Las empresas y el modelo de una economía sostenible
–¿De dónde surge la necesidad de contar con datos que certifiquen si una empresa actúa de manera sostenible? –Hace tiempo quedó atrás el paradigma de la empresa rentable como atracción única de los inversores. A nivel global y al definirse las estrategias de inversión, también se ven como relevantes temas relacionados con el consumo y la producción sostenibles, el cuidado ambiental, el respeto por lo social, los valores éticos y la responsabilidad corporativa. En pro de ello, distintos actores internacionales propusieron objetivos de desarrollo sostenibles para sensibilizar y ayudar a las empresas a contribuir a esta voluntad. Así se genera la necesidad de contar con mayor información de las compañías que cotizan en Bolsa y de fomentar la transparencia, llevando a la creación de índices bursátiles de medición de desempeño de empresas sostenibles. –¿Qué indicadores existen hoy? –En 2017 se creó el primer indicador de la región de la Alianza del Pacífico, el Mercado Integrado Latinoamericano (MILA), representado por las bolsas de valores de Chile, Colombia, México y Perú. A nivel local, el BYMA (Bolsas y Mercados Argentinos) trabaja en un proyecto para lanzar el indicador que reconocerá a las empresas que cotizan en el Merval y que desarrollan prácticas responsables en lo ambiental, lo social y la gobernanza, a la vez que se elaborará un panel de gobierno corporativo. Esto, en el marco del compromiso asumido con la iniciativa de las Bolsas de Valores Sostenibles de la ONU, en colaboración con bolsas de valores, inversores, empresas, reguladores y gobiernos. –¿Qué cuestiones tienen pendientes las empresas interesadas en esta manera de hacer negocios? –Las empresas tienen un largo camino por recorrer para que las políticas de responsabilidad sean visibles y para demostrar el uso de las mejores prácticas ambientales, sociales y de gobierno. El compromiso de la dirección es indispensable, en cuanto a la definición de lineamientos que garanticen la toma de decisiones y generen un proceso de mejora continua, con herramientas para la detección, la evaluación de los riesgos y la promoción de la gestión responsable de todas las áreas de la organización. Deben promover controles mitigantes de los impactos ambientales y sociales. En este contexto, la auditoría interna toma el rol fundamental en la revisión del proceso, que asegura la divulgación efectiva de este tipo de información a los distintos grupos de interés. El nuevo paradigma modifica la comunicación de desempeño corporativo y propone un desafío a los organismos de control. Toma más importancia el tema frente a la incorporación de la Argentina a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que posibilitará el reingreso del país a los mercados internacionales.