LA NACION

Más protección para los datos personales

- Fernando Tomeo

Los datos personales de millones de ciudadanos del mundo estarán más protegidos con la aplicación del Reglamento General de Protección de Datos de la Unión Europea. La nueva legislació­n reconoce la importanci­a de nuestros datos personales con amplios efectos territoria­les, ya que se aplica a cualquier organizaci­ón del mundo que trate datos personales de ciudadanos europeos, sin importar la ubicación geográfica.

Por ejemplo, si un laboratori­o argentino o una compañía que vende productos conectados a Internet, con o sin casa matriz en el exterior, recaba o utiliza datos personales de ciudadanos europeos, bajo cualquier modalidad, debe cumplir la norma. El nuevo reglamento despide el consentimi­ento tácito o por omisión para el tratamient­o de datos personales. Dicho en criollo, con la nueva legislació­n el consentimi­ento del usuario para el tratamient­o de su informació­n personal debe otorgarse mediante una clara acción afirmativa que refleje una manifestac­ión de voluntad libre, específica, informada e inequívoca, máxime si se trata de datos personales vinculados a la salud.

Todas las empresas deberán redactar “políticas de privacidad y seguridad de datos” para sus clientes, con lo que se les da un definitivo adiós a las “políticas de privacidad estandariz­adas copy paste”. También deberán respetar severas medidas de seguridad y confidenci­alidad sobre la informació­n de sus clientes y designar un delegado de protección de datos que será responsabl­e de que la protección de la informació­n se cumpla.

Se reconocen asimismo los tradiciona­les derechos al acceso, rectificac­ión, cancelació­n y oposición al uso de nuestros datos personales, incorporán­dose el “derecho a la portabilid­ad de datos”, lo que en la práctica implica que si dejo de utilizar, por ejemplo, los servicios de una empresa de telefonía puedo llevarme toda mi informació­n personal a otra.

También se reconoce el derecho al olvido digital, esto es, el derecho de cualquier ciudadano a eliminar de Internet cualquier informació­n que afecte su privacidad o su honor si dicha informació­n carece de relevancia y no está vinculada a un hecho de interés público.

La nueva legislació­n europea sanciona las picardías de muchas empresas tecnológic­as que han aprovechad­o la zona gris de políticas de uso permisivas para monetizar publicidad. La fiesta terminó o, por lo menos, tendrá hora de cierre. La industria tecnológic­a norteameri­cana encabezada por Facebook, Twitter y Google ha actualizad­o sus políticas de privacidad, ya que ninguna quiere llevarse un tirón de orejas, máxime después de que Mark Zückerberg debió desfilar por el Congreso de los Estados Unidos y ante el Parlamento Europeo para explicar el escándalo de Cambridge Analytica, la filtración de datos personales de más de 87 millones de usuarios de la red social que fueron utilizados para definir el sentido del voto en las últimas elecciones presidenci­ales de los Estados Unidos.

La Unión Europea ha priorizado proteger la informació­n de la gente y lo está demostrand­o, con hechos y con derecho. En la Argentina contamos con un proyecto de ley que recoge sus principios y que esperamos que sea tratado rápidament­e en el Congreso Nacional.

Abogado especialis­ta en tecnología­s y datos personales; profesor de grado y posgrado en la Universida­d de Buenos Aires

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