Teherán demoraría poco más de un año en fabricar la bomba
Si los científicos contaran con más uranio enriquecido, el plazo se reduciría a unos pocos meses
WASHINGTON.– No bien el presidente Donald Trump anunció que Estados Unidos se retiraba del acuerdo nuclear con Irán firmado en julio de 2015, el presidente iraní, Hassan Rohani, le aseguró al mundo que seguía comprometido con el cumplimiento del acuerdo, incluso si Trump no lo estaba.
Pero también dejó en suspenso una vaga amenaza: si el ministro de Relaciones Exteriores iraní, Mohammad Javad Zarif, no lograba que el pacto siguiera en pie con Europa, Rusia y China, el gobierno clerical de Teherán podría llegar a la conclusión de que la salida de Estados Unidos le desataba las manos a Irán para poner en marcha nuevamente las centrifugadoras y empezar a enriquecer uranio por encima de los niveles pactados en el Acuerdo sobre Cambio Climático París 2015.
Rohani dijo que no se doblegaría ante la “guerra psicológica” de Trump y que la Organización de Energía Atómica de Irán estaba lista, de ser necesario, para producir más combustible atómico.
Esas afirmaciones suscitan entonces la siguiente pregunta: si Irán decidiera escalar su producción, ¿cuánto tiempo tardaría en tener suficiente combustible para construir una bomba nuclear?
La respuesta es que por lo menos un año, y tal vez mucho tiempo más, asumiendo que Irán decida fabricar su propio combustible y no comprárselo a otra potencia nuclear.
Pero si Irán tomara ese camino –y reensamblara los miles de centrifugadoras que giran a velocidad supersónica para enriquecer uranio–, el plazo de construcción de la bomba se reduciría a tres meses.
Es la misma ventana temporal que existía antes de que el entonces presidente norteamericano Barack Obama sellara el acuerdo nuclear con el gobierno de Teherán.
Cuestión de meses
David Albright, presidente del Instituto para la Ciencia y la Seguridad Internacionales, un grupo privado de Washington que monitorea las armas nucleares, dice que actualmente Irán tardaría entre ocho y diez meses para reconstruir sus instalaciones de enriquecimiento y obtener suficiente uranio enriquecido para construir una bomba atómica.
“Un poco menos de 12 meses”, dijo Albright en una entrevista. Pero ese es solo el primer paso, ya que ese combustible luego debe ser convertido en armamento.
Hace años que Irán estudia ese proceso, un dato que recalcó la semana pasada el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, cuando presentó los viejos documentos robados en enero a los iraníes que lo demuestran.
Diseño avanzado
Esos documentos sugieren un significativo avance conceptual en el diseño de una ojiva nuclear, pero resta saber si los iraníes saben producir bombas y si sus misiles tienen capacidad para transportarlas.
Albright manifestó su esperanza de que Teherán se refrene, al menos en el corto plazo, y que se siga ateniendo a las reglas del acuerdo.
“Mi evaluación es que no harán nada” que viole esas restricciones, señaló el experto en armamento nuclear.
Tan solo acumular uranio nuevamente podría llevarles tiempo a los científicos iraníes. Cuando se firmó el acuerdo, Irán contaba con unos 11.000 kilos de uranio de bajo enriquecimiento, del tipo que se usa para alimentar los reactores nucleares.
Tras el acuerdo que se firmó en Viena en julio de 2015, Teherán tuvo que sacar de su territorio casi la totalidad de esas reservas.
La última vez que los inspectores internacionales emitieron un informe detallado indicaron que Irán tenía un stock de unos 130 kilos de ese mineral, cantidad insuficiente para fabricar siquiera una bomba, por más que ese uranio fuese enriquecido hasta niveles armamentísticos.
Por esas razones, es probable que a Irán le lleve un tiempo reanudar su producción: no tiene suficiente uranio para mantener funcionando todas sus centrifugadoras.
Acumular más no sería sencillo, y los iraníes ya han dejado claro su poco interés en volver a sus viejas e ineficientes centrifugadoras.
Ya antes de que se firmara el pacto del que también participaron Francia, Gran Bretaña, Rusia, Alemania y China el gobierno iraní estaba trabajando en la construcción de modelos nuevos más potentes, pero no pudieron empezar a experimentar con ellas: bajo las normas del acuerdo deberían esperar unos siete años más.
Ahora, Teherán puede aducir que Trump derogó el pacto, dar por levantadas de hecho esas restricciones y volver a acelerar el ritmo de su programa nuclear.