Ucrania simuló el asesinato de un periodista para atacar al Kremlin
Kiev dijo que con el operativo logró desbaratar un complot; la sorpresiva reaparición de la víctima recorrió el mundo
KIEV.– En una historia con un desenlace sorprendente, solo atribuible a la guerra que mantiene enfrentados a Moscú y Kiev, un periodista opositor ruso que supuestamente había sido muerto a balazos, apareció vivo ayer, menos de 24 horas después de que las mismas autoridades ucranianas anunciaran el asesinato.
“Evitamos un atentado contra Arkadi Babchenko con una operación especial”, explicó el responsable de la inteligencia ucraniana, Vassili Grizak, que se mostró frente a las cámaras con el periodista. “Los servicios de inteligencia rusos habían ordenado el asesinato”, agregó. Según Grizak, la acción para desbaratar el complot se preparó durante meses. El presunto autor frustrado del crimen ya fue detenido y está siendo interrogado, dijo.
Los organizadores habían prometido al hombre una recompensa de 30.000 dólares y otros 10.000 para un intermediario, añadió Grizak.
Anteayer, la policía ucraniana había informado que Babchenko, fuerte crítico del Kremlin, murió camino al hospital después de que lo acribillaran por la espalda y que su esposa lo encontrara sangrando. El jefe de la policía de Kiev dijo que sospechaba que lo habían asesinado por su labor periodística.
Aparentemente ni siquiera la propia esposa del periodista ni su familia sabían que la noticia del asesinato era falsa. “Disculpas especiales a mi esposa, Olechka, no había otra opción”, dijo Babchenko ayer a una sala de periodistas visiblemente aturdidos.
Vestido con un buzo con capucha negra, Babchenko dijo: “He hecho mi trabajo. Todavía estoy vivo por el momento”.
El periodista de 41 años abandonó Rusia en febrero del año pasado tras denunciar una “campaña espantosa” de “acoso” en su contra luego de una publicación en las redes sociales sobre la caída de un avión militar ruso que se dirigía a Siria a fines de 2016.
Cuando las autoridades ucranianas informaron anteayer de su “muerte”, el gobierno de Kiev responsabilizó a Moscú de un asesinato político. Rusia, por su parte, había rechazado las acusaciones.
Montaje
El Ministerio de Relaciones Exteriores ruso calificó ayer el “montaje” como una “provocación antirrusa”, según indicó un comunicado. Pero agregó: “Estamos encantados de que ese ciudadano ruso siga vivo”.
Todo el episodio se enmarca en el conflicto que enfrenta a Ucrania y Rusia por las regiones separatistas de Donetsk y Lugansk.
En febrero se cumplieron ya tres años de unos acuerdos firmados en Minsk que sirvieron para frenar la sangría de la guerra, pero que no desembocaron en una negociación. Kiev sigue sin controlar esas regiones, que tampoco recibieron el estatus especial prometido.
La guerra se convirtió en una vía de escape para el gobierno, que culpa a Rusia de sus males. Para Ucrania, la zona de conflicto son “territorios temporalmente ocupados” por grupos armados controlados por Moscú.
Reporteros Sin Fronteras criticó ayer la operación ucraniana sobre el supuesto asesinato. El director de la organización periodística, Christophe Deloire, manifestó a través de Twitter su más “profunda indignación por el descubrimiento de la manipulación de los servicios secretos de Ucrania. Siempre es peligroso que los gobiernos jueguen con los hechos”.
En Moscú, el jefe de la comisión de asuntos internacionales de la Cámara alta del Parlamento, Konstantin Kosachev, comparó los argumentos de Ucrania con los alegatos de Gran Bretaña, de que Moscú estaba detrás del envenenamiento con gas neurotóxico de un exespía ruso y su hija en Londres en marzo pasado. Rusia niega vehementemente haber envenenado a Sergei Skripal y su hija Yulia Skripal.