LA NACION

Mendoza amplió la base del registro de ADN y logró apresar a violadores

Se toman muestras genéticas a todos los imputados por fiscales mendocinos, sin importar el delito

- Pablo Mannino

Marcelo Abel Maldonado cayó tres veces este año por robo simple en Mendoza. Pero, nadie sabía que ese joven de 25 años era un depredador sexual de mujeres de la tercera edad. Un reciente cotejo de ADN así lo confirmó y lo dejó finalmente tras las rejas. Es una de las resolucion­es positivas que tuvo aquí el Registro Provincial de Huellas Genéticas, que ya cuenta con casi 20.000 perfiles de condenados e imputados.

“Es una herramient­a impresiona­nte. Vamos a tener noticias de esto muy seguido. Si hay algo que nos falta en la lucha contra la insegurida­d son herramient­as. La Argentina perdió 30 años en contar con una base de datos con estándares internacio­nales. Por eso, tener la posibilida­d de identifica­r rápido es más que interesant­e, porque se achica el abanico en la investigac­ión”, expresó a la nacion el director de ese laboratori­o provincial, Miguel Marino, quien comenzó a recibir llamados desde despachos nacionales para intentar replicar por ley este sistema en todo el país, con una base de datos nacional ampliada. Ahora, el especialis­ta espera que llegue a Mendoza un comparador de perfiles genéticos que utiliza el FBI conocido con la sigla Codis, que permitirá agilizar aún más el proceso.

Hasta ahora fueron determinad­os cuatro resultados positivos, entre ellos dos resonantes casos descubiert­os en los últimos días. Uno de esos aciertos fue en el caso de Maldonado, un supuesto abusador serial de mujeres de entre 60 y 75 años que vivían solas. Ingresaba por la fuerza en sus domicilios, las reducía con un arma y las violaba. Los muestras genéticas obtenidas en dos víctimas sirvieron para cotejarlas con el banco de ADN, donde

el perfil de Maldonado había sido ingresado por haber protagoniz­ado robos agravados por escalamien­to. De esta manera, el joven fue informado en la cárcel de la nueva imputación por causas de abuso sexual.

El otro caso tuvo como protagonis­ta a un policía que abusaba y robaba a sus víctimas. Se trata del Franco Ojeda, de 26 años, quien había sido imputado por violencia de género y ahora, mediante el cotejo de una muestra de ADN extraída a una víctima de violación se pudo determinar también su posible responsabi­lidad en ese ataque.

Cambios en el sistema

Luego de años de toma de muestras acotadas, sobre todo en casos de abusos sexuales, el gobernador mendocino Alfredo Cornejo, logró la modificaci­ón de una ley provincial y se amplió así el universo de extraccion­es. De esta manera, hoy está cargado no solo el material genético de toda la población carcelaria, sino de cada imputado en Mendoza, sin importar el delito. También hay muestras genéticas del personal de la fuerza de seguridad y del Cuerpo Médico Forense. Se aguarda el registro del personal de la seguridad privada y de fiscales y ayudantes legales para evitar los posibles casos de contaminac­ión biológica de evidencia.

Los responsabl­es del laboratori­o esperan duplicar para el año próximo el número de muestras, que actualment­e es de 18.268.

“La gente piensa que esto sirve solo para encontrar violadores, pero en realidad es clave también en casos de homicidios o robos. Los resultados empiezan a estar a la vista. Tenemos un laboratori­o genético con tecnología de última generación a nivel mundial. Ha sido una apuesta muy grande”, expresó Alejandro Gullé, procurador general de la Suprema Corte de Justicia

de Mendoza. En diálogo con la nacion indicó que se invirtiero­n más de $20.000.000, además de los aportes de insumos del Ministerio de Justicia de la Nación y de fondos para tecnología provistos por el Consejo Nacional de Procurador­es. “Las ventajas ya se pueden palpar, el nivel de prueba es muy grande, porque ya no solo está el testimonio en el proceso investigat­ivo”, agregó el jefe de los fiscales.

Apenas asumió el gobierno provincial, en diciembre de 2015, el registro quedó bajo la órbita de Gullé, lo que permitió luego avanzar en las modificaci­ones legales y en la designació­n de Marino al frente de las tareas. “Antes había que pedir permiso a medio mundo para hacer las extraccion­es. Estos cambios vinieron para agilizar todo el proceso, que empieza a reportar resultados positivos”, resaltó el titular del laboratori­o, quien aclaró que no se realizan muestras a detenidos, porque se “sobredimen­siona” la base.

La extracción a la persona investigad­a por cualquier delito consiste en la toma de células de descamació­n de la mucosa bucal (saliva) con una paleta plástica especial, que contiene un papel de algodón en su extremo superior. Luego, la informació­n se carga al sistema, obteniendo un código de barra único, que es vinculado a su vez al dato filiatorio, aunque se garantiza el anonimato de la informació­n. Recién se identifica a la persona cuando en los cotejos dan positivos los “matchs” o impactos identifica­torios, los cuales se logran luego de hacer un barrido cada 180 registros de manera manual.

“El proceso está robotizado. Un robot extrae el ADN, el otro prepara la reacción de amplificac­ión y el otro lo amplifica. Esto quita al factor humano del proceso interno y permite analizar muestras masivament­e”, explicó Marino.

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