TEMPLE DE ACERO
(True Grit, Estados Unidos, 2010). dirección: Joel y Ethan Coen. duración: 110’.
disponible en: Netflix.
Temple de acero es la remake filmada por los hermanos Coen en 2010 –con el mismo título original de True Grit– de un western de Henry Hathaway protagonizado por un ya veterano John Wayne en 1969 (ambas inspiradas en la novela de Charles Portis de 1968). exponente tardío y crepuscular de un género que ya había vivido los sacudones del cine de sam Peckinpah y del spaghetti italiano, la vieja Temple de acero está teñida de un aire de amarga venganza, de una crepuscular melancolía que habla del final del viejo oeste así como del testamento fílmico de su director y su protagonista. La decisión de los Coen de suspender su ironía radical y apropiarse de esa historia para darle una nueva vida no exenta de aquel espíritu nostálgico apartó a esta remake del tono habitual de su ya célebre filmografía.
esa idea de ser artesanos por primera vez, de ver a Hollywood no solo como esa enorme maquinaria productora de ensueños y lugares comunes, sino creadora de genuinos artificios, dio a su western una vitalidad originaria, el soplo de aire fresco para un género que parecía considerado parte de un museo. La impensable alianza entre una adolescente que busca al asesino de su padre (Hailee steinfeld), un alguacil borracho y pendenciero de gatillo y copa fáciles (extraordinario Jeff Bridges), y un ranchero de Texas atado a deberes y ambiciones (Matt damon) se construye como un camino que tiene mucho de redención y autodescubrimiento, experiencia que los mismos Coen ejercitan respecto de su cine y el pasado de un país en el que se han hecho célebres por su mirada crítica sin nunca perder el humor.