La discutida elección deja a Maduro más aislado
En un comunicado, acordaron reducir los vínculos diplomáticos, anunciaron una resolución en la OEA y advirtieron que buscarán bloquear operaciones financieras; preocupación por los migrantes
RÍO DE JANEIRO.– En una dura condena al presidente Nicolás Maduro, la mayoría de los países latinoamericanos rechazaron las elecciones de anteayer en Venezuela por no cumplir con los requisitos democráticos mínimos, en protesta convocaron a sus embajadores en Caracas, y anunciaron medidas económicas y financieras para aislar más al ya cuestionado régimen bolivariano.
Al frente de la ofensiva regional, que también fue acompañada por fuertes críticas de Estados Unidos y la Unión Europea (ver aparte), estuvo el llamado Grupo de Lima, creado en agosto pasado para buscar una salida a la crisis venezolana e integrado por la Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Guyana, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú y Santa Lucía. Los 14 países señalaron que “no reconocen la legitimidad” de los comicios “por no cumplir con los estándares internacionales de un proceso democrático, libre, justo y transparente”.
Acordaron reducir el nivel de sus relaciones diplomáticas con Venezuela por medio del llamado a consultas de sus embajadores y de la convocatoria de los representantes diplomáticos venezolanos en sus capitales para expresar su disconformidad. Asimismo, preocupados por la profundización de la crisis política, económica, social y humanitaria en Venezuela, se comprometieron a presentar ante la Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA) una nueva resolución condenatoria al régimen de Maduro. Hasta ahora, más allá del respaldo de Rusia y China, los únicos países de América Latina que han expresado su reconocimiento a los comicios venezolanos han sido Cuba, Bolivia, El Salvador y Nicaragua.
En términos de sanciones más concretas, los países del Grupo de Lima anunciaron que informarán a sus respectivos sectores financieros y bancarios sobre “el riesgo en el que podrían incurrir si realizan operaciones con el gobierno de Ve- nezuela que no cuenten con el aval de la Asamblea Nacional, incluyendo convenios de pagos y créditos recíprocos por operaciones de comercio exterior así como bienes militares y de seguridad”. Intercambiarán datos sobre individuos y empresas venezolanas vinculadas a la “corrupción en el sector público venezolano”, y coordinarán sus acciones “para que los organismos financieros internacionales y regionales procuren no otorgar préstamos al gobierno de Venezuela”, excepto cuando el financiamiento sea utilizado para fines de asistencia humanitaria.
Atento al masivo éxodo de venezolanos que en los últimos tiempos han buscado oportunidades en otros países de la región, el Grupo de Lima decidió convocar para la primera quincena de junio a una reunión en Perú con autoridades responsables de las políticas migratorias y de salud pública de cada país para intentar encarar de forma conjunta la crisis humanitaria y de sanidad, con la reaparición de enfermedades como sarampión, paludismo y difteria. Se calcula que más de dos millones de venezolanos han dejado en los últimos años su país por la difícil situación política, económica y social que atraviesa: opositores encarcelados, criminalidad y violencia, hiperinflación, recesión, escasez de alimentos y remedios.
Rechazos
Más allá del comunicado conjunto del Grupo de Lima, los principales países de la región deploraron también de manera unilateral el accionar de Maduro.
En Brasil, el gobierno de Michel Temer lamentó que el régimen venezolano no haya atendido los repetidos llamados de la comunidad internacional para la realización de elecciones libres, justas, transparentes y democráticas.
“En vez de favorecer la restauración de la democracia en Venezuela, las elecciones profundizaron la crisis política pues refuerzan el carácter autoritario del régimen”, señaló el Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil, para quien los comicios “carecen de legitimidad y credibilidad”.
Ya anteanoche, al recibir en Buenos Aires a los cancilleres del G-20, el presidente argentino Mauricio Macri se refirió a la situación en Venezuela y dijo: “Claramente eso no es más una democracia”.
En Chile, la cancillería del presidente Sebastián Piñera también emitió un comunicado en el que “condena profundamente las acciones que ha perpetrado la dictadura instaurada por Nicolás Maduro, que no respeta las libertades más elementales de sus ciudadanos y ha desencadenado una tragedia política, económica, social y humanitaria”.
Por su parte, la ministra de Relaciones Exteriores de Colombia, María Ángela Holguín, tras subrayar que el gobierno de Juan Manuel Santos no reconoce la legitimidad de las elecciones, calificó de “alarmante” el desplazamiento de migrantes venezolanos.
“Mientras no se restablezca la democracia en Venezuela, esta triste situación va a continuar. El tema que más nos angustia es el de la salud de los venezolanos y hasta dónde vamos a poder ayudar a todos los que están llegando al sistema de salud pública”, apuntó la canciller, cuyo país ha sido el que recibió el mayor número de venezolanos desesperados por salir de su país.
Desde México, el presidente Enrique Peña Nieto tampoco reconoció como legítimos los comicios y aclaró que “México se mantendrá atento a la evolución de los acontecimientos en Venezuela, para seguir buscando, tanto a nivel bilateral como multilateral, contribuir a la restauración de la institucionalidad democrática”.
Los gobiernos de Panamá y Costa Rica también se sumaron a la ola de críticas. Según la cancillería panameña, las elecciones “no fueron ni democráticas ni participativas”, mientras que para el Ministerio de Relaciones Exteriores costarricense, “el proceso contó con falencias desde su génesis”.