El Central dispuso otra fuerte suba de tasas para poner un freno al dólar
Pagará rendimientos para las Lebac del 42 al 47% anual; renovó el 60% de los vencimientos, y los bancos destinarán otro 12% a la compra de bonos
En un intento de lograr que las señales de tranquilidad cambiaria de las últimas 48 horas se transformen en una calma duradera, el Gobierno avanzó ayer en la puesta en práctica del programa de saneamiento del Banco Central (BCRA), acordado con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Por un lado, subió las tasas que paga por las Lebac de un rango del 38 al 40% anual a otro que va del 42 al 47%, para que los inversores mantengan esa apuesta y no se vayan al dólar. Sin embargo, no logró convencer a todos y renovó el 60% del vencimiento. Esa proporción se eleva al 72% si se considera lo que los bancos canjearán por bonos mañana. Por otra parte, el Tesoro, que recolectó $110.000 millones con la colocación anteayer de dos bonos, confirmó que usará el 60% de esos fondos para recomprar las letras intransferibles que le había dado al BCRA.
En busca de asegurar el torniquete monetario para restarle demanda al dólar y lograr que las señales de calma aparecidas en las últimas 48 horas se conviertan en breve en una verdadera normalización cambiaria, el Banco Central (BCRA) resolvió ayer elevar entre 3 y 7 puntos las tasas de las Lebac, como premio para quienes mantuvieron su apuesta de inversión en ese activo.
Lo hizo al cabo de la subasta mensual de letras, en la que pactó tasas que van del 42 al 47% anual para los plazos más largos y más cortos (la curva anterior fluctuaba del 38 al 40% en igual sentido), aunque eso no le bastó para convencer a todos los tenedores de renovar su posición, lo que podría tener un efecto expansivo neto algo superior a los $150.000 millones tras el feriado de hoy. También subió 5 puntos (de 38 a 43%) las tasas para colocaciones a 3 y 4 meses, para tratar de que el mercado empiece a abandonar el cortoplacismo.
Aunque ayer vencían títulos por $514.779 millones y solo renovó por $308.473 millones (60%), y el stock de su deuda se contrae en $206.307 millones, parte de ese dinero ya está comprometido por los bancos para concretar pasado mañana el pago de los bonos que se comprometieron a comprar y usarán para integrar su posición de encajes.
Aun así, para entonces el Gobierno ya habrá recibido el préstamo de asistencia pactado con el FMI, lo que aumentará la limitada capacidad de intervenir sobre el mercado cambiario que tenía por estos días. “El BCRA puede utilizar con ese fin unos US$1000 millones más de los US$7500 millones que recibirá para mejorar su posición neta de reservas, y el Tesoro tendrá a disposición los otros US$7500 millones que ya se comprometió a licitar a través del BCRA”, recordó Alejandro Henke, director de Proficio Investment.
En paralelo, el efecto “codicia” puede aflorar entre quienes dejaron pasar la oportunidad de acceder a estos rendimientos, con un dólar que ya tuvo un recorrido alcista muy importante en el mes y el año.
La costosa apuesta oficial busca terminar esta vez sí con la corrida contra el peso y se completa con la puesta en marcha del mecanismo de rescate de las letras intransferibles –neutro en términos monetarios– con el que la administración Kirchner pagó el préstamo de reservas usadas para cancelaciones de la deuda pública en los últimos años, y con la suba de encajes (que restará a los bancos unos $100.000 millones en capacidad prestable).
El objetivo es que se consoliden las señales de distensión cambiaria que aparecieron anteayer y se confirmaron en la víspera, con un peso que se devaluó 0,63% (se cambió a $28,46 o a $27,76 por dólar, según se tome el minorista o mayorista, respectivamente), pero siguiendo el recorrido del resto de las monedas frente a un dólar mundialmente robustecido por temor a la escalada comercial entre Estados Unidos y China.
