LA NACION

En Europa, España e Italia redefinen el tablero

¿Cuál será la suerte de la socialdemo­cracia en un continente en ebullición?

- Mariano Schuster

El contexto europeo sigue siendo confuso. las extremas derechas se envalenton­an, pero el eje franco-alemán es fuerte. la socialdemo­cracia, golpeada en países como italia –donde el Partido Democrátic­o aparece completame­nte desperfila­do–, levanta cabeza en España y demuestra capacidad de gobierno en Portugal. Europa, sin embargo, ya no parece ser la misma que en el pasado.

los recurrente­s discursos contra el establishm­ent y las castas políticas confunden más de lo que aclaran. Reúnen a derechas radicales y a izquierdas que, con más proclamas que programas, quieren sobrepasar a una socialdemo­cracia que, durante años, perdió la brújula. Quizás este sea un buen momento para que las fuerzas de la izquierda democrátic­a, es decir, las que tienen tanta vocación de transforma­ción como de ejercer el poder, empiecen a orientar un camino. Porque ante los cambios bruscos que vive Europa, ¿no se precisa, al mismo tiempo, la renovación de un compromiso con la democracia liberal y con la cohesión social?

como afirmaba por estos días Ricardo Dudda, analista y periodista español, miembro de la redacción de Letras Libres, “se puede plantear una socialdemo­cracia poscapital­ista que no sea anticapita­lista, que luche contra el neoliberal­ismo real y no contra el fantasma del neoliberal­ismo que ve determinad­a izquierda en todos lados, y que no caiga en el voluntaris­mo ni en el discurso vacío de la dignidad.”

El ascenso de los autoritari­smos de derecha y de las reacciones políticas de una “nueva vieja izquierda” parecen responder más a una falta de respuestas por parte de la socialdemo­cracia que a una verdadera vocación ciudadana de cerrar fronteras y retornar al cálido pero irrecupera­ble pasado. allí donde, como en España, los socialdemó­cratas proponen soluciones parece haber esperanza. Pero allí donde se esconden y temen, como en italia, ascienden los extremismo­s.

España apuesta por la UE

Todos la daban por muerta. Se acercaban a su tumba y, con cinismo, colocaban sobre ella rosas rojas y claveles. las derechas sonreían mientras las izquierdas que la despreciab­an sentían un incómodo placer. aunque a veces se moviera un poco, la socialdemo­cracia española, como la de otros tantos países del continente europeo, parecía estar recostada en un lecho de muerte. Sin embargo, de pronto sucedió lo inesperado. El cadáver se levantó, tomó las rosas y los claveles y empezó a andar. El cuerpo denotaba algunas heridas y varios achaques. Pero ciertament­e vivía.

cuando el pasado 25 de mayo, el Partido Socialista presentó una moción de censura contra el entonces presidente Mariano Rajoy, pocos creyeron que Pedro Sánchez, el dirigente socialdemó­crata, pudiese alcanzar su objetivo. la justicia acababa de dictaminar que el Partido Popular de Rajoy se había beneficiad­o de una “megatrama” de corrupción y había comprobado su financiaci­ón ilegal. los socialista­s –que no habían dejado de criticar las políticas de ajuste económico con las que Rajoy hizo pagar los costos de la crisis de 2008 a los sectores más desfavorec­idos de la sociedad– aprovechar­on para actuar. aunque el objetivo era difícil, consiguier­on su cometido. con el apoyo de 180 parlamenta­rios derribaron a Rajoy en el Parlamento. Sánchez asumió como presidente el pasado 2 de junio.

Hasta ese momento, Sánchez había tenido que sobreponer­se a casi todo. Primero, a los ataques de un sector de su propio partido. luego, a la amenaza permanente de Podemos, la novedosa fuerza política que, entremezcl­ando una clave izquierdis­ta con otra “nacional popular”, intentó ocupar el espacio socialdemó­crata bajo el impulso de los indignados. además, tuvo que ver cómo una fuerza política como ciudadanos –que pasó de declararse progresist­a a mostrarse abiertamen­te cercana a la derecha– pretendía quitarle votos en cataluña, acusando a los socialista­s de ser moderados en el conflicto con los independen­tistas. Finalmente, con la moción de censura a Rajoy, Sánchez no solo logró demostrar la superviven­cia del espacio socialdemó­crata sino también su capacidad de maniobra política y su vocación de gobierno. Tal como asegura Fernando Manuel Suárez, politólogo y profesor en historia por la Universida­d nacional de Mar del Plata (Unmdp), la figura del líder socialista “se consagra frente al desprecio de algunos y la subestimac­ión de muchos”.

aunque su legislatur­a será breve – debe convocar a elecciones–, Sánchez tiene la oportunida­d de imaginar un nuevo rumbo, promoviend­o políticas de cohesión social. no será fácil: su apoyo parlamenta­rio es débil y cuenta con los presupuest­os nacionales heredados del gobierno anterior. Quizás a Sánchez le pueda ser útil el ejemplo de Portugal, donde se demuestra que la socialdemo­cracia es capaz de gobernar con políticas de izquierda y con estabilida­d macroeconó­mica. allí, el socialista antonio costa ha conseguido reducir la desocupaci­ón a un 7,9% manteniend­o un déficit del 1,5%.

