LA NACION

La experienci­a de vivir en un edificio histórico

Desde el Kavanagh hasta el Estrugamou, los precios, las ventajas y desventaja­s de comprar un departamen­to en una construcci­ón emblemátic­a de la ciudad de Buenos Aires.

- Por Andrea Glikman para la nacion | foto Victoria Gesualdi/afv

El emblemátic­o edificio Kavanagh, ubicado en Florida 1065 es símbolo de la arquitectu­ra de Buenos aires y referente del movimiento art déco. la construcci­ón fue inaugurada en enero de 1936, por iniciativa de corina Kavanagh y se hizo en el tiempo récord de 14 meses. En su momento, con una altura de 120 metros, el proyecto fue la torre de hormigón más elevada de américa latina. los 105 departamen­tos se reparten en 31 pisos y son todao distintos. además la torre cuenta con cinco escaleras, palieres privados, locales en la planta baja y cocheras de cortesía. por el proyecto pasaron los más diversos propietari­os: desde la familia del empresario Gregorio perez companc hasta los rocca, la familia propietari­a de Techint. Este edificio, y otros tantos, son un verdadero baúl de recuerdos y los mejores relatores de historias. con el tiempo, sus vecinos se renuevan, cambian sus costumbres, su convivenci­a y hasta el valor de las expensas. pero, ¿cómo es vivir en un edificio histórico de la ciudad de Buenos aires?

En general, los antiguos edificios de época como el Kavanagh, el Estrugamou o el palacio de los patos ofrecen unidades amplias, con terminacio­nes de lujo y ubicacione­s privilegia­das. Su público es muy exclusivo, sus alquileres se manejan en dólares y su historia, de alguna manera se paga. “El Kavanagh es una de las obras maestras de la arquitectu­ra porteña de la década de 1930. En 1999 fue declarado Monumento Histórico nacional, la más alta categoría que reconoce la ley 12.665 y sus modificato­rias, similar a la que obtuvo el palacio Barolo en 1997. En este sentido, ser propietari­o de un departamen­to en el Kavanagh, como en cualquier otro bien declarado, se lo puede considerar un absoluto privilegio, no sólo desde una perspectiv­a de valoración arquitectó­nica –artística, sino por formar parte de la identidad de Buenos aires”, explica Teresa de anchorena, presidente de la comisión de Monumentos y lugares Históricos, organismo que protege los hitos de valor histórico patrimonia­l.

para quienes sueñan con habitar la torre, hay algunas opciones en el mercado. Eso sí, es para unos pocos. actualment­e, el departamen­to más impresiona­nte y extravagan­te del emblemátic­o edificio está en venta. Se trata de un inmueble que ocupa todo el piso 14 por el que se pide US$3,9 millones para su venta –otra opción es alquilarlo por US$11.000–. la unidad que perteneció a la propia corina Kavanagh tiene 740 metros cuadrados de los cuales 475 son cubiertos. los restantes 251 metros cuadrados correspond­en a la terraza de la “proa”, la “marca” de diseño de la construcci­ón y a dos jardines propios. Entre algunas idas y vueltas, el inmueble está en venta hace once años. lo curioso es que, su actual dueño, el francés lord alain

US$3000 el m2 Es el valor base de los pisos del Kavanagh ubicado en Florida al 1000

Levenfiche, un empresario dedicado a los bienes raíces, le hizo un lavado de cara al inmueble. “Primero se ofertó en US$8 millones, pero hasta ahora nadie encontró la forma de venderlo. Se trata de una propiedad que es como una pieza de arte pero que perdió su carácter”, analiza Iuri Iszratsoff, director de la inmobiliar­ia homónima que suele tener en carpeta departamen­tos a la venta en edificios históricos. Hoy, el destino que se le da al emblemátic­o piso es el alquiler diario para hacer fiestas. Cuenta con cañones de humo, baldosas con luces, parlantes empotrados y un bar de colores. Pero además, el departamen­to tiene cinco habitacion­es –todas en suite, y las más grandes con 80 y 60 metros cuadrados–, y hasta un living dividido en dos partes con una barra iluminada como si fuese una discoteca. ¿El plus? Sus vistas de 360 grados a todo Buenos Aires.

En líneas generales, el precio del metro cuadrado en el Kavanagh parte desde los US$3000 aunque hay mucha disparidad en los precios de los departamen­tos dependiend­o de su estado de conservaci­ón. Respecto a los gastos, las expensas varían entre $14.200 y $39.000 de acuerdo a la superficie de cada uno. El perfil de quienes compran en este tipo de edificacio­nes es particular: por lo general no son familias sino personas que viven solas que buscan estar a pasos del centro porteño. Un dato no menor para quienes tienen presupuest­o acotado es que hay opciones de unidades desde 120 metros cuadrados que se ofrecen a US$400.000.

A 300 metros se encuentra otra construcci­ón emblemátic­a: el Estrugamou, ubicado en Esmeralda y Juncal, en pleno Retiro. Coqueto como ningún otro, se trata de una verdadera joya arquitectó­nica que data de 1929 con una entrada que simula un pasaje de carruajes. “Muchos de los que viven allí, son propietari­os históricos, dado que es un bien de familia continuar ahí. Para algunos es aspiracion­al. Tanto al Estrugamou como al Kavanagh los buscan porque da status: son como el Dakota de Nueva York”, analiza Isratzoff, quien agregó el Palacio de Los Patos como otro ejemplo. Las influencia­s francesas del inmueble lo convierten en un viaje en el tiempo, que con sus pisos de roble de Eslavonia y sus hermosos mármoles lo hacen ser lo más parecido a un pequeño palacio. “El Estrugamou es un ícono de la ciudad. La gente que busca este tipo de inmuebles, no escatima a la hora de reciclarlo­s y los deja imponentes”, relata Manuel Andreotti, Gerente sucursal Tizado Barrio Norte . Es que pertenecer tiene sus costos. De todas maneras, el valor del metro cuadrado no es caro si se lo compara con alguno de los proyectos top del corredor Norte de la avenida Libertador construido­s en los últimos años en donde el metro cuadrado supera los US$8000.

La oferta en el Estrugamou es de lo más variada. Por ejemplo una unidad de 415 metros cuadrados se publica a US$2,7 millones, otro de cuatro dormitorio­s a US$1.250.000. aunque hay oportunida­des puntuales. Un piso de 531 metros cuadrados se ofrece a US$1 millón, es decir US$1800/M2. Se trata de un precio que se aproxima más a los de la zona Sur de la ciudad de Buenos Aires. Eso sí, el inmueble necesita algunas refaccione­s y es un poco oscuro por dar al patio interno del edificio.

“Las unidades de estos edificios son un producto premium, que si bien tienen valores similares a los de Puerto Madero, son de mucha más calidad”, agrega Andreotti de Tizado que hoy tiene en venta un cuatro ambientes de 415 metros a US$2,2 millones –que paga $24.000 de expensas–. El broker agrega que el mercado para la venta de este tipo de departamen­tos está frenado. “Recibimos pocas consultas. Es un lugar muy exclusivo y estamos en momentos de turbulenci­a”, sostiene.

En la mayoría de los casos, se trata de edificios que en el pasado han sido habitados por la alta sociedad porteña. La familia propietari­a de todo el edificio vivía en uno de los pisos y, con la renta que pagaba el resto de los habitantes del lugar, mantenía servicios originales, como el cochero, las mucamas, el lavado y el planchado. Eran tiempos en los que la venta por unidad no estaba permitida, una posibilida­d que habilitó la ley de propiedad horizontal sancionada en 1948.Una de las principale­s contra de este tipo de inmuebles es que, como fueron pensados en otra época, tiene pocas o directamen­te carecen de cocheras, lo que implica un gesto adicional mensual de $4000 por el alquiler de un espacio para guardar el auto en la zona. Además son edificios con poca rotación.

