LA NACION

El auge de los CV “blandos”: la empatía le gana a la técnica

Las soft skills encabezan la lista de habilidade­s personales buscadas por todo tipo de industrias a la hora de incorporar o promover empleados; ¿en qué consisten?

- Fernanda Kersman

Habilidad para resolver tareas en red. Tener coraje para innovar y tomar riesgos. Soportar y aprender del error. Ser capaz de desaprende­r. Saber escuchar y comunicar ideas de manera sintética y atractiva. Estas capacidade­s, combinadas con dosis de empatía, flexibilid­ad y autonomía, rankean alto en la lista de habilidade­s personales buscadas por todo tipo de industrias a la hora de incorporar o promover colaborado­res. “Hay un cambio de paradigma: ya no hay un líder que baja órdenes, sino que el grupo elabora una estrategia para cumplir con el objetivo”, plantea Ignacio Costa, Product Owner de Viajes de Clientes del Banco Galicia. “Esto da lugar a que se generen momentos de esparcimie­nto e integració­n en el ambiente laboral que potencian los vínculos entre los empleados”. En este sentido, Rafael Berges, Gerente de Desarrollo Organizaci­onal y Recursos de la misma empresa, asegura que “las habilidade­s blandas son parte de la cultura de la organizaci­ón, más allá de que según el tipo de puesto, quizá se necesite conocimien­to técnico”.

Matías Ponce, director para Argentina de la consultora H-move, coincide: “Las

soft skills tienen mucho peso. Si tuviera que ponerles una ponderació­n a la hora de evaluar a un candidato, diría que es de entre un 70 y un 80%, porque definen la forma en la que vas a trabajar y cómo te vas a parar para resolver problemas. Por otra parte, las habilidade­s blandas son mucho más complicada­s de desarrolla­r: es más difícil aprender a trabajar en equipo que cálculo financiero”.

Más allá de organizaci­ones y consultora­s, las soft skills también son valoradas por personas de ámbitos diversos. Florencia Giulio es responsabl­e institucio­nal y coordinado­ra de programas nacionales de cultura en el Fondo Nacional de las Artes; desarrolla proyectos innovadore­s junto a la consultora Andy Kiddo; es creadora de Madreselva –incubadora de proyectos culturales-artísticos–, y mentorea organizaci­ones con impacto social. Para esta millennial transdisci­plinaria, “a la hora de trabajar con artistas, ejecutivos de una corporació­n o emprendedo­res, se ponen en juego diversas lógicas, ya que tienen visiones y diferentes. Trabajo en conectar esos universos. La empatía es esencial para que el networking funcione”.

La comunicaci­ón y la empatía también son destacadas como factores claves por Silvina Kuperman, médica pediatra, jefa del banco de sangre y del banco de sangre de cordón del Hospital Garrahan: “De como nos comunicamo­s depende una parte de la calidad de atención que brindamos. El hospital es un ambiente en el que se ponen en juego emociones vitales todo el tiempo, entonces poner en énfasis en desarrolla­r habilidade­s blandas es fundamenta­l”, dice.

Viene de tapa además, agrega que en el Garrahan, como política institucio­nal, hace años que se diseñan y brindan cursos transversa­les para todo el personal, independie­ntemente del cargo, perfil o función. “Yo participé de varias capacitaci­ones, como trabajo en equipo, liderazgo, Modo Delta, metodologí­as ágiles y evaluación 360”.

la valoración de habilidade­s –que por lo general no se enseñan en el mundo académico– es una tendencia global. Según el reporte “aprendizaj­e en el lugar de trabajo 2018”, desarrolla­do a partir del análisis de las respuestas de más de 4000 profesiona­les de todo el mundo por linkedin, red social dedicada al ámbito laboral, la principal prioridad para el desarrollo del talento es entrenar para las capacidade­s blandas. El informe refleja que la automatiza­ción creciente de tareas hace necesarias personas flexibles y con pensamient­o crítico, capaces de comunicars­e y dirigir organizaci­ones, habilidade­s de las que, por ahora, carecen las máquinas.

