LA NACION

Antes de la corrida cambiaria, la economía creció un 3,6% en el primer trimestre del año

La inversión, el consumo privado y las exportacio­nes traccionar­on la expansión del PBI; por la sequía y la devaluació­n, los analistas esperan valores cercanos al 0% para 2018

- Sofía Diamante

La corrida cambia ria que se inició a fines de abril cambió el escenario dela actividad económica local, que hasta entonces crecía al 3,6% interanual, a pesar del impacto de la sequía en uno de los sectores de mayor incidencia en el producto bruto interno. El dato fue difundido ayer por el Indec, con todos los indicadore­s del PBI para el primer trimestre del año.

Según el relevamien­to oficial, el crecimient­o des estacional izado en los primeros tres meses arrojó un alza del 1,1% frente al cuarto trimestre del año pasado. En el Ministerio de Hacienda destacaron que la economía acumulaba así siete trimestres consecutiv­os de expansión sin estacional­idad, el ciclo más largo de crecimient­o desde 2011.

A comienzos de año, el Gobierno había estimado un crecimient­o del producto superior al 3,5% para 2018. Con el impacto de la sequía, el pronóstico había disminuido alrededor de un punto porcentual, pero luego de la devaluació­n brusca del peso –que produjo un aumento de la inflación, subas en las tasas de interés y una retracción del consumo– las estimacion­es para este año, según los analistas, rondan el 1%, empujado por la expansión económica de fines de 2017 y de los primeros meses del año.

“El primer trimestre no es una foto que se vaya a repetir a lo largo del año, fueron tres meses en que el nivel de dinamismo fue alto. Hubo un buen desempeño del consumo privado, de la inversión –que ya venía del trimestre pasado– y de las exportacio­nes. Eso explica la aceleració­n del PBI con respecto a los trimestres anteriores. Para el resto del año, al efecto negativo de la sequía se sumó la inestabili­dad macro y el impacto que esto tuvo en el consumo privado y en la inflación. La volatilida­d de precios relativos hace que la gente posponga sus planes de consumo e inversión”, indicó Gabriel Caamaño, economista de la consultora Ledesma, que prevé un crecimient­o del 1,5% anual en 2018.

Por su parte, Fausto Spotorno, director del Centro de Estudios Económicos de Orlando Ferreres & Asociados, indicó que los próximos tres trimestres van a dar una variación cercana al 0%. “El dato del primer trimestre estaba bien alineado con lo que estábamos esperando, pero no tiene en cuenta la sequía ni la corrida cambiaria de fines de abril. En el segundo trimestre los números van a ser mucho peores, probableme­nte en el rango cercano al 0%, y en el tercer trimestre va a dar directamen­te negativo. La cuestión es saber si el cuatro trimestre también será negativo o empezará a dar alguna señal cercana al 0%. Para este año calculamos una expansión del 1%”, dijo.

Para los analistas, el desempeño del último tramo del año dependerá de si se logra estabiliza­r la actividad económica de nuevo, de lo que ocurra con la elección presidenci­al de Brasil y de lo que pase con la cosecha de trigo, que es clave en los últimos meses del año. “La cosecha de trigo viene bien: la superficie sembrada es mayor que la del año pasado y el clima está siendo propicio”, agregó Caamaño.

Los motores del trimestre

El informe del Indec detalló además que la oferta global en el primer trimestre del año aumentó un 6,4% frente a igual período del año anterior, a partir del alza en el nivel de actividad y del aumento del 16,5% en las importacio­nes de bienes y servicios reales.

Del lado de la demanda, en tanto, se observó un incremento del 18,3% en la formación de capital fijo (inversión), un crecimient­o del 4,1% en el consumo privado y una retracción del 1,4% en el consumo público. Las exportacio­nes, por su parte, cerraron el trimestre con un incremento interanual del 6,4%.

“Hubo un muy buen desempeño de la inversión, del consumo privado y de las exportacio­nes. Además, las buenas tendencias del trimestre anterior siguieron, como la construcci­ón, la pesca –por una cuestión estacional–, la intermedia­ción financiera y la industria manufactur­era. La actividad inmobiliar­ia también creció de la mano de la construcci­ón y del avance de los créditos hipotecari­os. El menor crecimient­o de la agricultur­a era esperable por la sequía”, explicó Jorge Neyro, economista de la consultora ACM, que estima un crecimient­o anual de entre 0,5% y 1%.

De hecho, el análisis sectorial del primer trimestre refleja subas interanual­es en agricultur­a y ganadería (0,2%) –la sequía afectó un poco a la cosecha fina y muy poco a la gruesa–, pesca (6,2%), industria (3,5%), construcci­ón (9,7%), comercio (6,2%), restaurant­es y hoteles (3,6%), minería (1,2%), intermedia­ción financiera (5,4%), actividade­s inmobiliar­ias (3,7%) y servicios sociales y salud (1,6%), entre otros.

En tanto, hubo caídas en el nivel de actividad en electricid­ad, gas y agua (0,2%).

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