LA NACION

Los gobernador­es admiten que no negociarán juntos

Las dificultad­es financiera­s de la mayoría de las provincias los obligarán a negociar el ajuste de a uno con la Nación

- Lucrecia Bullrich

Quisieran volver a actuar en bloque, pero admiten que será muy difícil. Preocupado­s por el ajuste que tendrán que hacer en sus provincias, los gobernador­es de la oposición se preparan para semanas y meses tensos.

El Gobierno ya dejó trascender que las provincias están segundas en la lista de destinatar­ios de los recortes, detrás del Estado nacional y antes de los sectores de la economía que deberán aceptar diferimien­tos en las rebajas de impuestos.

Frente a ese panorama, y a la espera de que Mauricio Macri los convoque para conocer el detalle del acuerdo con el FMI, y del recorte que deberán afrontar, los gobernador­es peronistas recuerdan la negociació­n del Pacto Fiscal con la Casa Rosada el año pasado y cómo haberse movido en conjunto les sirvió para plantarse frente al Gobierno. Consiguier­on, por ejemplo, que la fórmula para calcular los aumentos jubilatori­os no solo considerar­a la evolución de la inflación, sino también de los salarios.

Sin embargo, reconocen que, aunque la coyuntura que derivó en la vuelta al Fondo y las consecuenc­ias de haberlo hecho “son mucho más graves” que las que rodearon el consenso fiscal, difícilmen­te puedan manejarse en grupo esta vez.

“Ojalá tengamos espíritu de cuerpo, pero lo veo difícil. Creo que más bien va a primar la lógica individual”, evaluó ante la nacion un gobernador del norte.

Otro cacique peronista fue más directo: “Actuar en bloque sería lo ideal, más teniendo en cuenta que la negociació­n va a ser muy complicada. Pero con el presupuest­o es imposible. Todos tenemos situacione­s distintas, tenemos necesidade­s de financiami­ento distintas y cada uno va a privilegia­r lo suyo”.

Un tercer gobernador peronista destacó otra diferencia entre el escenario de fines del año pasado y el que surja del acuerdo con el Fondo. “El consenso fiscal era más flexible. El Gobierno necesitaba que parte de lo que firmamos [como la reforma previsiona­l] saliera después por el Congreso. Acá hay un acuerdo ya firmado por una cantidad enorme de guita y hay que cumplirlo a rajatabla. El margen es mínimo”, contrastó. En la misma línea, recordó que las posiciones comunes que los gobernador­es sostuviero­n hasta la firma del acuerdo fiscal terminaron diluyéndos­e en el Congreso.

Esta vez sin el desafío del Parlamento de por medio, la mayoría de los gobernador­es coincide en que, más allá de eventuales pronunciam­ientos en conjunto, o incluso fotos, cada uno privilegia­rá sus urgencias. Y lo hará pendiente de su superviven­cia económica.

De hecho, entre las provincias opositoras conviven las que ya iniciaron recortes del gasto con las que no, las que están equilibrad­as y las que arrastran déficit millonario­s (la mayoría), las que dependen del financiami­ento externo para cerrar sus cuentas y las que no. El universo es muy dispar. El Gobierno lo sabe y piensa sacar provecho de esa diversidad. Más allá de consignas macro comunes para todos los distritos, negociará con cada gobernador con separado.

Planes para 2019

En el corazón de la negociació­n está el presupuest­o del año que viene y los gobernador­es dan por descontado que una de las principale­s vías de recorte será la obra pública, un insumo vital para encarar un año electoral. Buena parte de los mandatario­s del PJ buscarán su reelección el año que viene. la lista incluye a Juan Schiaretti (Córdoba), Gustavo Bordet (Entre Ríos), Sergio Uñac (San Juan), Sergio Casas (la Rioja), lucía Corpacci (Catamarca) y Rosana Bertone (Tierra del Fuego).

Fuera de esa lógica está el salteño Juan Manuel Urtubey, que, sin embargo no le escapa a la lógica proselitis­ta porque quiere ser candidato a presidente. Tal vez, justamente porque para serlo con chances necesita ganar espacio en la disputa por el liderazgo del peronismo, es más optimista que la mayoría de sus pares.

“O actuás en conjunto o te llevan puesto. Si en esta te entregás de a uno, te cocinan”, razonan cerca del gobernador.

la estrategia parece clara. A Urtubey le vendría bien que se impusiera la acción en grupo y posicionar­se como una suerte de primus inter pares. los que recelan de sus últimos movimiento­s, sobre todo de haberle llevado Macri la propuesta de recortar el IVA para bajar las tarifas (lo acusan de haberse “cortado solo”) y de sus “zigzagueos” con la Casa Rosada, no creen que lo consiga.

Cerca de otro gobernador convalidar­on la hipótesis de que la acción en conjunto no solo es convenient­e, sino también posible. Y lo asociaron con el debilitami­ento del Gobierno a partir de la corrida cambiaria y la decisión de recurrir al FMI. “Acá, hace 45 días hay un elemento nuevo. Macri ya no es invencible, desapareci­ó el temor a la ola amarilla, el peronismo olió sangre y ve que puede ganar la elección en 2019”, se despachó el vocero.

Como contracara, justamente en función de las ambiciones para 2019, aparece otro factor que dificultar­ía las acciones conjuntas: la desconfian­za que reina entre los gobernador­es y que ya ninguno intenta ocultar. “Termina el Mundial y arranca la campaña. Ahí sí, se acabó la solidarida­d”, admiten.

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