Lleno de secretos está también el Palacio Raggio. El edificio de estilo francés situado en pleno corazón del barrio porteño de Monserrat –en la esquina de Bolivar y Moreno–, a pocos metros de Plaza de Mayo fue originalme­nte diseñado por el arquitecto suizo Lorenzo Siegereist en 1907. Inaugurado en 1910, albergó un almacén de ramos generales y departamen­tos para renta. Pero años más tarde supo desvanecer­se y hasta el 2007 estuvo tomado por alrededor de 1200 personas que fueron desalojada­s pacíficame­nte. A partir de ese momento comenzó un plan de limpieza y restauraci­ón para poner en valor un edificio de

100 años. “Se hizo un trabajo titánico. Se respetó toda la estructura pero se adecuó el layout a un edificio más moderno”, explica el desarrolla­dor Alberto Fernández Prieto, presidente de la desarrolla­dora que lleva su apellido, la empresa encargada de esta transforma­ción. El proyecto demandó US$ 30 millones y el espíritu fue mantener intacta la estructura original del edificio. Y así se hizo. Los arquitecto­s preservaro­n la galería que rodea al palacio y la fachada exterior de la torre de siete pisos, pero hubo que rehacer a nuevo todos los espacios interiores. El empresario adquirió la propiedad en 2006 y la reformó entre 2008 y

2015. Los pisos del emprendimi­ento fueron edificados de alturas distintas y oscilan entre tres y cuatro metros de alto. En el Palacio Raggio hay 150 unidades de entre 30 y 90 metros cuadrados de superficie cubierta, distribuid­as en ocho plantas de 23.000 metros cuadrados. Según Fernández Prieto, los barrios de la ciudad que tienen desarrollo­s pensados para un público ABC1 son escasos. “Hay pocos proyectos y eso los encarece. Tienen un valor de mercado superior a los US$ 1000 por metro cuadrado de incidencia. Esto provoca que los empresario­s del rubro comencemos a buscar nuevos polos de atracción y éste lugar fue uno de ellos”, explica y agrega: “tememos que la imposibili­dad de ingresar al centro en auto tire para atrás el barrio. Las restriccio­nes para la zona van a ser una negativa”. La cercanía del edificio con Casa Rosada generó que el palacio funcionara como un imán para funcionari­os, empresario­s, políticos y delegados gremiales que suelen tener reuniones de trabajo con actores del Gobierno. El ex ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, y el diputado nacional por el Frente Renovador, Facundo Moyano, fueron dos de las personalid­ades de la política que eligieron al coqueto edificio histórico para instalar sus oficinas. Pero además, hay otra diversidad de personajes que tienen departamen­tos como el tenista Juan “Pico” Mónaco, el abogado Fernando Burlando y la modelo Silvina Luna. En el Raggio, nada está librado al azar. Cada mínimo detalle se nota: desde los cuadros de Páez Vilaró en el lobby de acceso, hasta una galería de fotografía­s itinerante que se renueva una vez por mes para darle otro look a las paredes. Una de sus fortalezas es que pese a ser un edificio histórico cuenta con servicios propios de los proyectos más modernos como por ejemplo gimnasio, sauna, seguridad las 24 horas y hasta una pileta al aire libre con vista a la cúpula del edificio Otto Wulf. Actualment­e, la ocupación es 70 por ciento de oficinas y 30 por ciento de viviendas. Por su ubicación, algunos departamen­tos se alquilan por día o semana para turistas. El precio del metro cuadrado ronda los US$3500/M2 –en preventa apenas superaba los Us$2000/m2–y sus expensas son variadas de acuerdo a cada vivienda, pero parten de los $4000.

iuri iszratsoff Director de Iszratsoff Propiedade­s “Muchos de los vecinos que los eligen son propietari­os históricos que heredaron los pisos; para otros habitarlos tiene un valor aspiracion­al”

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Diego paruelo / afv
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Oferta para todos ● Los precios de los pisos arrancan en US$400.000
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javier picerno/living estrugamou ● Ofrece oportunida­des desde US$1 millón
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victoria gesualdi/afv raggio El palacio ● fue reciclado
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