La falla estructural que esconde la lista de Sampaoli
Pasó la intriga. Ahora la ansiedad reclama los 11 para el debut con Islandia. Con la duda en el arco, apueste por Romero o Caballero; Mercado, Fazio, otamendi y Tagliafico; Lanzini, Biglia, Lo Celso y Di María; Messi y Agüero. Y detrás de los titulares, ¿cuál es la profundidad de la nómina, está preparada para un plan de contingencia? La lista esconde una falla estructural. El plantel aparece desbalanceado en tres posiciones clave, en un triángulo defensivo sin reposición. La base que dibujan los zagueros centrales, Fazio y otamendi, con el vértice más adelantado, Biglia, casi no tendrá recambio durante la Copa.
Piezas que podrán quedar a la intemperie porque la única solución será echar mano a Mascherano y Rojo, opciones insuficientes en cantidad y por su actualidad. Mascherano desafía con su sentido de pertenencia el indisimulable declive deportivo que lo llevó al mercado chino y Rojo jamás logró afirmarse en Manchester United después de la operación de ligamentos en su rodilla izquierda. El mazazo de España los dejó en evidencia.
Solo al improvisado de Maradona le ocurrió algo similar para Sudáfrica 2010, cuando apenas se reservó a Mascherano y a Bolatti para el eje central. La historia de las últimas décadas va a contramano de lo que acaba de resolver Sampaoli. Basile apostó por Redondo y Simeone en 1994, pero también llevó a Mancuso y a Basualdo. Passarella se cubrió con Almeyda, Simeone y Astrada en Francia 98. Bielsa, en 2002, repitió a Simeone y Almeyda, y sumó a Claudio Husain. Pekeman creyó en Mascherano y Cambiasso, y en caso de emergencia contaba con Coloccini que traía rodaje como volante en La Coruña. Y Sabella, sin dudas, fue quien más se preocupó por oxigenar el medio en Brasil 2014: a Mascherano y Biglia los acompañaron Augusto Fernández, Gago y Enzo Pérez.
La lista se distingue por la elaboración de juego y la artillería ofensiva. Pero se escuchan crujidos por la superposición en algunos lugares y una sensación de desprotección entre los zagueros y el N° 5. Si Rojo y Mascherano no siembran garantías, tampoco otras opciones. Banega no siente ser el mediocentro de corte, el amistoso con Nigeria ya lo expuso. Mercado y Tagliafico podrían cubrir la zaga, entonces se entiende mejor por qué era imprescindible la inclusión de Ansaldi para tomar la posta en cualquiera de las bandas. Y eso rompió en mil pedazos el ticket para Pizarro, que al menos hubiese ofrecido un matiz en la zona medular. El callejón central puede ser un desfiladero sombrío si el equipo traspapela la hoja de ruta ideal.