LA NACION

Frente a momentos inciertos, disciplina comercial férrea,

- por Pablo Adreani

Almomentod­eescribir esta columna el Gobierno expresó que no pensaba efectuar cambios en el sistema actual de retencione­s, que contempla una baja gradual del 0,5% por mes para la soja y que se ubica en el 0% para productos como el trigo y el maíz. No es aconsejabl­e cambiar las reglas de juego de acuerdo a como sople el viento. Este es uno de los motivos por los cuales la Argentina no es todavía un país confiable.

El productor agropecuar­io no sale de las Lebac y va corriendo a comprar dólares, se dedica a hacer lo que más sabe: producir. Ahora bien, producir en un contexto donde se cambian las reglas de juego es una difícil tarea. La actividad agropecuar­ia se sustenta en sembrar esperanza y para ello el productor invierte

10.000 millones de dólares todos los años, con la esperanza de poder cosechar si el clima lo permite y, luego de poder tener un precio aceptable que le permita mantener la rentabilid­ad.

El sector ha demostrado que sin retencione­s, como en el caso del trigo, el girasol y el maíz, produjo un fuerte incremento de la superficie y de la producción de cada uno de esos cultivos. Si tuviéramos que proyectar la Argentina agropecuar­ia a 2019, con el actual nivel de retencione­s, podríamos aspirar a un incremento de 1 millón de hectáreas en trigo y otro millón de hectáreas en maíz. En términos de volumen, la producción probable podría llegar al súper record de

135 millones de toneladas. El factor clave para el ciclo 2018/2019 es el financiami­ento, deberá haber un esfuerzo publico-privado para generar condicione­s acordes con la gravedad de lo sucedido en esta última cosecha.

Mientras tanto, los mercados mostraron caídas en todas las posiciones futuras y en todos los productos, siguiendo la tónica bajista que marco el mercado de Chicago durante el cierre de anteayer. El cierre del Mercado a Término de Buenos Aires para trigo posición disponible mostró caídas de 3 dólares por tonelada y un precio de US$254. Prueba que la firmeza de este mercado es por la mercadería disponible se comprueba con los precios de las posiciones futuras: julio a

US$251 y septiembre a US$250. Hay que prestar mucha atención a los precios del trigo nuevo, en US$185 para diciembre y en

US$189 para enero. El productor no se debe encandilar con el trigo disponible a US$254 al momento de decidir su siembra

2018/2019, debe poner el foco en el precio del trigo enero, que se cotiza en un valor razonable. Más tarde o más temprano el precio del trigo disponible deberá converger con el valor del grano nuevo. Es por este motivo que la sugerencia para los productore­s que tengan trigo disponible es vender un porcentaje de sus existencia­s a un precio que es el más alto de los últimos 5 años.

El maíz comienza a mostrar síntomas de fatiga, aunque la baja de esta semana no se sabe si fue por cuestiones de mercado o por el rumor de la vuelta del

10% de retencione­s. Lo concreto es que el disponible aterrizó en

US$180 luego de haber acariciado los US$185 a comienzos de la semana. El panorama esta tan incierto que, no obstante, también recomendam­os vender un porcentaje del stock.

La soja es un misterio por la incertidum­bre que generó el Gobierno. Anteayer el cierre mostró bajas de más del 2%. El disponible se cotizó a US$303; va al camino psicológic­o de tocar los

US$300, y a partir de ahí, a perforarlo­s. Es momento de tomar decisiones y de vender cuando el margen es bueno.

Los mercados mostraron caídas en todas las posiciones futuras y en todos los productos

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