Al respecto, una buena señal que dejó la rueda de ayer es que los bancos no le pidieron divisas al BCRA una vez cerrada la rueda (podían demandar hasta US$400 millones), lo que habla de un mercado más equilibrado entre oferta y demanda.
Los analistas avalaron la estrategia oficial para salir de la encerrona cambiaria tras tres meses y medio, aunque advirtieron el impacto que puede tener sobre la actividad.
“Con la señal de tasa, guste o no, el Gobierno y el BCRA ratifican que su objetivo básico pasó a ser estabilizar el tipo de cambio tratando también de restarle incentivo a la demanda de dólares”, evaluó Andrés Vilella Weisz, analista de Balanz Capital. “Ahora, apenas superado este trance, estimo en unas dos semanas, deberíamos ver una baja en esas tasas porque están acogotando la economía real”, advirtió.
“El esquema hasta hace una semana era que el BCRA, para bajar el stock de Lebac y no exponerse a más supermartes, las recompraba en el mercado. Así emitía pesos que, en medio de la corrida, iban al dólar. La novedad ahora es que el Tesoro recapturó parte de esos pesos para comenzar a comprar los pagarés que había dado al BCRA, que va a neutralizarlos. Se cierra parcialmente una vía de demanda y, al subir más la tasa, hay más posibilidades de que se reduzca la presión sobre el dólar”, evaluó Henke.
En este sentido, el Ministerio de Hacienda y Finanzas confirmó anoche que usará los $67.552 millones que obtuvo durante la colocación del Bono 2020 para recomprar letras intransferibles en poder del BCRA. La mayor parte de esos fondos provienen de pesos que los bancos tenían invertidos en Lebac. “Se inicia un proceso que tiene por objetivo mejorar la hoja de balance del BCRA para que cuente con mejores herramientas para poder luchar contra la inflación”, señaló la cartera que dirige Nicolás Dujovne.
El Gobierno se había comprometido con el FMI a quitar US$25.000 millones en estos pasivos (la mitad de lo que aún queda) para mejorar la salud patrimonial del BCRA.
–La subasta de dólares [de ayer] fue declarada desierta, ¿qué quiere decir esto? –Desde el minuto uno este gobierno bregó por un tipo de cambio flotante. La participación del Central en el mercado está supeditada a alguna anomalía, volatilidad o iliquidez. Hoy [por ayer] no hubo anomalía. El mercado operó absolutamente tranquilo y bien. Estamos en una transición a una mayor estabilidad cambiaria. Ahora viene el cronograma del Ministerio de Hacienda, que va a dar más certidumbre. Va a ofrecer un panorama de lo que va a ser la oferta. –¿Cómo fue la licitación de Lebac de hoy [por ayer]?
–Salió un poco mejor de lo que estimábamos. Pensábamos que iba a estar en 50% de refinanciación y fue un 60%. Porque muchos bancos iban a pasarse a Lelic (letras de liquidez del BCRA a siete días) por el bono que sacamos, y porque ya empezamos con la cancelación de letras intransferibles y las Lebac. Este es un mensaje potentísimo. Ya estamos limpiando el balance del Banco Central. Además, otros entes públicos, como el FGS, y la provincia de Buenos Aires, no iban a renovar porque necesitaban la plata para el pago de aguinaldos. –¿No pagaron una tasa muy alta?
–Las tasas subieron naturalmente porque cerramos los grifos para no financiar al que eventualmente quiera ir al dólar. Obviamente la primera medida es siempre cerrar los grifos, y en ese contexto la tasa de corto sube. Pero es solo con el objetivo de que el mercado llegue a un equilibrio pronto y ahí corrija. –¿No hubo intervención pese a que fue un mal día en los mercados globales? –No hubo. Lunes y martes fueron dos días muy buenos. Ayer [por anteayer] fue un día fantástico porque a pesar del rumor del no upgrade de MSCI, que afectó fuertísimo a la Bolsa y los bonos, sacamos medidas que fueron bien recibidas por el mercado y los analistas. Y en ese contexto hostil colocamos US$4000 millones. El bono de dos años en pesos era para la participación de los bancos para hacer el encaje y en el bono dual currency de un año fue en un 90% participación del exterior. Son otros US$2000 millones para Hacienda, que podrá poner a la venta. –¿Cómo sigue la recompra de Lebac?