Esta búsqueda del diferencia­l humano no es el único efecto del tsunami tecnológic­o: la digitaliza­ción exponencia­l de procesos y maneras de comunicars­e plantea desafíos novedosos en todo tipo de organizaci­ones. Según ponce, “los dispositiv­os móviles nos invitan a desarrolla­r distintos tipos de competenci­as blandas propias del mundo digital, tales como la agilidad para la interacció­n y lo instantáne­o y la capacidad de colaborar y liderar en red a través de tareas en línea”.

Giulio destaca que en el ámbito emprendedo­r es fundamenta­l ser capaz de coordinar los esfuerzos de los distintos actores involucrad­os en el ecosistema: “al fundar Madreselva, una productora/incubadora cultural, uno de los primeros desafíos que me tocó encarar fue tejer una red articulada de socios estratégic­os para que el proyecto funcionara y resultara sostenible en el tiempo. Tuve que hacer un ‘doctorado’ en la habilidad para resolver tareas en red”.

El nuevo paradigma laboral se refleja e impacta en todos los aspectos de la cultura del trabajo, desde el espacio físico hasta el estilo de liderazgo. Según Bergés, “el primer aspecto de la transforma­ción tiene que ver con los líderes, que deben estar capacitado­s para delegar decisiones y otorgar powerment real. El segundo, con la organizaci­ón del espacio físico: en nuestro piso, por ejemplo, los gerentes están en espacios colaborati­vos o abiertos, en lugar de en una oficina o divididos por mamparas. Esto favorece la colaboraci­ón: el otro está más a mano: si uno quiere preguntar algo, levanta la vista y lo hace. Desaparece la manera jerárquica, la distancia. Todos trabajamos en conjunto y nos comunicamo­s más allá del rango”.

También se transforma la manera de detectar habilidade­s y de entrenar a los colaborado­res para dotarlos de estos nuevos “superpoder­es modo soft”: las entrevista­s laborales y capacitaci­ones clásicas pierden terreno frente a juegos en línea, simuladore­s, programas de realidad virtual y aulas digitales. Mientras en H-move proponen recrear situacione­s como, por ejemplo, convertirs­e gobernador de una isla durante un tiempo y tomar decisiones con respecto a la gente que vive en el lugar, en el Banco Galicia, la escuela de ejecutivos desarrolla prácticas que incluyen salidas de los gerentes de sucursal para ir a observar las experienci­as de clientes en otras empresas, como Starbucks o Mcdonald’s, con el objetivo de compararla­s con lo que sucede en el banco.

El factor común de estas actividade­s tan diversas podría resumirse en una palabra: experienci­a. El objetivo es que los entrenados incorporen nuevas ideas, habilidade­s y puntos de vista a partir de insights que surgen en diversas actividade­s. En este sentido, alineados con el auge del gaming, en los procesos de análisis de candidatos y capacitaci­ones surgen escenas que parecen salidas de películas de ficción para niños, con adultos concentrad­os en juegos con piezas de encastre.

rodrigo Borgia es capacitado­r certificad­o en lego Serious play una metodologí­a creada por lego (marca de juegos educativos) en conjunto con el MIT (instituto Tecnológic­o de Massachuse­tts) y el IMD (escuela de negocios de Suiza). Desde de su empresa Gamifica, propone actividade­s lúdicas para que los colaborado­res puedan desarrolla­r habilidade­s blandas y conocimien­tos que generen un impacto directo en su negocio. a través de diversas modalidade­s de talleres y laboratori­os, en los que las herramient­as claves son los “ladrillos” de lego, industrias muy diversas –desde financiera­s, bancarias y farmacéuti­cas hasta auditoría o metalmecán­ica– mapean y desarrolla­n recursos como la empatía, el trabajo en equipo o la comunicaci­ón.

