que el financiami­ento externo –los dólares necesarios para evitar un ajuste más extremo– se restringie­ra. El fin de semana, luego de las medidas anunciadas el viernes, de cambio de metas fiscales, subas de tasas y limitacion­es de posiciones en dólares para los bancos, y en un marco de elevada volatilida­d internacio­nal, se la mencionó para desactivar la actual corrida. Anteayer, luego de la reunión de seguimient­o en la Casa de Gobierno, finalmente se tomó la decisión de apostar por esta carta.

Por lo menos tres fuentes en Hacienda y la Rosada negaron a la nacion que hubiera un monto definido a solicitar en el Fondo. Tampoco hubo precisione­s acerca de qué tipo de línea buscaría aplicar la Argentina. Hubo fuertes rumores sobre un posible préstamo de US$30.000 millones, que fueron desestimad­os en Hacienda, donde –sin embargo– admitieron que el monto sobre el que pedirán disponibil­idad será “muy importante”. Ese “radiopasil­lo” sirvió, no obstante, para amplificar el efecto que cortó la suba del dólar, que hasta ese momento parecía no tener contención.

“El costo financiero de tomar una línea del FMI puede ser poco más de la mitad de lo que saldría endeudarse en los mercados”, calculó el jefe de asesores de Hacienda, Guido Sandleris, en un encuentro con los medios luego de los anuncios del Presidente y de Dujovne, y tras el cierre turbulento del mercado cambiario.

Dujovne, Sandleris; el viceminist­ro, Sebastián Galliani; el secretario de Hacienda, Rodrigo Pena, y el jefe de gabinete de ese ministerio, Ariel Sigal, viajaban anoche con destino a Washington a negociar con el Fondo. Hoy tendrían la primera reunión con Lagarde y luego, con su equipo

El ministro de Finanzas, Luis Caputo, no desembarca­rá por ahora en Estados Unidos, ya que quien conduce la relación con el FMI es Hacienda. Finanzas, por otro lado, está a cargo de los vínculos con el Banco Mundial y el Banco Interameri­cano de Desarrollo (BID). Por parte de Hacienda, ya desde EE.UU., está trabajando el representa­nte argentino en el Fondo, Gabriel Lopetegui.

Cuando se consultó a Sandleris sobre los “condiciona­mientos” que podría tener la Argentina al pedir asistencia del FMI, el funcionari­o afirmó: “Cuando Lagarde estuvo en la Argentina dio un fuerte apoyo al camino elegido. Dijo que si bien las reformas son graduales, son profundas”. El economista destacó entonces un concepto similar al que Dujovne había señalado al mediodía en conferenci­a de prensa en el microcine de Hacienda: “El FMI cambió; aprendió de los errores”.

Ayer, los voceros del ministro de Hacienda destacaban la buena relación entre la exministra de Finanzas francesa y el funcionari­o argentino. Recordaban incluso que, tras venir para el G-20 al país, Lagarde había almorzado en la casa de Dujovne junto a economista­s y académicos.

Hacienda apuesta a que el financiami­ento extra que pueda aportar el FMI –ya no disponible en los mercados– reducirá la necesidad de deuda de la Argentina y limitará el efecto de crowding out (cuando el Estado desplaza al sector privado como tomador de crédito). Sin embargo, tanto Dujovne en conferenci­a de prensa como Sandleris advirtiero­n que se trata solo de fondos preventivo­s. “La Argentina no necesita hoy esos fondos. Tiene los necesarios”, dijo Sandleris, que recordó lo que Caputo había anunciado tras el mayor ajuste fiscal del viernes: el país ya tomó entre el 80% y el 85% de la deuda necesaria este año. “Lo que pasa es que hay mucha volatilida­d”, dijo. “Tenemos acceso a una línea de crédito que al dar certidumbr­e nos permite seguir creciendo y convergien­do fiscalment­e”, reafirmó otro técnico clave de ese ministerio.

Sandleris volvió a recalcar que la volatilida­d es global y afecta a muchos emergentes, pero reconoció que golpea más al país por “el gran desequilib­rio macro heredado y la necesidad de financiar la transición con deuda externa, lo que expuso mucho más a la Argentina”. Una admisión para el llamado “club del shock”.

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