Cambio obligado: El desafío que enfrentan los bancos en Japón
La industria financiera nipona debe reformular su negocio para captar a los clientes más jóvenes y a las
En una sucursal del banco Sumitomo Mitsui en el distrito comercial Sangenjaya de Tokio, conserjes uniformados reciben a cada cliente con una reverencia. Una docena de cajeros son supervisados por un jefe que se encarga de la atención a las personas mayores. Las transacciones se concluyen con sellos de firma sobre contratos de papel y otra ronda de reverencias.
Los bancos japoneses no solo tienen demasiado personal. También enfrentan un exceso de sucursales. Según el Banco Mundial, los países de altos ingresos en promedio tienen 17,3 sucursales de bancos comerciales por cada 100.000 adultos. Japón tiene 34,1. Si se incluye sucursales del correo, donde la gente gusta tener sus ahorros, el Banco de Japón (BJ) considera que es el país con más exceso de bancos del mundo.
Los bancos minoristas de la mayoría de los países ricos tuvieron dificultades para obtener ganancias después de la crisis financiera. Pero Japón ha estado cerca de o directamente en deflación durante gran parte de las últimas dos décadas. El resultado, según un informe del año pasado del BJ, es una rentabilidad “llamativamente” baja. La ganancia sobre activos en los 12 meses hasta marzo de 2017 fue del 0,3% comparado con 1% para los de Estados Unidos. “Todo el sistema bancario tiene que reducirse drásticamente”, dice Naoyuki Yoshino, del centro de estudios Instituto del Banco de Desarrollo de Asia.
El gobierno cree que los bancos deberían comenzar a ofrecer más financiación para startups y firmas más pequeñas. Tiene la esperanza de que eso estimule el crecimiento económico so- bre una base más amplia, pero también cree que ayudaría a los bancos mismos al crear nuevos clientes rentables. Presionar suavemente a los bancos adversos al riesgo para que dejen de lado prácticas calcificadas, tratando al mismo tiempo de evitar un gran shock al sistema, es algo complicado.
“Queremos que adviertan que la rentabilidad es baja, por lo que su negocio no es sustentable”, dice un funcionario de la ASF. “Las fusiones son una opción, pero aún hay mucho margen para incrementar la productividad”.
Nueva competencia
Por si todo esto no fuera lo suficientemente duro, los bancos japoneses, al igual que los de otras latitudes, deben enfrenar también nueva competencia de bajos costos. La mayor compañía financiera-tecnológica china, Ant Financial, recientemente abrió una oficina en Tokio. Line, un servicio de mensajería con 75 millones de usuarios mensuales en Japón, quiere expandirse a los servicios financieros. SBI Sumishin, un banco online creado por SoftBank Group y Sumitomo Mitsui Trust Bank hace una década, se ha convertido rápidamente en el prestamista hipotecario más popular de Japón, lo que Noriaki Maruyama, su presidente, atribuye principalmente a que sus costos son un quinto de los de sus pesados rivales. Ha reducido sus tasas de interés sobre préstamo para la vivienda a 1,17% al año, comparado con un promedio para los grandes bancos del 1,28%, ajustando sus operaciones (por ejemplo, usando la inteligencia artificial para procesar solicitudes de préstamos).
Maruyama dice que puede eliminarse la atención al público de los bancos céntricos dejando solo cajeros automáticos. Asegura que la mayoría de las transacciones pueden hacerse con el celular. No es una visión poco común para un banquero. Pero los clientes de otros países no son tan mimados.