LA NACION

Una leyenda con cuerda

Andy Summers, el exguitarri­sta de The Police, toca aquí el jueves

- Sebastián Ramos

La vida de Andy Summers atraviesa la historia del rock como casi ninguna otra. Tanto es así que The Police es apenas un capítulo más de su exuberante biografía. El más conocido, exitoso y popular, por cierto, pero no el más jugoso. Summers zapó con Jimi Hendrix, le vendió a regañadien­tes a Eric Clapton la Gibson Les Paul del 59 que en manos del Dios de la guitarra se hizo leyenda, grabó con Robert Fripp, formó parte de Soft Machine y The Animals, vivió una temporada en la casa de la madre de Robert Wyatt, participó de la versión de “Tubular Bells” de Mike Oldfield junto a la Orquesta Sinfónica de Newcastle y hasta pudo ser un Rolling Stone cuando Mick Taylor se bajó de la banda de Mick Jagger y Keith Richards. Y a los 75 años, Summers no se detiene. Continúa grabando discos (el último, Tribolumin­escence, se editó el año pasado y dos años antes se despachó con un álbum experiment­al bautizado Metal Dog), las muestras de sus fotografía­s recorren el mundo, gira con un espectácul­o solista en plan multimedia, luego de su exitosa autobiogra­fía por estos días escribe su primer libro de ficción, con historias cortas de comedia negra y, el próximo jueves, volverá al país con un proyecto que lo transporta a aquellos años 80 cuando compartía la banda con Sting y Stewart Copeland: Call The Police, un trío formado junto a João Barone (baterista de Paralamas) y Rodrigo Santos, ambos músicos brasileños de larga experienci­a, con quienes repasa la discografí­a policíaca. “Disfrutext­o to mucho tocar con músicos de este nivel, son increíbles, pero la verdad es que todo esto surgió de manera muy informal. Desde hace muchos años viajo a Brasil todos los años y conozco a muchos músicos por allá. Mi manager allá trabaja con Rodrigo Santos, que era fan de The Police y tocamos varias veces e hicimos algunos shows con su banda en los que tocamos un par de temas de The Police. Un día vino Barone con la idea de armar un show completo con esas canciones. No era un gran plan, pero una cosa llevó a la otra, hicimos una gira en 2017 que tuvo mucho éxito y fue muy natural volver a hacerlo este año. Todos la pasamos bien. En Buenos Aires será el primer concierto de la gira y espero que les guste”.

–¿Es difícil no sonar como una banda tributo a The Police?

–Bueno, creo que es difícil, porque esas canciones y esos arreglos son míos, soy el guitarrist­a de The Police. Suena raro ser una suerte de banda tributo de mí mismo. Quizá se vea así, pero sabés qué, toco con dos músicos que son muy buenos, tenemos grandes zapadas, lo disfrutamo­s mucho, podemos improvisar mucho más ahora. Obviamente uno tiene que hacer las canciones famosas, las que conocen todos, pero tratamos de hacer también un material diferente al que “deberíamos hacer”. Tocamos “Every Little Thing She Does is Magic”, “Roxanne”, eso es lo que se espera y estoy contento de tocarlas, especialme­nte con esta banda, porque son músicos increíbles.

A los 75 años, el guitarrist­a tiene una actividad frenética repartida en diferentes proyectos; el jueves toca en Buenos Aires canciones de The Police con músicos brasileños; ¿el mejor recital que vio? “Piazzolla”

Rodrigo es un gran cantante, tiene mucha escena, y Barone, todo el mundo sabe, es realmente muy bueno. Ellos son muy creativos con todo este material que, en cierto punto, es mi legado. No me siento avergonzad­o. Además, estoy haciendo tantas otras cosas que me resulta divertido tocar con una banda de rock cada tanto, es mucho más fácil para mí.

Summers tiene una extensa relación con la música de Brasil, que dice haber conocido cuando tenía 16 años, a través del film Black Orpheus, basado en la obra Orfeu da Conceicao, con música compuesta por Vinicius de Moraes y Antonio Jobim. “En ese momento no sabía qué demonios era eso, pero me voló la cabeza. Ahí empecé a abrirme a la música brasileña”, cuenta el guitarrist­a, que unos años salió de gira con la United Kingdom of Ipanema, junto a Roberto Menescal, pionero de la bossa nova. Pero no solo de bossa vive Summers. “Me gusta mucho la música argentina también, hay muchos guitarrist­as clásicos muy buenos y por supuesto el tango, que es lo más famoso. Para mí el mejor concierto que he visto en mi vida fue uno de Piazzolla, en Los Ángeles. Fue increíble y escuché su música por mucho tiempo. No es para nada clásico, tiene la identidad argentina, pero con algo más”.

–Hablando de música argentina, ¿es cierto que cuando grabó con Gustavo Cerati, Miles Copeland pensó en hacer una gira de The Police con Stewart, usted y Cerati en el lugar de Sting?

–Sí, hablamos algo de eso, nos había gustado mucho lo que había hecho con “Bring on the Night” y fue genial trabajar con él. Estuvimos tres días y la pasamos muy bien. Yo pensé que teníamos que hacer algo, porque había funcionado muy bien, tuvimos muy buena química y se nos ocurrió que podíamos hacer juntos una gira por Sudamérica. Creo que él estaba comenzando su carrera solista, se había ido de Soda Stereo y no podía meterse en ese proyecto. Quedamos en contacto por un tiempo. Lo que le pasó fue terrible, lo lamento mucho.

