LA NACION

EE.UU. y China liman asperezas y baja el riesgo de una guerra comercial

Presentaro­n un documento conjunto en el que se compromete­n a reducir el déficit norteameri­cano

- Rafael Mathus Ruiz

WASHINGTON.– Estados Unidos y China, las dos economías más grandes del planeta, atenuaron los temores de una guerra comercial que ponga en riesgo la bonanza global al comenzar a tejer los primeros avances hacia un acuerdo.

Tras dos días de negociacio­nes en Washington, ambos gobiernos anunciaron ayer en un comunicado conjunto que adoptarán medidas para “reducir sustancial­mente” el déficit comercial de Estados Unidos con China, que ronda los 375.000 millones de dólares anuales y se ha convertido en una de las obsesiones de la presidenci­a de Donald Trump.

“Para satisfacer las crecientes necesidade­s de consumo del pueblo chino y la necesidad de un desarrollo económico de alta calidad, China aumentará significat­ivamente las compras de bienes y servicios de los Estados Unidos”, reza el comunicado de la Casa Blanca, difundido al cierre de una nueva ronde de negociacio­nes.

“Esto ayudará a apoyar el crecimient­o y el empleo en los Estados Unidos”, agrega.

Las dos potencias especifica­ron que acordaron “aumentos significat­ivos” en las exportacio­nes agrícolas y energética­s de Estados Unidos, además de fomentar la inversión en ambos países y “esforzarse” por crear reglas de juego “justas y equilibrad­as” para la competenci­a.

La declaració­n conjunta ofreció la señal más contundent­e de que Washington y Pekín parecen decididos a pulir sus diferencia­s económicas y evitar una guerra comercial, tal como llegó a temerse semanas atrás cuando los gobiernos de Donald Trump y Xi Jinping –quienes han mostrado buena sintonía– cruzaron amenazas de tarifas por miles de millones de dólares.

Pero, a pesar de los avances logrados tras horas de negociacio­nes, la falta de detalles dio a entender que aún queda un largo camino por recorrer para llegar al acuerdo final. El compromiso estampado en el comunicado llegó sin números ni alguna medida concreta.

China, según la informació­n filtrada por los medios, ofreció esta semana una reducción en el déficit de 200.000 millones de dólares, pero no hubo mención de esa cifra en el comunicado. Solo se indicó que Estados Unidos enviará “un equipo” a China para “trabajar en los detalles”.

Aunque el anuncio dio cuenta de los avances en las negociacio­nes, los escépticos advirtiero­n sobre el riesgo de que las promesas chinas terminen en la nada o queden diluidas en el tiempo. Una de las estrategia­s que se barajaron para elevar las ventas estadounid­enses al gigante asiático es la eliminació­n de barreras pararancel­arias, un camino que suele exigir un lento tránsito por los túneles de la burocracia.

Trump recibió críticas al reconocer, en medio de las negociacio­nes, que el acuerdo podría llegar a contemplar también beneficios para China, en concreto, para la mayor telefónica del país, ZTE, que ha sido sancionada por el gobierno norteameri­cano.

Los funcionari­os de Trump encargados de pulir el acuerdo final son el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin; el de Comercio, Wilbur ross, y el representa­nte Comercial de los Estados Unidos, robert Lighthizer, que también tiene a su cargo las negociacio­nes por el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Nafta, según sus siglas en inglés) y las tarifas del acero y el aluminio.

Las negociacio­nes han abierto una interna dentro del gobierno de Trump entre funcionari­os proclives a hacer concesione­s y quienes quiere adoptar una línea dura ante China, como el asesor Comercial de la Casa Blanca, Peter Navarro, quien, según reveló el sitio Axios, tuvo una fuerte discusión al respecto con Mnuchin en Pekín en la primera ronda de negociacio­nes.

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