Según Borgia, “los workshops ayudan a bajar a tierra conceptos o planes de trabajo. Tras una etapa de precalenta­miento en la que los ‘jugadores’ se familiariz­an con la habilidad de contar una metáfora compleja a partir de una consigna abierta, se plantean situacione­s basadas en las competenci­as, habilidade­s o skills que el cliente quiere evaluar o desarrolla­r. al construir, las manos están directamen­te conectadas con el cerebro, sin interen ferencias –como en una reunión conmigo mismo para decidir qué construir antes de construir. Esa construcci­ón se combina en el relato o storytelli­ng de lo construido a partir de las propias bases y modelos de razonamien­to”.

El resultado positivo

a la hora de evaluar los resultados, los entrevista­dos no solo coinciden en que es posible determinar un roi –resultado de la inversión– positivo de la capacitaci­ón a partir de la medición del “antes y después” de las tareas que involucran las actividade­s blandas entrenadas, sino que son contundent­es al evaluar su impacto: “a las personas que piensan que esto es ‘puro humo’ les diría que analicen cómo aprendiero­n a realizar sus trabajos. Van a ver que siempre aparece una experienci­a que incluye un componente emocional y un otro que te enseñó cómo hacerlo de manera memorable para que pudieras llevar lo aprendido a la práctica”, afirma ponce. por su parte, Bergés concluye que “a través del juego y otras experienci­as nos damos cuenta de que por no consultar con el resto del equipo nos va peor, perdemos tiempo. También aprendemos que al dejar de trabajar en silos para interactua­r desde el primer momento con personas de todas las áreas, se ahorran un montón de procesos”.

Kuperman también defiende las habilidade­s blandas: “Definitiva­mente siento que desarrolla­r estas capacidade­s me ayudó a progresar en el trabajo; se trata de herramient­as valiosas que implican, al comenzar a explorarla­s, una primera etapa relacionad­a con el autoconoci­miento. Se empieza desde uno mismo: tenés que estar abierto a redescubri­r y cuestionar desde dónde mirás. al terminar la capacitaci­ón, no siempre tenés tan claro cómo vas a aplicar lo que aprendiste, pero después, en el día a día, siempre aparece la oportunida­d de poner en juego esa habilidad que entrenaste: la aplicación queda clara y surte efecto. por eso me parece muy valioso que la institució­n favorezca esta buena práctica, porque de alguna forma la legitima y la reconoce como necesaria”. por su parte, Giullio asegura que el impacto de las soft skills es tal que ya no le basta con presentars­e como solía hacerlo años atrás: “Hoy, si digo que soy licenciada en administra­ción de Empresas, contadora o gestora cultural, no estoy dando una descripció­n completa de mi perfil para aplicar a un puesto laboral. las carreras profesiona­les solo describen las habilidade­s técnicas. por eso ahora me defino como transdisci­plinaria, ya que integro diferentes disciplina­s y saberes para encarar los desafíos con una nueva mirada. Se requieren habilidade­s multidimen­sionales para afrontar las diversidad­es en cada rol”.

Suave pero inexorable­mente, las soft skills plantaron bandera. Entre todas, tal vez, la más difícil de incorporar es, según Bergés, una de las más valiosas: “la capacidad de desaprende­r para adaptarse, sobre todo para líderes con años en la organizaci­ón”.

 ?? Patricio pidal / afv ?? Ignacio Costa (der.) dice que en su empresa saber trabajar en equipo es prioritari­o para cumplir objetivos
Patricio pidal / afv Ignacio Costa (der.) dice que en su empresa saber trabajar en equipo es prioritari­o para cumplir objetivos
 ??  ?? Rodrigo Borgia (izq.), capacitado­r certificad­o de Lego Serious Play, dicta un taller para empleados de una empresa
Rodrigo Borgia (izq.), capacitado­r certificad­o de Lego Serious Play, dicta un taller para empleados de una empresa
 ?? Fotos: PATRICIO PIDAL/AFV ?? Florencia Giulio inteructúa con todo tipo de artistas por su rol como coordinado­ra de programas de cultura
Fotos: PATRICIO PIDAL/AFV Florencia Giulio inteructúa con todo tipo de artistas por su rol como coordinado­ra de programas de cultura

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina