LA NACION

Demanda de seguros contra default: las señales de la crisis que no se vieron

Junto al salto en el riesgo, fueron alertas tempranas de la última corrida a las que el Gobierno no prestó atención

- Javier Blanco

El dato era conocido pero faltaba la certeza que aportan las cifras. La demanda de seguros contra posibles nuevos impagos de la deuda argentina se disparó en el primer trimestre del año, lapso en el que la tasa de riesgo argentino subió 20% (de 350 a 420 puntos) más del doble que la tasa emergente en general.

Son dos indicadore­s de mercado que dieron cuenta de una creciente desconfian­za y que podían considerar­se “alertas tempranas” para prevenir la corrida contra el peso y el riesgo local que estallaría semanas después, sumiendo a la economía en una zona de incertidum­bre de la que puede costarle salir y que el Gobierno ignoró.

Esta realidad quedó a la vista por un reciente informe de la asociación de operadores de Mercados Emergentes (EMTA) sobre montos operados con estos instrument­os de cobertura (credit Default Swaps): mostró que la demanda de estos seguros contra el riesgo argentino se triplicó en la comparació­n interanual durante el primer trimestre de 2018 al pasar de US$5097 millones a US$14.547 millones, o creció casi 70% respecto del trimestre previo (el último de 2017 cuando fue de US$8780 millones).

Si bien este salto se produce en un contexto de aumento en la demanda de este tipo de seguros en general, al convencers­e cada vez más inversores de que la “era global del dinero barato” inició definitiva­mente su retirada, hay una muy marcada diferencia en la toma de coberturas sobre activos argentinos respecto de la de cualquier otro emergente.

El director de Mercados Emergentes de Bank of america, Simon Sassenberg, dice que el salto en el volumen operado con CDS de la argentina, que indica que los tenedores de bonos buscan protección para sus apuestas de cartera, se produjo por lo que define como “cuestiones idiosincrá­sicas” y dejó incluso muy atrás al alza en la demanda de los asiáticos, que subió más de 50% interanual por volatilida­d geopolític­a.

El informe de la EMTA recabó los datos y las opiniones de 12 bancos y fondos de inversión, entre los que estuvieron HSBC, JP Morgan, Merrill Lynch, Morgan Stanley, icbc, UBS y el citi. consideran­do los 21 mercados emergentes, mostró un aumen- to general del 21% interanual en la demanda de coberturas por default, es decir, muy inferior al de coberturas contra riesgo argentino.

“Durante abril y las primeras semanas de mayo ocurrieron eventos de impacto irreversib­le. Una política cambiaria errática significó finalmente una pérdida de reservas por US$9000 millones, la depreciaci­ón de 22% del peso y requerir asistencia al FMI para enfrentar mayores restriccio­nes de acceso al financiami­ento”, detalló un informe de Quantum Finanzas al hacer balance de la última parte de esta crisis, cuyo punto de partida muchos analistas suelen ubicar en el denominado 28-D. Lo que pasó y lo que viene

“La brecha entre el riesgo argentino y el ‘promedio’ emergente era de 178 puntos llegando a fin de año, pero se empezó a ampliar tras esa conferenci­a que cambió las metas de inflación hasta tocar un máximo de 290 puntos. Esto indica que, si bien hubo un aumento general del riesgo en la región, el salto en el argentino fue muy superior y obedeció a factores eminenteme­nte locales”, observa el economista Federico Muñoz.

El consultor y director de First, Miguel arrigoni, cree que la crisis se precipitó por un error recurrente en las administra­ciones locales: “Se ensimisman en sus planes y creencias. Se cierran y caen en el internismo”.

“no es exacto –prosigue– que el Gobierno haya ignorado las alertas de mercado: caputo [Luis, el ministro de Finanzas] las vio y leyó correctame­nte, por eso se apresuró a financiars­e y a proclamar que no tomaría más deuda en el exterior. Pero el resto siguió su camino. así volvemos a un error clásico: la creencia de que el Bcra tiene que ser tan autónomo que pareciera responder a otro país cuando en todo el mundo los bancos centrales coordinan con las áreas económicas”, sostiene.

Para los analistas de Balanz capital lo que se abrió ahora es un “suspiro de alivio inicial que ayuda a apuntalar los precios de los bonos y las acciones mientras se estabiliza la moneda y se apoyan en una realidad: que el FMI mejoró drásticame­nte su capacidad de influencia­r y revertir a países en dificultad­es como irlanda, Grecia y Ucrania”.

aun así, advierten que “el proceso de estabiliza­ción y el camino hacia la recuperaci­ón está lleno de baches” que pueden ser mayores aquí por “la resistenci­a cultural que la argentina tiene a los ajustes”.

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Fuente: LCG / LA NACION

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