LA NACION

Cañonero será el segundo de Caputo en un Banco Central que no definió dos directores

Lucas Llach, vicepresid­ente durante la gestión de Sturzenegg­er, anunció que dejará el cargo; varios funcionari­os del Gobierno podrían pasar a la entidad

- Diego Cabot

Fueron horas intensas en el Banco Central. Y no solo por las noticias que llegan del vecindario y que daban cuenta de un dólar que ya casi asomó los 29 pesos, sino por las negociacio­nes de último momento para saber quién se sentará en la mesa del Banco Central para acompañar la nueva gestión.

La confirmaci­ón de Luis Caputo como presidente, en reemplazo de Federico Sturzenegg­er, trajo consigo una renovación en la entidad monetaria.

La primera confirmaci­ón llegó para Gustavo Cañonero, un viejo conocido del exministro de Finanzas, que ahora era el número uno de SBS Group, un socio local de un fondo de inversión extranjero llamado Templeton. Ambos trabajaron juntos en el Deutsche Bank.

Cañonero, que cursó un doctorado en el Massachuse­tts Institute of Technology (MIT), es conocido, además, de Alejandro Werner, el economista jefe para el hemisferio occidental del Fondo Monetario Internacio­nal (FMI).

Quien ya anunció que seguirá los pasos de Sturzenegg­er es Lucas Llach, hasta hoy vicepresid­ente de la entidad. Lo hizo mediante un tuit en su cuenta personal en la red social. “Fue un honor trabajar en el Banco Central, y mucho más con este caballero y su equipo”, dijo en referencia al expresiden­te de la entidad.

Dentro del directorio hay suertes variadas. Demian Reidel, vicepresid­ente segundo, también será reemplazad­o. Sucede que era quien manejaba la mesa de dinero del BCRA, uno de los lugares cuyo desempeño en las últimas semanas de presión sobre el peso quedó muy cuestionad­o. Es impensado que Caputo, avezado justamente en esos temas, mantenga la estructura anterior en ese lugar clave.

Andrés Neumeyer, economista jefe de la entidad, también partirá y aún no está despejada la incógnita respecto de quién será el reemplazan­te del gerente general, Mariano Flores Vidal, un puesto clave que todavía no tiene nombre propio.

Fabián Zampone, Pablo Curat, Horacio Liendo y Enrique Szewach, todos directores nombrados en la gestión de Sturzenegg­er, mantendrán su lugar en el directorio. Francisco Gismondi aún está en duda.

Danza de nombres

Mientras el dólar coqueteaba con los 29 pesos, la danza de nombres se instalaba entre el Banco Central, la Casa Rosada, el Palacio de Hacienda y la quinta de Olivos, lugar donde todos los viernes se junta el gabinete económico para la reunión de coordinaci­ón que comanda Nicolás Dujovne.

El de Santiago Bausili fue uno de los que se escuchó. Actualment­e es secretario de Finanzas y mano derecha de Caputo, y es uno de los que tiene muchas chances de mudarse a la entidad monetaria. Pero Dujovne, que ahora quedará a cargo de un Ministerio de Hacienda y Finanzas, también tiene intencione­s de retenerlo en el cargo. Algo similar ocurre con Pablo Quirno, jefe de Gabinete del ministerio de Finanzas, que también tendría sellado su pasaje.

Hay un tema que aún no está claro. Antes de irse, Sturzenegg­er había arreglado con la Casa Rosada la oxigenació­n del directorio del Banco Central. La idea era integrarlo con algún miembro que cuente con el consenso de la oposición.

Ya había un canal de diálogo abierto en el Senado para encontrar un candidato a ocupar una silla en la mesa chica del BCRA.

Pero los planes cambiaron demasiado rápido. Y aunque todavía quedan por cubrir tres directores, nadie puede confirmar que vengan de ese espacio político; las urgencias mandan.

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