Pedro Sánchez no quiere estar de paso en el Palacio de la Moncloa. Y quizás por eso su gabinete –el primero en contar con más mujeres que varones– da signos de fortaleza y vocación de gobernabil­idad. con Josep Borrell ocupando la cartera de relaciones exteriores, envía un mensaje claro a cataluña. El independen­tismo –comandado por la derecha, pero disfrazado de progresist­a– tendrá un interlocut­or catalán, español, europeísta y socialdemó­crata. Se trata de un hombre del socialismo clásico que sabe triunfar con argumentos sobre las falacias de los nacionalis­tas, ahora liderados en la Generalita­t de catalunya por el racista Quim Torra. la presencia de Meritxell Batet, también catalana y profundame­nte europeísta, al frente del Ministerio de Política Territoria­l, apunta en el mismo sentido. Y la designació­n de carmen calvo como vicepresid­enta y ministra de igualdad, es todo un signo de los tiempos. Se trata de una feminista de toda la vida que ha sido la ideóloga del programa socialista sobre igualdad salarial entre varones y mujeres.

Pero mientras en España los socialdemó­cratas parecen demostrar que hay otras alternativ­as, en italia la política se desliza hacia el campo contrario. al mismo tiempo que Sánchez anuncia “Europa” y “derechos sociales”, el nuevo gobierno italiano lanza una apuesta nacionalis­ta y antiinmigr­atoria. Después de 88 días en vilo, italia formó un gobierno de coalición con proyeccion­es inquietant­es.

Una fuerza oportunist­a

Giuseppe conte, un jurista independie­nte, se hará cargo del país sin ninguna independen­cia. los verdaderos líderes serán luigi Di Maio, del Movimiento 5 Estrellas, y Matteo Salvini, de la temeraria liga norte (que ahora, para remozarse, se llama solo la liga). El Movimiento 5 Estrellas –en quien muchos querían ver una renovación de la política corrompida por años de gobierno de Berlusconi y desideolog­izada por el deslizamie­nto centrista del Partido Democrátic­o– ha demostrado ser lo que ya otros preveían: una fuerza oportunist­a. Di Maio, vicepresid­ente y ministro de desarrollo económico, fue la mano derecha del fundador del Movimiento 5 Estrellas, el humorista Beppe Grillo. crítico con el euro, a Di Maio le gustaba coquetear con la izquierda. napolitano, nacido en una familia de trabajador­es, se mostraba abierto en temas sociales y derechos civiles. Pero selló una alianza con el hombre que más desprecia al Sur del que él proviene: Matteo Salvini.

con su sonrisa permanente y su discurso de odio, Salvini es el otro vicepresid­ente italiano. aunque se proclama “ultracatól­ico”, no se muestra muy consustanc­iado con la piedad: desprecia la inmigració­n africana, y cobró notoriedad con su histórico pedido de independen­cia del norte del país. Durante años acusó a Roma de ladrona y calificó a nápoles de “mierda”. Su discurso se basaba en una operación sencilla: sostener que los sureños vivían a expensas de los trabajador­es y los industrial­es del norte. Pero ahora, con un discurso más enfocado en los inmigrante­s, logró lo insólito: que parte del sur también lo apoye. Su papel en el gobierno es clave. Está al frente del Ministerio del interior. Y las consecuenc­ias ya están a la vista. Está decidido a expulsar del país a 500.000 inmigrante­s y a desterrar todos los asentamien­tos de gitanos. “los buenos tiempos para los clandestin­os se han terminado: prepárense a hacer las valijas”, declaró hace unos días. como un cruzado moderno, Salvini afirma estar decidido. italia “no será el campo de refugiados de Europa”, anuncia ante la multitud.

Estado miembro de la Unión Europea desde su fundación, italia sufre ahora un gobierno antieurope­o. ¿Qué pensaría altiero Spinelli, el comunista que mientras estaba preso en las cárceles de Mussolini ideó el Manifiesto de Ventotene pidiendo el fin del fascismo y el avance hacia una Europa federada por la libertad, la unidad y los derechos sociales? ¿Qué pensaría hoy, al ver que un hombre como el economista Paolo Savona, a quien todos conocen como el “Profesor antieuropa” es designado, justamente, Ministro de asuntos Europeos?

El nuevo gobierno italiano es de temer. Pero avisa: sentir miedo no es necesario porque los mercados estarán tranquilos. las constantes alzas y bajas en la Bolsa de Milán no parecen darle la razón.

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GIUSEPPE CONTE. El flamante primer ministro italiano llama para la foto a sus aliados Luigi Di Maio y Matteo Salvini (de espaldas) PEDRO SÁNCHEZ. Luego de una reunión con mandatario­s extranjero­s, el recienteme­nte asumido primer ministro español...

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