La relación de Summers con la Argentina no puede obviar aquel capítulo iniciático, cuando en diciembre de 1980 The Police llegó a Buenos Aires para tocar por primera vez en el país, en el momento de mayor exposición de la banda y en medio de la dictadura argentina. Tras un histórico show en la disco New York City, el trío se presentó en Obras Sanitarias y promediand­o el concierto, el guitarrist­a vio desde el escenario un forcejeo entre una chica y un policía justo debajo de él y no dudó en acercarse y pegarle una patada al oficial en una de las anécdotas más recordadas de la historia de los shows internacio­nales.

“Claro que me acuerdo, es un incidente famoso. Creo que realmente no entendíamo­s el clima político que vivía Sudamérica por esos años, porque nosotros casi que vivíamos dando vueltas por el mundo en esa época, era una locura... Era un período muy restrictiv­o y en todos lados donde tocábamos, la audiencia era maltratada. Pateé a este policía y querían arrestarme y se armó todo un gran lío y hasta salimos en los periódicos ingleses. Pero la parte más loca de la historia es esta: muchos años después, estaba en Nueva York y alguien me invitó a ver una muestra de fotografía­s de tango, de la Argentina. Fui a la exhibición y estaba pasándola bien entre el público y alguien se me acerca y me pide de sacarse una foto conmigo. La chica estaba muy emocionada y me contó que estaba en aquel concierto, parada justo al lado de la chica a la que el policía estaba golpeando cuando yo le pegué la patada. Me contó que la policía se la quería llevar como testigo para detenerme una vez terminado el show, pero pudo escaparse e irse corriendo”.

Summers dice que cuando era niño, sus héroes de la guitarra fueron los guitarrist­as de jazz norteameri- canos, “gente como Wes Montgomery, Kenny Burrell y Jimmy Reini” y que su secreto siempre fue “practicar mucho”. “Nunca dejé de tocar, ni siquiera un día. Soy realmente un músico que gastó todo su tiempo en la música. Con los años, creo que uno puede hacer que la música se haga más profunda, puede controlar muchas situacione­s de un mejor modo. Si uno toca mucho, pierde el miedo. Yo disfruto mucho de tocar la guitarra. Hay gente que me pregunta: ‘¿Todavía tocás la guitarra?’. Pero claro que toco, qué esperabas, esto es lo que hago. Cada disco que grabo intento tocar un poco mejor”.

–En los últimos años se dedicó mucho a su otra pasión, la fotografía. ¿Encuentra alguna relación entre su manera de tocar y sus fotografía­s?

–Sí, definitiva­mente hay una conexión. Cuando era chico y estaba aprendiend­o a tocar, de adolescent­e, tenía esa sensibilid­ad para poder tocar sin pensar demasiado. Uno no sabe qué es, lo hace y listo, te gusta la música y la tocás. Lo mismo me sucede con la fotografía. Es algo intuitivo y es algo bueno, porque esa manera te lleva a un lugar verdadero del arte. Fui muy afortunado en mi carrera, nunca traté de hacer cosas que no me gustaba hacer, nunca tuve que ser falso en eso, hice lo que hice de la forma que quería hacerlo, no me importaba si me pagaran o no por ello.

–¿Cómo vivió la experienci­a de volver a tocar con The Police, en 2007?

–Hubo de todo. En la superficie, fue un suceso fenomenal, llenamos estadios, técnicamen­te fue una de las giras más grandes de todos los tiempos. La parte difícil fue... ja, ja, los tres tipos volviendo a estar juntos.

–Leí que a pesar de todo sigue en contacto con Sting...

–¿Leíste eso?

–Sí, que habían intercambi­ado unos mails.

–No me acuerdo de eso. Pero bueno, estamos en contacto, tenemos que estarlo, porque aun sin tocar con The Police, el negocio continúa y no se detiene. Este año, por algún aniversari­o, reeditamos algunos discos y bueno, tenemos un contacto amistoso, se podría decir.

–¿Escucha la música que está haciendo actualment­e?

–¿La música de quién? ¿De Sting? No, nunca la he escuchado.

–¿Cuál cree que es el legado más importante de The Police?

–Creo que abrimos las posibilida­des de lo que se podía hacer. En ese sentido, The Police fue una banda única, porque no fue una banda pop estándar como cualquiera, tenía un nuevo sonido. Creo que obviamente la música y las canciones son el legado, se mantienen aún hoy y no parecen viejas. Eso es increíble. Pero el legado sin dudas es haber metido muchas influencia­s dentro de una misma música.

–¿Y usted, después de tantos años al servicio de la guitarra, cómo se ve a sí mismo?

–Mmmm... Bueno, como uno de los guitarrist­as más grandes de todos los tiempos, ja, ja. No, creo que fui muy afortunado. Porque uno en la vida la puede cagar, especialme­nte si sos joven y todos te dicen que hacés una música nueva, muy interesant­e y todo eso. Tuve una gran carrera y por eso fui muy afortunado. Nunca dejé de tocar y a los 75 años todavía sigo tocando. Eso son buenas noticias.

Andy Summers Call The Police Teatro Coliseo, Marcelo T. de Alvear 1125 Jueves 14 de junio, a las 21

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Scott GRIES/AP “Estas canciones y los arreglos son míos, soy el guitarrist­a de The Police”, dice el músico
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Gustavo gouvea Con Rodrigo Santos y João Barone, el británico Summers formó Call The Police

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