Violencia de género y justicia
Muchos han sido en los últimos tiempos los avances en la prevención de la violencia de género. Hay una mayor conciencia en la sociedad en general respecto de que no debe naturalizarse el maltrato físico y psicológico que padecen mujeres y hombres –aunque en distinta proporción, pero que debe preocuparnos de la misma forma–; se han sancionado leyes específicas, se abrieron espacios de educación y contención y dentro de muy poco comenzará a funcionar el Cuerpo de Abogados y Abogadas para las Víctimas de Violencia de Género, creado por ley hace más de dos años.
Es una de las tantas patas que faltaban para abordar esta difícil problemática. Y, sin dudas, es una de las más importantes, por cuanto se trata de especializar a letrados en cuestiones de género, garantizando el acceso a la Justicia de todas las víctimas por igual, con un servicio de calidad y gratuito.
En medio de la extrema gravedad de la situación planteada por este drama en nuestro país –en los primeros meses del año se mantuvo la trágica estadística de un femicidio cada 30 horas–, hay tres aspectos para destacar. En primer lugar, que la creación de este cuerpo de letrados haya sido prevista por una ley, sancionada durante el gobierno anterior, y que sea el actual –en una continuidad que da muestras de la importancia que adquiere el tema– el que ponga en funcionamiento el registro. En segundo término, que la iniciativa no solo redundará en una mejor y más amplia atención de las víctimas, sino que fortalece a la abogacía como profesión, con la especialización en temas de suma actualidad, mediante la inscripción en un curso, para lo cual los interesados deberán cumplir con una serie de requisitos que la propia ley exige. El más importante de esos requerimientos: que esos letrados sean formados en la perspectiva de género y que tengan cierto perfil de idoneidad técnica y moral para patrocinar a las víctimas, según destacó la subsecretaria de Acceso a la Justicia y coordinadora institucional del cuerpo de patrocinantes, María Fernanda Rodríguez.
Otros requerimientos son que los aspirantes tengan cinco años de ejercicio en la profesión y que no cuenten con antecedentes penales ni sanciones disciplinarias.
La sede del cuerpo ya funciona en La Plata, con la intención de proporcionar un asesoramiento integral que llegue a todo el país.
Una vez aprobado el curso de especialización, se conformará el Registro Definitivo de Abogados para Víctimas de Violencia de Género, que ejercerán patrocinio gratuito.
La necesidad de crear una dependencia de esas características surgió también del aumento de las denuncias. Muchas más mujeres se han animado a hacerlo, hay un movimiento social que las respalda y un Estado que se muestra dispuesto a atender a todas las víctimas por igual.
Los servicios de asesoramiento y patrocinio gratuitos a víctimas que dependen de la Comisión sobre Temáticas de Género de la Defensoría General de la Nación recibieron durante el año pasado 2602 consultas y otorgaron patrocinio jurídico gratuito en 860 casos. Además, se pudo verificar que, por cuarto año consecutivo, aumentó el incumplimiento de las medidas de protección dictadas por la Justicia en favor de las víctimas.
Ante esa realidad, es de suma importancia que quienes las defiendan estén debidamente formados en la materia no solo a la hora de patrocinarlas, sino también de realizar los seguimientos correspondientes para que se cumpla lo dispuesto en sede judicial.
El acceso igualitario a la Justicia resulta fundamental y debe ser elogiado. Pero, ciertamente, cuando se necesita de la Justicia es porque se ha llegado tarde. Un cambio cultural profundo y una prevención coordinada y efectiva siguen siendo las primeras batallas por emprender en un escenario de violencia que, lamentablemente, ya se ha cobrado demasiadas vidas.