–Hay una meta de cancelarlas en tres años. Está en el acuerdo con el FMI. Mi objetivo es hacerlo antes. Pero tenemos tiempo y para hacerlo necesitamos financiamiento. –¿La suba del dólar de casi 50% desde diciembre es por mala praxis de la anterior gestión del Central o está acordada con el FMI una depreciación del peso? –El Fondo no nos pide ninguna depreciación real de la moneda. El FMI está contento con la política de un tipo de cambio flotante. –¿Entonces hubo mala praxis para estabilizar la corrida?
–No, honestamente, creo que es más complicado. Hubo muchos factores desde diciembre hasta hoy. Son circunstancias que pasan. No tengo nada que reprochar. –¿La idea es que no haya movimientos bruscos ahora?
–Hay que darle certidumbre al mercado. Mientras no veamos disrupciones no hay problema. Hacienda vende esos dólares en función de sus necesidades, pero está bueno que lo comunique, porque es una forma de que los participantes vean cuál es la oferta que viene en los próximos meses. –Sturzenegger en su carta de renuncia dijo que había perdido credibilidad, ¿habrá más medidas para recuperar la confianza? –Al mercado muchas veces le gusta juzgar con el diario del lunes. A mí me parece que ha hecho un supertrabajo. Más allá de eso, hay medidas para tomar. Las que hemos tomado ayudaron mucho a llevar calma. Lo que hemos visto en estas 48 horas es una prueba de eso. Pero, por supuesto, vamos a seguir tomando medidas. Tengo varias cosas en carpeta. –¿Hubo un abuso de las Lebac?
–No diría un abuso. Creo que es consecuencia de las políticas propias. Ahora que hay más demanda de dólares es un buen momento para revertir esta situación. –Ese tema no estaba en la agenda hace unas semanas.
–Sí, lo teníamos. Y Federico también. Era algo que veíamos hacía un tiempo. Lo llevamos al Fondo. Fue una propuesta mía. Y lo estábamos hablando con Federico. –¿Tienen un nivel de dólar en la cabeza?
–No. La verdad que no. El objetivo es que el mercado funcione normalmente. Si hay disrupción, la trataremos de corregir. –¿Hay atraso cambiario?
–No, no hay atraso cambiario. Hoy tenemos el tipo de cambio real más alto de los últimos nueve años. Hoy atraso no hay, definitivamente. –Las pymes tienen problemas para financiarse a este nivel de tasas, ¿van a bajarlas? –Estamos al tanto y nos solidarizamos con ese problema, pero en la situación en la que estábamos la semana pasada la prioridad era normalizar. Es un tema que nos preocupa. Estamos viendo alguna medida dentro del BCRA para contribuir a una baja de tasas para las pymes. –¿Créditos subsidiados?
–No, no tiene que ver con eso, sino con algo regulatorio.
–¿Y la tasa de política monetaria podría llegar a bajar?
–Va a depender de cómo evolucionan estas medidas que estamos tomando. Hoy hay una tasa real significativamente alta, pero la circunstancia lo amerita. –¿Qué herramientas usará para llegar a la meta de inflación?
–La más importante es que cortamos desde este mes el financiamiento del BCRA al Tesoro. Le pusimos fin a la maquinita. Es algo trascendental. Después tenemos la tasa y una reducción más acelerada del déficit fiscal. Habrá una política fiscal y monetaria más equilibrada de lo que había en el pasado. –¿Había descoordinación fiscal y monetaria?
–Ahora va a haber más cohesión.