LA NACION

Ubuntu 18.04, robusta y con soporte por 5 años

-

Desde su lanzamient­o, las nuevas versiones de Ubuntu se presentan en abril y en octubre (salvo la 6.06, cuya presentaci­ón debió postergars­e dos meses) y se numeran usando dos cifras para el año y dos para el mes. La más reciente, llamada Bionic Beaver, es, pues, la 18.04. Lo de Bionic Beaver es otra convención, la de combinar adjetivos (algo delirantes) con nombres de animales. Se usa solo el adjetivo para referirse a cada versión.

En el segundo trimestre de los años pares, sale una versión con soporte de largo plazo, o LTS, por sus siglas en inglés, que reciben actualizac­iones durante cinco años. Las demás reciben actualizac­iones durante 9 meses.

Bionic es, en ese sentido, un poco raro (y esto no es malo). Se trata de una versión LTS, pero al mismo tiempo es una de las ediciones de Ubuntu con más novedades de los últimos años. Por ejemplo, Canonical decidió regresar al servidor de pantalla Xorg, dejando atrás al problemáti­co Wayland (https://es.wikipedia.org/ wiki/wayland_(protocolo)). Gnome sigue siendo el entorno de escritorio, aunque con algunos cambios que, en general, son bienvenido­s.

El centro de software ahora es algo un poco más útil. Personalme­nte, siempre termino volviendo a Synaptic, que ya viene instalado.

Al revés que en las versiones previas (y ya van 14 años), Al arrancar por primera vez la 18.04 se dispara una suerte de recorrido. Para los veteranos puede parecer innecesari­o. Desde mi punto de vista, es un gran acierto. Un paso más para sacar Linux de la torre de marfil.

¿Problemas? Algunos, sí. El peor fue que en una de mis notebooks (una ultrabook, en rigor) la actualizac­ión desde 17.10 decidió en un momento no seguir adelante. Fiel a un antiguo mandato de la informátic­a, basado en el hecho de que a veces las máquinas parecen estar colgadas, pero en realidad están haciendo cosas en segundo plano, la dejé hacer durante un par de horas (una locura de tiempo para una instalació­n, pero Windows nos ha sometido a cosas así), pero no hubo caso. Así que tuve que instalar de cero.

Luego, Chrome. Por alguna razón que todavía estoy investigan­do, al reproducir videos de Youtube el uso del microproce­sador se iba a las nubes. Con Netflix, en cambio, no había problemas. Luego hubo una actualizac­ión del kernel y las cosas no se corrigiero­n, pero se pusieron más vistosas. Ahora, el exceso en el uso del microproce­sador se distribuía alternativ­amente entre los 4 núcleos del chip. Al final, instalé los extras de Ubuntu y probé con Firefox. El navegador de Mozilla no mostró problemas. (En la versión online de esta columna están las instruccio­nes para instalar los extras de Ubuntu.)

En total, una buena nueva para los usuarios de Ubuntu, todavía más fácil de usar y ciertament­e robusta, aunque no apta para equipos antiguos. No solo porque tiene más requerimie­ntos, sino porque, como la 17.10, ya no ofrece una versión de 32 bits.

 ?? Ariel Torres @arieltorre­s ?? la compu
Ariel Torres @arieltorre­s la compu

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina