De compras
Imposible dejar de lado las compras en esta ciudad. Todo tiene un indudable sello ruso, ajeno todavía a los suvenires globalizados del resto de planeta. Desde pequeños recuerdos típicos de unos pocos cientos de rublos hasta objetos únicos como la artesanía jojloma en madera (pintada en rojo, negro y dorado) o la cerámica gzhel con diseños azules sobre una base blanca.
Por supuesto también joyas y pieles, aunque Moscú y San Petersburgo no son los lugares más baratos de Rusia para comprarlas.