Rompe el silencio
habla el desarrollador de roccatagliata, la obra frenada por la justicia .
Guido Wainstein creo, junto a tres amigos del secundario, la desarrolladora KWZ en 2002. Y, reconoce, jamás imaginó un escenario como el que atraviesa. En 2017, la Justicia le suspendió por segunda vez la construcción del proyecto Palacio Roccatagliata, ubicado en Roosevelt y la avenida Balbín. Un emprendimiento de US$70 millones del ya vendió las dos terceras partes desde el pozo.
P ¿Por qué le suspendieron la obra?
R Hicimos las cosas bien. Es la segunda vez que nos paran el proyecto que arrancamos en 2012. En la primera oportunidad, la Justicia la detuvo un año y medio y luego nos autorizaron la construcción. Tras un año y medio de obra e inversión en 2017 volvieron a pararla. Compramos una tierra abandonada en la que incluso había una estación de servicio abandonada, trabajamos dos años en descontaminar las napas, presentamos los documentos de la obra en la Dirección General de Interpretación Urbanística, realizamos un estudio de impacto ambiental, nos autorizaron el volumen del proyecto y el Gobierno Porteño la aprobó. Se planteó que la construcción del Palacio estaba protegida pero que en las inmediaciones se podía construir. El recurso de amparo plantea que el Gobierno de la Ciudad se excedió en sus acciones y que no debería haber aprobado la construcción del proyecto. Estamos tratando de encontrar una solución porque todos somos damnificados. Ni a los vecinos, ni a los desarrolladores, ni a los compradores ,ni al Gobierno porteño le conviene tener un esqueleto en el medio de la ciudad. Que el Gobierno te apruebe un plano y la Justicia te pare la obra es una pésima señal para el mercado.
P ¿Por qué?
R Si la intención es impulsar los créditos desde el pozo, quién se animará a tomarlos si pueden suspenderte la construcción de una obra aprobada por el Gobierno de la Ciudad dos veces. Se habla mucho de la intención de traer capitales del exterior, pero no se cuida a los grupos locales que invierten en el país.
P ¿Por qué sigue apostando?
R Porque estamos locos. Construir es muy caro y el costo de reposición no cierra, los precios de los terrenos están fuera de rango. Hoy la incidencia de una tierra en Palermo no baja de US$1200/M2 a lo que hay que sumar un costo de construcción propio de US$2000/M2. Es más, se da la situación de que los proyectos en pozo terminan siendo más caros que las unidades terminadas. De todas formas está mal analizar así al sector porque es una película de tres o cuatro años. Además, la historia prueba que todo lo que uno considero que era caro cuando lo compró terminó siendo barato.
P ¿En qué zonas invierte?
R Estamos terminando un emprendimiento en Libertador y Sucre de US$30 millones; en Pinamar construimos dos torres premium. La primera entregada se vendió a un promedio de US$3500/ m 2 y la segunda a US$4000/M 2 . En Villa del Parque estamos con un proyecto que tiene un parque central de 4000 metros en el que las unidades se venden en US$2700/M2. Además estamos lanzando un proyecto de oficinas en Palermo Hollywood y tenemos otro en Libertador y Juramento en donde estamos vendiendo desde US$3500/M2. La gente no quiere ir más al centro para trabajar. Por otro lado estamos esperando la aprobación municipal para construir dos torres de 25 pisos en el mismo predio en donde funciona Coto en Abasto y planeamos una obra emblemática en La Pampa y Castañeda. Y estamos por lanzar una en Zapiola y Juramento y un doble frente en Cañitas. También vamos a desembarcar en Flores con un emprendimiento en Avellaneda y Condarco.
P ¿Le preocupa la suba del dólar?
R Siempre que pasa algo, la demanda se detiene pero al tiempo vuelve a arrancar. En nuestro caso mantuvimos los precios en pesos de las obras financiadas o cerca de terminarse y, en los otros casos, los mantuvimos en dólares, es decir la unidad de US$100.000 pasó de costar $2 millones a $2 millones y medio. •