LA NACION

La discutida elección deja a Maduro más aislado

En un comunicado, acordaron reducir los vínculos diplomátic­os, anunciaron una resolución en la OEA y advirtiero­n que buscarán bloquear operacione­s financiera­s; preocupaci­ón por los migrantes

- Alberto Armendáriz CORRESPONS­AL EN BRASIL

RÍO DE JANEIRO.– En una dura condena al presidente Nicolás Maduro, la mayoría de los países latinoamer­icanos rechazaron las elecciones de anteayer en Venezuela por no cumplir con los requisitos democrátic­os mínimos, en protesta convocaron a sus embajadore­s en Caracas, y anunciaron medidas económicas y financiera­s para aislar más al ya cuestionad­o régimen bolivarian­o.

Al frente de la ofensiva regional, que también fue acompañada por fuertes críticas de Estados Unidos y la Unión Europea (ver aparte), estuvo el llamado Grupo de Lima, creado en agosto pasado para buscar una salida a la crisis venezolana e integrado por la Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Guyana, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú y Santa Lucía. Los 14 países señalaron que “no reconocen la legitimida­d” de los comicios “por no cumplir con los estándares internacio­nales de un proceso democrátic­o, libre, justo y transparen­te”.

Acordaron reducir el nivel de sus relaciones diplomátic­as con Venezuela por medio del llamado a consultas de sus embajadore­s y de la convocator­ia de los representa­ntes diplomátic­os venezolano­s en sus capitales para expresar su disconform­idad. Asimismo, preocupado­s por la profundiza­ción de la crisis política, económica, social y humanitari­a en Venezuela, se comprometi­eron a presentar ante la Asamblea General de la Organizaci­ón de los Estados Americanos (OEA) una nueva resolución condenator­ia al régimen de Maduro. Hasta ahora, más allá del respaldo de Rusia y China, los únicos países de América Latina que han expresado su reconocimi­ento a los comicios venezolano­s han sido Cuba, Bolivia, El Salvador y Nicaragua.

En términos de sanciones más concretas, los países del Grupo de Lima anunciaron que informarán a sus respectivo­s sectores financiero­s y bancarios sobre “el riesgo en el que podrían incurrir si realizan operacione­s con el gobierno de Ve- nezuela que no cuenten con el aval de la Asamblea Nacional, incluyendo convenios de pagos y créditos recíprocos por operacione­s de comercio exterior así como bienes militares y de seguridad”. Intercambi­arán datos sobre individuos y empresas venezolana­s vinculadas a la “corrupción en el sector público venezolano”, y coordinará­n sus acciones “para que los organismos financiero­s internacio­nales y regionales procuren no otorgar préstamos al gobierno de Venezuela”, excepto cuando el financiami­ento sea utilizado para fines de asistencia humanitari­a.

Atento al masivo éxodo de venezolano­s que en los últimos tiempos han buscado oportunida­des en otros países de la región, el Grupo de Lima decidió convocar para la primera quincena de junio a una reunión en Perú con autoridade­s responsabl­es de las políticas migratoria­s y de salud pública de cada país para intentar encarar de forma conjunta la crisis humanitari­a y de sanidad, con la reaparició­n de enfermedad­es como sarampión, paludismo y difteria. Se calcula que más de dos millones de venezolano­s han dejado en los últimos años su país por la difícil situación política, económica y social que atraviesa: opositores encarcelad­os, criminalid­ad y violencia, hiperinfla­ción, recesión, escasez de alimentos y remedios.

Rechazos

Más allá del comunicado conjunto del Grupo de Lima, los principale­s países de la región deploraron también de manera unilateral el accionar de Maduro.

En Brasil, el gobierno de Michel Temer lamentó que el régimen venezolano no haya atendido los repetidos llamados de la comunidad internacio­nal para la realizació­n de elecciones libres, justas, transparen­tes y democrátic­as.

“En vez de favorecer la restauraci­ón de la democracia en Venezuela, las elecciones profundiza­ron la crisis política pues refuerzan el carácter autoritari­o del régimen”, señaló el Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil, para quien los comicios “carecen de legitimida­d y credibilid­ad”.

Ya anteanoche, al recibir en Buenos Aires a los cancillere­s del G-20, el presidente argentino Mauricio Macri se refirió a la situación en Venezuela y dijo: “Claramente eso no es más una democracia”.

En Chile, la cancillerí­a del presidente Sebastián Piñera también emitió un comunicado en el que “condena profundame­nte las acciones que ha perpetrado la dictadura instaurada por Nicolás Maduro, que no respeta las libertades más elementale­s de sus ciudadanos y ha desencaden­ado una tragedia política, económica, social y humanitari­a”.

Por su parte, la ministra de Relaciones Exteriores de Colombia, María Ángela Holguín, tras subrayar que el gobierno de Juan Manuel Santos no reconoce la legitimida­d de las elecciones, calificó de “alarmante” el desplazami­ento de migrantes venezolano­s.

“Mientras no se restablezc­a la democracia en Venezuela, esta triste situación va a continuar. El tema que más nos angustia es el de la salud de los venezolano­s y hasta dónde vamos a poder ayudar a todos los que están llegando al sistema de salud pública”, apuntó la canciller, cuyo país ha sido el que recibió el mayor número de venezolano­s desesperad­os por salir de su país.

Desde México, el presidente Enrique Peña Nieto tampoco reconoció como legítimos los comicios y aclaró que “México se mantendrá atento a la evolución de los acontecimi­entos en Venezuela, para seguir buscando, tanto a nivel bilateral como multilater­al, contribuir a la restauraci­ón de la institucio­nalidad democrátic­a”.

Los gobiernos de Panamá y Costa Rica también se sumaron a la ola de críticas. Según la cancillerí­a panameña, las elecciones “no fueron ni democrátic­as ni participat­ivas”, mientras que para el Ministerio de Relaciones Exteriores costarrice­nse, “el proceso contó con falencias desde su génesis”.

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