La evolución del vendedor
La innovación tecnológica, los nuevos modos de comunicación y los cambios sociales están generando un cambio de paradigmas que nos permiten afirmar que estamos en un cambio de era. Una mayor conectividad lleva a una descentralización de los espacios urbanos, a nuevos comportamientos de compra y tiempos de decisión, así como a una ¨democratización del mercado”. El sector inmobiliario no es ajeno a esta dinámica y esta democratización planteada permite el ingreso de nuevos players al mercado lo cual genera una gran competencia y una necesidad de diferenciación. Está surgiendo así la figura del asesor por sobre la del vendedor, que no lo contradice sino que lo contiene. El asesor escucha, decodifica la necesidad del cliente y brinda una solución basándose en su conocimiento, en un marco de empatía y encuentro. Brinda un servicio integral y personalizado, es no solo un gestador de negocios sino un facilitador de encuentros. Su cotidianeidad tiene una sólida base de procesos y herramientas tecnológicas a las que suma sinergia con otros profesionales complementarios como los arquitectos, interioristas y paisajistas. Además tiene un perfil flexible, está en permanente innovación y creación. Es resiliente y se empodera ante cada obstáculo que el negocio le presenta. Esto genera un buen clima de trabajo que es a su vez logra resultados, en un circulo virtuoso permanente que tiende al crecimiento y a la mejora continua. Ver al cliente como una persona con necesidades que uno tiene la misión de cubrir y no como un honorario por el trabajo cumplido, es el primer paso en esta evolución. Luego vendrá la asociación, el buen uso de las redes y el agregar valor. Somos personas, escucharnos, entendernos y ayudarnos desde nuestro saber y experiencia son las claves en este cambio de era.