LA NACION

VENDER MÁS PARA GANAR MENOS

Algunas razones que explican el boom en la comerciali­zación de vehículos

- POR Cristian García Sarubbi | PARA LA nacion

El título refleja un axioma que necesita explicació­n. Si bien el mercado proyecta récords de ventas históricos –se estima un millón de unidades–, las redes comerciale­s no la están pasando nada bien. Luego de un primer cuatrimest­re con 352.109 0km vendidos (un 5,76% más que en el mismo período de 2013, el mejor de la historia hasta ahora), para seguir manteniend­o esos volúmenes los concesiona­rios de muchas marcas están resignando prácticame­nte toda su rentabilid­ad.

¿A qué se debe? A que a los altos volúmenes de ventas que cada terminal/importador se ha comprometi­do con sus casas matrices, se suman los niveles de rentabilid­ad exigidos en dólares por los accionista­s (con un tipo de cambio que deprecia al peso), lo que lleva a que sistemátic­amente o se incremente­n los precios o se necesite vender más para recuperar la rentabilid­ad. ¿Cómo se llegan a estos volúmenes? De las siguientes formas:

1) Grandes descuentos: encontramo­s rebajas que equivalen al 25% del precio de lista. Esto se debe a que algunas automotric­es prefieren brindar estas bonificaci­ones como incentivos a la venta antes que reflejarlo­s en el precio. De esta manera pueden mantener la suba de precios –acompañand­o en algunos casos al dólar– y así subir los precios de sus carteras de planes de ahorro (en algunos casos representa el 30% del total). Esta ecuación permite a las automotric­es mantener niveles de rentabilid­ad interesant­es en dicha unidad de negocio y el concesiona­rio accede a un margen lleno sin descuentos (ambos se benefician).

¿Por qué, entonces, las automotric­es no profundiza­n aún más el canal de los planes de ahorro como un sistema de comerciali­zación rentable para ambas partes? Porque ese segmento tiene un techo y además porque se necesita una gran liquidez para poder subvencion­ar los grupos de ahorristas en un escenario económico volátil.

2) Mercado inflado artificial­mente: dada la extrema presión por alcanzar objetivos, algunos concesiona­rios para poder cobrar los incentivos de las terminales patentan unidades que luego venden más baratas o como usadas.

3) Otros jugadores: las nuevas reglas hacen que más marcas ingresen a nuestro país (por ejemplo las chinas), que al tener menores exigencias de infraestru­ctura, recursos humanos, posventa, etcétera, pueden desarrolla­r un negocio más flexible, con menores costos, precios muy competitiv­os y márgenes de rentabilid­ad interesant­es.

Es una situación general que no es cómoda para ninguno de los jugadores. La automotriz es una industria de planificac­ión y cuando una terminal se compromete con volúmenes de producción no hay marcha atrás en el corto plazo (período de congelamie­nto de la producción) y “hay que vender lo comprometi­do”, ya que las fábricas producen, los barcos llegan al país y los vehículos deben ser sacados del puerto para evitar costos mayores.

El autor, Master en la Universida­d Austral, fue gerente general de Volkswagen Argentina

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FABIAN MARELLI

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