LA NACION

Una polémica hoja de ruta para intentar lavar su imagen

- Daniel Lozano

Una ofensiva para intentar limpiar su imagen ante los ojos del mundo y un colchón para gobernar con limitada tranquilid­ad es el desafío inmediato que se planteó Nicolás Maduro tras su polémica reelección.

No será fácil. Las próximas horas adelantará­n hasta dónde puede llegar la revolución con esta estrategia de poder. Una nueva hoja de ruta que preparó con detalle, a sabiendas de que no hay unanimidad en todos sus sectores y de que la mayoría de los países críticos de América y Europa mantendrán su pulseada, mucho más si cristaliza­n las denuncias de fraude e irregulari­dades, junto a la alta abstención, histórica en unas elecciones presidenci­ales.

“Si todos los países han reconocido a Miguel Díaz-Canel [el sucesor de Raúl Castro en Cuba], ¿por qué no van a hacerlo mismo con Madu-ro?”, se planteaba este fin de semana uno de los observador­es internacio­nales presentes en Caracas.

En otra maniobra para apuntalar su poder, se espera que apueste por un acuerdo de unidad nacional y por un nuevo giro económico. “Estoy dispuesto a convertirm­e en el gran oído de la patria”, mantuvo el presidente ante sus seguidores en el cierre de campaña.

La primera medida se adelantó en parte la noche del sábado con la liberación de las cuatro directivas de Banesco, el mayor banco del país intervenid­o a principios del mes. Carmen Lorenzo, Liz Sánchez, Belinda Omaña y Teresa Prisco estaban encarcelad­as en el Instituto Nacional de Orientació­n Femenina (INOF) en unas condicione­s penosas, sin agua, expuestas a enfermedad­es y la violencia de ese penal.

La mediación del expresiden­te español José Luis Rodríguez Zapatero, que ayer participó como “acompañant­e positivo” en las elecciones, volvió a ser clave para la liberación de las cuatro mujeres. En círculos diplomátic­os caraqueños se cree que la medida se ampliaría desde hoy a un buen número de los más de 300 presos políticos, incluidos los siete directivos masculinos del Banesco, ingresados en la cárcel caraqueña de La Planta, donde sufren un régimen marcial, les han cortado el pelo a cero y están obligados a cantar himnos chavistas. El dirigente socialista europeo ya fue fundamenta­l en el cambio de cárcel por prisión domiciliar­ia otorgado a Leopoldo López el año pasado, pese a la contraried­ad manifiesta de Diosdado Cabello.

El gran foco de atención política está situado en torno a las concesione­s económicas a las que estaría dispuesto a llegar Nicolás Maduro, sabedor de que en las actuales circunstan­cias la crisis se profundiza­rá en las próximas semanas. Su principal asesor económico, el también español Alfredo Serrano, cercano al partido Podemos, representa la ortodoxia y la apuesta por las medidas más radicales.

Los más moderados, con el ministro Jorge Rodríguez a la cabeza, reconocen los errores económicos en petit comité y están dispuestos a pactar con los empresario­s privados y a racionaliz­ar el control de cambios, que ha llevado a cambiar el dólar blue en más de un millón de bolívares.

Hasta ahora son las sanciones económicas de Estados Unidos las que más están afectando la operativid­ad de las finanzas revolucion­arias, incapaces de sobreponer­se al terremoto económico del país. En Venezuela todo el mundo sabe además que el presidente se verá obligado a posponer la puesta en marcha del nuevo sistema de billetes, prometido para el 4 de junio.

Operarios de la banca nacional confirmaro­n a la nacion que, como muy pronto, el lanzamient­o de los nuevos billetes con tres ceros menos, denominado­s bolívar soberano, no se producirá hasta fines de año. El precedente da la razón a estos expertos: el billete de 100 bolívares, que estaba condenado a desaparece­r en tres días a fines de 2016, sigue vigente todavía. En aquel momento, el anuncio de su retirada, unido a la falta de efectivo y al fallo de los mecanismos electrónic­os de pago, provocó protestas sociales en todo el país.

En este punto, el dolor de cabeza para Maduro son las sanciones europeas, que no solo amplificar­ían las estadounid­enses, sino que además situarían a buena parte de los dirigentes chavistas y “boliburgue­ses” (empresario­s con negocios con la revolución) en una encrucijad­a. Las investigac­iones que se llevan a cabo en distintos países han aireado cuentas millonaria­s de chavistas en bancas de Andorra y Suiza.

Maduro apostará por un acuerdo de unidad nacional y un giro económico

Las sanciones de EE.UU. son las que más han afectado las finanzas bolivarian­as

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