En Wall Street hablan del “berrinche del tango”
La crisis cambiaria de mayo decretó el final del gradualismo que había desplegado desde sus inicios el gobierno de Mauricio Macri, promocionó al ministro de Hacienda Nicolás Dujovne al puesto de coordinador económico, se llevó más del 20% del valor de la moneda y disparó la inflación. Toda esa puesta en escena local no alcanzó, sin embargo, para que los analistas cercanos a Wall Street pusieran al país entre las grandes incógnitas negativas este año. Le ganan esa carrera naciones como México, Brasil y Colombia, donde las elecciones presidenciales podrían deparar malas noticias para los dueños del dinero. O Perú, acosado por escándalos de corrupción que hoy no pesan sobre la Argentina, toda una rareza si se compara la situación actual con los últimos años.
Aun así, en Wall Street le pusieron un nombre a la turbulencia doméstica: la llaman el “berrinche del tango”. La revelación corrió por cuenta de Ernesto Revilla, el economista jefe del Citibank para América Latina, que habló de ella en una reunión para periodistas de la región que organizó la entidad el último miércoles en la sede central del banco, en Nueva York, un día antes de la fuerte devaluación que se registró esta semana y de los cambios en el Banco Central. La llamó, en inglés, “the tango tantrum”. La definición es una adaptación de otra creada en 2013, el “taper tantrum”.
La distancia geográfica de los economistas especializados en finanzas con los problemas cotidianos de la Argentina les quita a sus definiciones la pasión de los análisis locales. Revilla usa pocas palabras para explicar una situación compleja. Dice que el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional es muy bueno más allá de lo que piense la población; reconoce que habrá que recortar el gasto, aunque no sugiere ir por el camino de la obra pública, y anticipa que la economía –en términos anuales– crecerá este año y el próximo.
Para el equipo del Citi solo resta saber cuál será el techo del dólar. Dirk Willer, jefe de Estrategia del banco, sostuvo que el retorno de los inversores se verá con mayor claridad cuando eso esté definido. Sostuvo que hoy nadie sabe si está más cerca de $26 o de $30, y aclaró que la devaluación generó grandes pérdidas, también, entre los dueños del dinero.
“Es la primera vez que escucho de analistas internacionales que el escenario político no es un problema para la economía argentina”, le dijo a la nacion Revilla. Su explicación: “No lo es. Los problemas tienen que ver con el entorno macroeconómico: la volatilidad del tipo de cambio, el déficit fiscal y la inflación”, reafirmó.
“La Argentina puede tener un buen ciclo después de que se conozcan los detalles del acuerdo con el FMI”, sostuvo el ejecutivo dos días antes de que se conocieran los detalles.
Las proyecciones del Citibank estiman un crecimiento de 1,4% este año (el mismo que prevé el Gobierno) y 2% el siguiente. Es menos de lo que esperaba la Casa Rosada a fines de 2017, pero se concretarían tres años de mejora consecutiva en el nivel de actividad, un pergamino que pocas administraciones pueden mostrar.
El acuerdo con el Fondo, sostuvo, debería aumentar la demanda de pesos y, por lo tanto, reducir la presión que le pone el dólar, algo que ayer no se corroboró. Para los analistas, el visto bueno de Christine Lagarde no solo tuvo que ver con la aceptación de condiciones de la Argentina. En el Citi todavía están sorprendidos con el convenio. Por los montos que se aprobaron y la velocidad, Willer descarta que la administración de Macri tiene buenos contactos en DC. Desde una mirada que supera a la economía, analistas de diversos lugares consideran que el apoyo al gobierno argentino tuvo también que ver con los intereses de los países centrales, interesados en que otro modelo no populista, como lo denominan aquí, haga pie en la región, en especial cuando esas orientaciones tienen apoyo en Colombia y en México.
En cambio, mostró más preocupación porque en algunos países de América Latina hay una insatisfacción importante con la democracia, según algunos estudios. Entre ellos están México y Brasil. Con respecto a Brasil, todos en el Citibank coinciden que si bien el escenario es complejo, las elecciones todavía están lejos. De todas maneras deberá analizar una eventual reforma jubilatoria y atender su situación fiscal.
Según las proyecciones del Citi, casi toda la región se ve bien. Quizás eso se deba, en parte, a que las menciones a Venezuela casi no existieron. En esa bonanza, sin embargo, no son todos iguales. Mientras se augura prosperidad a Chile y Perú, la Argentina y Brasil deberán allanar el camino para sumarse al lote de los de arriba.
Los economistas que analizan Estados Unidos consideran que la primera nación del mundo en términos de actividad está llegando al final de un ciclo expansivo que lleva nueve años. Aunque no estiman un freno brusco, marcaron como fecha posible el año 2020.