LA NACION

Selección. La semana más negra antes del viaje a Rusia

La lesión de Lanzini completó un ciclo turbulento, que incluyó la suspensión de la visita al Papa y el frustrado partido en Jerusalén

- Sebastián Fest y Javier Saúl

BARCELONA (De un enviado especial).– Pareció un año, pero fueron seis días desde el domingo, cuando la foto de Cristian Ansaldi y su mujer en un jacuzzi dio comienzo a un sinfín de polémicas en torno al selecciona­do argentino: el Vaticano, el papa Francisco, Palestina, Messi, el Estado de Israel, los presidente­s Netanyahu y Macri, Claudio Tapia y “la paz mundial”.

La jornada de ayer tampoco fue apacible: la arruinó la marginació­n de la Copa del Mundo de Manuel Lanzini, a causa de la rotura del ligamento cruzado anterior de su rodilla derecha. La semana más negra de la selección en su camino al Mundial acabará hoy, junto con la estadía en Barcelona, cuando el avión mundialist­a remonte vuelo rumbo a Bronnitsy, un oscuro pueblito a 60 kilómetros de Moscú, en el que aún gozan de buena salud la hoz y el martillo, y que espera al plantel argentino. Para entonces, Jorge Sampaoli habrá decidido ya el reemplazan­te de Lanzini: Guido Pizarro o Enzo Pérez aparecían como favoritos.

BRONNITSY, Rusia.– La avenida principal está flanqueada de coloridos carteles que le dan la bienvenida a la selección, pero la escenograf­ía detiene el tiempo y lo torna sepia: casas bajas y desvencija­das, edificios de cinco pisos, tan grises como rectangula­res, una plaza sin pretension­es y rodeada de oficinas públicas, un intento de centro comercial, calles embarradas y el pasto descuidado. Si la selección quería ahuyentar a sus hinchas, eligió el lugar adecuado.

Es cierto, hay una catedral ortodoxa construida hace 322 años que tiene buen aspecto, también un llamativo monumento, orgullo del pueblo, que exhibe cinco vehículos de guerra. Y no mucho más. En Bronnitsy, un pueblo con 22.000 habitantes, aún gozan de buena salud la hoz y el martillo, aunque gracias al Mundial comparta protagonis­mo con un mural de Lionel Messi, ante el que cinco chicas adolescent­es de los tiempos de los Puteens (los jóvenes que solo conocen el país con Vladimir Putin en el poder), no paran de tomarse selfies. El crack rosarino dormirá aquí por las próximas semanas y revolucion­ará a un pueblo que lo adoptará como el huésped más famoso de su historia.

Si tanto hincapié se hizo en que Rusia no será Brasil, y que será imposible reproducir Copacabana en la Plaza Roja –no sólo por la lógica distancia geográfica y climática, sino porque las estrictas leyes rusas así lo determinan–, algo está claro: Bronnitsy, pueblo de aspecto soviético, sin atraccione­s y con una primavera que todavía no da señales, está a una distancia sideral de la Barcelona en que pasaron los últimos días. Es otro planeta. No se advierten muchas chances de aprovechar el tiempo libre, en caso de que Jorge Sampaoli decida darle algún día libre al plantel en la semana previa. El Centro de Entrenamie­nto de Bronnitsy se ubica en una lengua de tierra bañada por un lago y por el río Moscú, en un área entre militar y fabril.

El pueblo elegido por la AFA es un lugar que ofrece el aislamient­o como garantía. Una caracterís­tica que valora el cuerpo técnico a la hora de encarar el tramo final de la preparació­n. Viajar los 60 kilómetros que separan a Moscú de Bronnitsy no resulta sencillo: se puede tardar tres horas o incluso más. Salvo que uno prefiera viajar a la medianoche. Los hinchas que se hospeden en la capital tendrán que armarse de paciencia o desistir de un viaje que requiere de tiempo y en el que los navegadore­s satelitale­s garantizan fallar. Es como ir de Buenos Aires a Pilar, pero en el tiempo que se tarda en llegar a Pinamar.

Tras una semana agitada en España y a siete días del debut ante Islandia, la selección arribará hoy a Rusia cerca de las 21 (las 15, hora argentina), y llegará media hora después al complejo. El combinado nacional es uno de los diez equipos que eligieron Moscú o sus alrededore­s como base. La lista incluye a Rusia, Portugal, Irán, Francia, Perú, Alemania, México, Bélgica y Túnez. Messi y compañía dormirán en un edificio que requirió de una inversión superior a los dos millones de dólares: se trabajó desde octubre del año pasado para acondicion­ar un lugar que suele ser elegido por los equipos nacionales rusos de remo, kayak, tiro con arco, tenis de mesa, triatlón, karate y esgrima. El centro cuenta con un hotel, restaurant­e, un centro de salud y recreación, sala de conferenci­as, tres gimnasios, sala de juegos, piscina, dos jacuzzis, tres saunas y un sector de relajación.

Jorge Desio, preparador físico del conjunto dirigido por Sampaoli, lo visitó en varias ocasiones hasta decidirse a que fuera el búnker de la selección en el Mundial. El entrenador lo conoció en la gira de la selección de noviembre pasado, tras la victoria en un amistoso ante Rusia y la derrota 4-2 con Nigeria. Después, todo quedó en manos de la gerencia de seleccione­s nacionales de la AFA, del área de seguridad y del equipo de marketing. Mientras unos se encargaron de todo lo relacionad­o con la infraestru­ctura o los accesos, en los que la seguridad se reforzó notablemen­te, otros trabajaron en potenciar la imagen del predio.

La obra, terminada a contrarrel­oj, tuvo el visto bueno de la AFA en las últimas semanas. No solo se acondicion­ó el edificio principal, sino que también se trabajó hasta última hora sobre el césped de las canchas, que semanas atrás aún mostraban rastros de las temperatur­as bajo cero del invierno local. Una gigantogra­fía con las imágenes de los principale­s jugadores da la bienvenida al predio y las habitacion­es ya cuentan con cuadros con dibujos de los futbolista­s. Ayer se conocieron cómo se repartirán los cuartos: habrá mayorías de dobles (Messi-agüero, Ansaldi-pavón, Tagliafico-meza, Caballero-armani, Guzmán-fazio, Dybala-higuaín, Mascherano-biglia, Otamendi-rojo, Di María-lo Celso), una habitación individual (Banega) y un lugar disponible junto a Mercado, que iba a contar con Manu Lanzini de compañero.

La gigantogra­fía del ingresó terminó convirtién­dose en una foto viral, porque aparece Sergio Romero. La lesión del arquero fue el primer revés para un equipo que volvió a ser golpeado por la lesión ligamentar­ia de Lanzini. Las valijas vienen cargadas de noticias negativas y la selección espera algo de paz en tierras rusas. Un cambio de aire en un pueblo para el olvido, aunque conmovido por la llegada del mejor del mundo.

 ?? Andrés rocca ?? Un Messi gigante en una de las esquinas de Bronnitsy, el pueblo de 22 mil habitantes al que hoy arribará la selección argentina
Andrés rocca Un Messi gigante en una de las esquinas de Bronnitsy, el pueblo de 22 mil habitantes al que hoy arribará la selección argentina
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Faltan días
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una gigantogra­fía de messi ilustra el gimnasio del lugar de entrenamie­nto

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