Tras una audiencia fugaz, se dilata el juicio a José López
El proceso se posterga porque se debate si la UIF puede ser querellante
El juicio a José López, el exsecretario de obras Públicas que fue preso sorprendido con casi 9 millones de dólares en bolsos, se sigue dilatando. Comenzó hace un mes y los jueces del Tribunal oral Federal N° 1 están empantanados en las cuestiones preliminares. Aún no declararon ni los acusados ni muchos menos empezaron a desfilar los testigos.
La audiencia de ayer, la tercera desde que empezó el proceso, duró media hora y no fue la excepción. Para eso lo trasladaron al exsecretario de obras Públicas desde la cárcel, los penitenciarios lo custodiaron desde el penal de Ezeiza y estuvo alojado medio día en un calabozo subterráneo en la alcaidía de Comodoro Py 2002 a la espera del juicio.
Una docena de abogados entre defensores, fiscales y querellantes se movilizaron desde las 14 a los tribunales, y esperaron hasta las 15 para empezar esta sesión, en la que se cumplió con una formalidad.
Luego los jueces Adrián Grunberg, José Michilini y Ricardo Basilico levantaron la sesión hasta el 12 de julio. La retomarán el 10 de agosto, luego de las vacaciones de invierno.
Debate
Lo que se está discutiendo desde que empezó el juicio es si la Unidad de Información Financiera (UIF) puede o no ser querellante. Es decir si puede ser uno de los acusadores. El Estado ya tiene otro acusador, la oficina Anticorrupción, y además está la fiscalía que representa a la ciudadanía en el proceso.
La UIF se presentó como querellante, pero la Cámara de Casación aceptó tardíamente incorporarla al proceso, en vísperas de que comenzara el juicio. Las normas impiden esto, pero la UIF se presentó antes de que se cerrara la instrucción. Es decir, la demora ocurrió en Casación. Pero la UIF ya anunció que pretende sumarle al delito de enriquecimiento ilícito (por el que ya es juzgado López) una nueva acusación por lavado de dinero.
Las defensas se opusieron a que la UIF sea acusadora. Mucho menos admitieron a que se agraven los cargos ahora, en pleno juicio. Esa discusión viene llevando tres audiencias.
Ayer finalmente la UIF explicó los motivos por los que debe ser admitida como querellante, ante las protestas de los abogados, que ni siquiera querían dejar al abogado de la UIF seguir hablando porque no lo reconocen como una de las partes en el juicio. El juez Grunberg, que presidió la audiencia, lo dejó proseguir y los defensores hicieron las reservas para ir a Casación con este tema.
López estuvo presente en el juicio. Vestido con su cárdigan marrón de siempre y una carpetita al tono, que aferra con celo y que mantiene intrigados a todos los defensores, pues se preguntan qué documentos secretos alberga, y cuándo los presentará.
El 12 de julio se decidirá si la UIF puede ser querellante o no y recién después de las vacaciones se le dará a López la oportunidad de declarar.
Junto con el exfuncionario están siendo juzgados Amalia Díaz, su exmujer acusada por enriquecimiento ilícito; la religiosa Inés Celia Aparicio, y los empresarios Andrés Galera, Carlos Gianni, Mario Marconi y Eduardo Gutiérrez, acusados de ser testaferros de López en la adquisición de su casa con amarra de Dique Luján, donde vivía el funcionario, y de un departamento en Barrio Norte, donde vivía su hija. En la causa se determinó que una parte del dinero que estaba en los bolsos de López aquella noche en el convento pasó por Estados Unidos y terminó en el Banco Finansur. Peró aún se desconoce su origen.