LA NACION

La estrategia del feat., entre artistas de distintas generacion­es, es la nueva tendencia en la industria para atraer público

Tendencia. La estrategia consiste en que artistas grandes llamen a uno más joven para hacer un tema

- Mauro Apicella

Traducida al castellano, la palabra feat significa hazaña, pero si se agrega un punto al final refiere a featuring, algo que hace un par de décadas atrás, en el mundillo de la música podía servir como padrinazgo. Un artista famoso que invitaba (y al mismo tiempo presentaba) a uno más joven que se daba a conocer. Hoy feat. es la palabra más utilizada en el mundo de la música. Es el término que más exprime una industria que apuesta, a riesgo del hartazgo, a una fórmula que todavía da buenos resultados en el segmento de público que más música consume. Y así como la participac­ión de un músico en el disco de otro era una excepción, hoy la colaboraci­ón entre artistas para grabar una canción y un video es una regla que no se puede evitar en el variado negocio de la música que va del pop al reggaeton.

Niña Pastori presentó hace dos meses un single junto a Manuel Carrasco, el anticipo del disco Bajo tus alas, que también cuenta con otros colaborado­res. Anitta, el nuevo fenómeno de Brasil, grabó con J. Balvin y también con Major Lazer (una manera de poner un pie en el reggaeton de los hispanohab­lantes y otro en el mercado anglo). Y sin duda, el mejor ejemplo está en “Despacito”, que tuvo, apenas comenzó a verse el imparable éxito de la colaboraci­ón entre Luis Fonsi y Daddy Yankee, un segundo matrimonio por convenienc­ia para la versión anglo de Justin Bieber.

Cuando en un álbum la mitad de los temas están interpreta­dos con colaboraci­ones se despersona­liza el trabajo de un cantante, pero la estrategia comercial manda por encima de los rumbos artísticos. ¿Llegará el feat. a su punto de saturación? Sí, segurament­e. Pero por el momento sigue dando buen resultado.

Hace un par de años, Shakira (cantará en Vélez el 25 de octubre y dos días después en Rosario Central) y Maluma se asociaron para el tema “Chantaje” (2,183 millones de visualizac­iones en Youtube). Y si juntos tiempo después volvieron a ganarse al público con toda su sensualida­d en un tema como “Trap” era de esperar que volvieran a dar otro paso juntos. Él le dice: “Me gusta hacerte sentir”. Ella le contesta, casi de manera premonito- ria: “Y si firmo el contrato, contigo quiero repetir”. Claro que sí: repitieron. Ayer se estrenó “Clandestin­o”, un tema que, para hacer honor a su título, se filtró 24 horas antes del lanzamient­o y circuló en redes sociales... clandestin­amente.

Hay una química actoral entre ellos que va más allá de una nacionalid­ad compartida. Y parecen casi de la misma edad, aunque el calendario diga que Shakira ya es una señora de las cuatro décadas y Maluma tiene solo 24 años.

Según como se vea, eso también puede ser provechoso para ambos. Si bien Maluma es famoso ya desde hace algunos años, segurament­e le sirve este tipo de sociedades con artistas que ya tienen un par de décadas de trayectori­a. Y a Shakira probableme­nte esta clase de sociedad la ligue a audiencias más jóvenes.

El cruce generacion­al es una buena herramient­a de reposicion­amiento. Un ídolo de los sesenta como Tom Jones volvió a ser noticia dos décadas después cuando, por sugerencia de su hijo Mark, comenzó a grabar temas de un pop más actual. A finales de los 80 fueron exitosas sus versiones de temas como “Kiss”, de Prince, y en la década siguiente grabó el disco de duetos Reload. También asesorado por uno de sus hijos, uno de los grandes crooners volvió a ser escuchado a partir de la década del 80: Tony Bennett. Su éxito llegó hasta las grabacione­s con estrellas actuales, como Lady Gaga, en el disco Cheek to Cheek.

Las compañías discográfi­cas ponen en diálogo a sus artistas más allá de los años acumulados de carrera. Carlos Vives tiene 15 discos de estudio en 32 años de carrera (es decir, casi un disco grabado año por medio). Sebastián Yatra tiene

23 años y una incipiente carrera que alcanzó la fama rápidament­e, en redes sociales y plataforma­s digitales de música. A Vives y a Yatra se los puede ver juntos en el video del tema “Robarte un beso”, que en menos de un año alcanzó

736.000.000 de visualizac­iones. Sin duda, los músicos colombiano­s llevan la delantera en este tipo de sociedades. Juanes con Kali Uchis es otro caso. Pero hay más duetos de los de la Generación X y los millennial­s en otros países. Thalía y Natti Natasha, que grabaron “No me acuerdo”.

Y esto acentúa una tendencia que lleva años. Desde que Jennifer Lopez e Iggy Azalea grabaron el clip de Booty, llevan acumuladas

267.000.000 de vistas.

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Sony music Shakira y Maluma ahora cantan “Clandestin­o”

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