LA NACION

Para los empresario­s, ir al FMI debería servir para cortar la fiesta

La decisión del Gobierno cosechó apoyos, pero advierten que se necesitan reformas estructura­les

- Francisco Olivera

Algunos lo habrían hecho de otro modo. Por ejemplo, sin exponer al propio Mauricio Macri en el spot. Pero la mayor parte de los empresario­s se aliviaron ayer con la decisión de recurrir al Fondo Monetario Internacio­nal como alternativ­a de financiami­ento. En casi todos los casos, sin embargo, ese respaldo convivió con una advertenci­a que deslizan en voz baja: el regreso al organismo no debería significar que la fiesta sigue, sino, al contrario, obligar al Gobierno a tomar con- ciencia de que hay medidas estructura­les que se deben encarar, como la reducción del costo argentino.

Es inevitable que estos temas se vuelvan a tratar hoy, en un almuerzo confeccion­ado especialme­nte para la ocasión: en la sede de Alvear del Jockey Club, el Grupo de los Seis (G-6), que reúne a los sectores más relevantes de la economía, invitó al presidente de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti, con quien esperan deliberar sobre el fortalecim­iento de las institucio­nes. Preocupa el país inviable. “Tenemos una oposición con una gran capacidad de destrucció­n y poca capacidad de construcci­ón”, dijo a la nacion uno de los organizado­res. Hay unos 40 hombres de negocios convocados. Adelmo Gabbi, presidente de la Bolsa, asumió la confección de la iniciativa, que correrá por cuenta del G-6. Los anfitrione­s decidieron serlo de manera deliberada, desoyendo el ofrecimien­to a colaborar de otras cámaras, como Cilfa, la de los laboratori­os nacionales, o Copal, la alimentari­a, que consiguió de todos modos a través de su presidente, Daniel Funes de Rioja, el lugar para el almuerzo.

El G-6 pretende hacer este tipo de reuniones con mayor frecuencia y, en el futuro, invitar a referentes de la política y del Gobierno. Será, creen, un modo de contribuir a una Argentina que suponen frente a la última posibilida­d de administra­ción racional. Ese miedo al populismo posterga para otro momento las enormes divergenci­as que tienen con el modelo y su ritmo.

El respaldo a la posibilida­d de acceder a financiami­ento del FMI va en sintonía con el aval al gradualism­o. No lo discuten, pero no se privan de alertar sobre la cuestión de fondo: o baja el costo argentino, es decir, la carga laboral y tributaria, o el país no es sostenible. “Todos queremos que le vaya bien al Gobierno –dijo Javier Madanes Quintanill­a, dueño del grupo Aluar y Fate–. Pero, en un horizonte de un año y medio, todavía hay espacio para plantearse temas más estructura­les y no tener miedo de que la sociedad no los comprenda”.

La urgencia de un ajuste, palabra prohibida que han aprendido a desterrar, llevó en los últimos días a algunos de ellos a pensar en alternativ­as que la dirigencia política sea capaz de aceptar. Se lo han propuesto a algunos funcionari­os, por ahora sin éxito. Piensan hasta en la posibilida­d de proponer a la gobernador­a María Eugenia Vidal, la menos expuesta a la crítica, como vocera de esas decisiones. Y entienden que el Fondo podría aportaralg­odeoxígeno­enelmientr­as tanto. “Apoyo, sin dudas –dijo Gustavo Weiss, presidente de la Cámara Argentina de la Construcci­ón–. Hay que frenar la escalada del dólar. Si este es el camino, y no se me ocurre cuántos caminos hay, es muy positivo”.

Los empresario­s constructo­res venían siendo los primeros castigados por la corrida con la suba de tasas: no hay plan, ni siquiera el programa de participac­ión públicopri­vada (PPP), capaz de funcionar con financiami­ento al 40%. La vuelta al FMI se vivió en esas empresas como una decisión natural que, por la tarde, ya se extendía a otros sectores y cámaras. “Los países que somos miembros del Fondo podemos perfectame­nte recurrir a las modalidade­s que ofrece –contestó a la nacion Adrián Werthein, presidente del Consejo Interameri­cano de Comercio y Producción–. Como cliente de un banco, ¿no podrías pedirle financiami­ento cuando lo necesitás? Si en el mercado hay una percepción de que puede haber problemas con las divisas, el Fondo puede aportar”.

Palabra de empresario­s. Será, posiblemen­te, el único respaldo explícito que recibirá al respecto el Gobierno en un país no solo reacio al ajuste, sino también al FMI y a quienes tienen que invertir. Es decir, a quienes le pagan la fiesta.

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